Jaime lleva tiempo contemplando azorado cómo la izquierda intenta borrar todo vestigio de su tatarabuelo, el almirante Cervera. La última ofensiva en este sentido ha sido la emprendida por el Ayuntamiento de Palma -gobernado por el PSOE con el apoyo de Podemos y los nacionalistas de Més-, que se ha propuesto eliminar su nombre del callejero por "franquista" y "fascista".
La maniobra se enmarca dentro del empeño del consistorio balear por rebautizar 24 calles y plazas por supuestos nexos de algunos personajes con el fascismo. Entre ellos, destacan tres afamados marineros: Pascual Cervera y Topete (1839-1909), Cosme Damián Churruca (1761-1805) y Federico Gravina (1756-1806).
Todos estos nombres, nótese, muy anteriores al movimiento totalitario que se extendió por Europa en el periodo de entreguerras. Y, por supuesto, también al régimen de Franco.
El alcalde de Palma, el socialista José Hila, ha recibido un aluvión de críticas que le ha llevado a paralizar la ofensiva alegando que "han salido informaciones que ponen en duda estos cambios". Uno de los autores de tales informaciones es precisamente el propio Jaime, historiador y periodista de El Liberal, que explica a EL ESPAÑOL por qué los tres marineros no deben, a su juicio, perder sus calles.
Los buques
En un principio, el argumento esgrimido por el regidor del PSOE, era que el cambio de nombres en las calles no tiene que ver con la historia de los almirantes interfectos, sino con los navíos que portaron sus nombres. Y es que durante la Guerra Civil los buques Churruca, Gravina y Almirante Cervera participaron en la contienda.
"¡Pero Churruca y Gravina lucharon contra el bando sublevado!", recuerda Jaime Cervera, que tilda de "despropósito histórico" el cambio de nombres en el callejero, pues por esa regla de tres se habría de cambiar el nombre de la comunidad autónoma de la que Palma es capital: "El crucero Baleares sí luchó en el bando sublevado bombardeando Málaga y causando miles de bajas civiles".
"Mi tatarabuelo comandó la flota española en la batalla de Santiago de Cuba, cuando Franco no había cumplido la mayoría de edad", relata Cervera, que abunda: "Además, defendió la Primera República enfrentándose a los rebeldes cantonales en Murcia y en Cádiz.
"Tirria ideológica"
Si los romanos tenían la damnatio memoriae para borrar el legado de sus tiranos más nefastos, la izquierda española aplica la Ley de Memoria Histórica como una actualización de esta práctica nacida en la Antigua Roma. Pero con fines más perversos. Así lo sostiene el periodista e historiador.
Y es que Jaime Cervera atribuye la empresa del Ayuntamiento de Palma a una ignorancia histórica que viene acompañada -y superada- por una "tirria ideológica" de la izquierda hacia "ciertas profesiones" y "ciertas épocas de nuestro pasado".
Cervera ya sufrió la inquina de la izquierda a la figura de su tatarabuelo en abril de 2018, cuando la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sustituyó su nombre en el callejero por el del humorista Pepe Rubianes alegando que Cervera era un "facha" (sic).
Entonces, su tataranieto ya escribió una carta dirigida a Colau en la que recordaba que el propio Fidel Castro calificó como "héroe" al Almirante. "Sentimos gran respeto por los marinos españoles recordando la hazaña de Cervera, algo inolvidable", pronunció el dictador en 1998, cuando el buque J.S. Elcano visitó La Habana.
¿Qué siente al ver que la izquierda se refiere a su tatarabuelo como "fascista" o "franquista" e intenta borrar todo vestigio de su figura?
Ni Colau ni Hila son capaces de distinguir simplemente "español" de lo "facha" o de lo "fascista", incluso aunque mi tatarabuelo muriese 13 años antes de la llegada del fascismo a Italia y 30 años antes del inicio del franquismo. De todas formas, que te ataque cierta gente hay que tomárselo más como una honra que como una afrenta.
¿Qué le diría al alcalde José Hila si tuviera la oportunidad de hablar con él?
Creo que no le diría nada del despropósito histórico que supone todo esto, porque seguro que ya lo sabe. Le preguntaría si un cambio de calles es ahora lo más prioritario en la capital de la comunidad autónoma con la mayor caída del PIB en 2020 (27%).
Colau e Hila quieren camuflar sus decisiones de ignorancia histórica, que la tienen, pero creo que saben perfectamente lo que hacen: una enmienda a todo lo que huela a España y lo español. Y está la Ley de Memoria Histórica, cuyo objetivo es romper con la Transición y el pacto nacional por el que rojos y azules olvidaron sus rencores mutuos, para volver a atrincherar a las dos Españas.
¿Con qué fin querrían eso?
La izquierda, desde Mayo del 68, vive de enfrentar a colectivos, de colectivizar a la gente, de meterla en rediles. Por tanto, una España como la de la Transición, basada en el consenso, no le interesa; le interesa la España de rojos y azules.
La familia Cervera
Pero Jaime no es el único de los herederos del almirante Pascual Cervera y Topete que critica al alcalde de Palma. Los allegados, aglutinados en la Asociación Familia Cervera, han remitido una misiva a José Hila pidiéndole que reconsidere su decisión, por cuanto "sólo una interpretación sesgada y poco rigurosa de la figura del almirante, considerado un héroe en Estados Unidos y un mito en Cuba, puede justificar la decisión del cambio de nombre".
A la indignación de la familia se suma la del eurodiputado Javier Nart, que también ha remitido una carta al regidor socialista, o la del escritor Arturo Pérez-Reverte, que ha tildado de "idiota" a Hila y le ha pedido que "no insulte la inteligencia".
Dicen que cuando el almirante Cervera volvió de la batalla de Santiago de Cuba, al ser preguntado por si lo había perdido todo allí, él respondió: "Todo menos el honor". "Por muchas calles que le retiren, eso no se lo podrán quitar jamás", zanja hoy su tataranieto.