Pedro Sánchez tiene suerte de que el Pacto de Antitransfuguismo no tenga carácter retroactivo. De ser así, todos los diputados que incumplieron la disciplina del grupo socialista -votando en contra de la investidura de Mariano Rajoy en noviembre de 2016-, serían considerados tránsfugas, entre ellos la presidenta del Congreso y la ministra de Defensa.
Así se lo ha reprochado el senador de Geroa Bai, Koldo Martínez, al ministro de Función Pública, Miquel Iceta, durante la que ha sido su primera comparecencia en la Cámara Alta desde que fue nombrado ministro.
El senador, que ha reiterado su posición contraria a este pacto por los últimos cambios ejecutados, ha puesto de manifiesto las "contradicciones" en el texto de la III Adenda del Pacto Antitransfuguismo. Un nuevo apartado que ha dejado fuera a un número importante de partidos que suscribieron los anteriores acuerdos. Todos ellos firmados de forma unánime, "hasta ahora".
El nuevo texto extiende la definición de tránsfuga a quienes "se aparten del criterio fijado por los órganos competentes de su partido". Por ello, Koldo Martínez ha recordado a Iceta que esto supone tildar de tránsfugas a los diputados del grupo socialista que respaldaron la negativa de Sánchez a seguir el criterio del Comité Federal en la investidura de Mariano Rajoy. Quince diputados, entre los que no estaba Sánchez porque había abandonado su escaño, rompieron la disciplina del partido.
"Cuando Sánchez regresó al control del partido, tras someterse al escrutinio de su militancia, premió a sus fieles [en alusión a Meritxell Batet o Margarita Robles], algo que rechaza también expresamente el texto aprobado sin la unanimidad", ha criticado el senador.
Es cierto que Sánchez optó en ese momento por abandonar todos sus cargos internos y su escaño en el Congreso, pero 15 diputados sí rompieron la disciplina de voto. Algo que, al parecer del senador, les hizo obtener un "premio" con el regreso del actual presidente del Gobierno. "¿Es eso transfuguismo? Pues, según la III Adenda se le parece mucho", ha recalcado el senador de Geroa Bai.
El alegato del senador navarro viene a coalición de la negativa de su grupo a firmar la III Adenda del Pacto. Consideran que con esta modificación se equipara el transfuguismo con el disenso. "Disenso como el de Pedro Sánchez en su momento y el de otros muchos cargos municipales, provinciales, autonómicos que consideraban que ellos no habían cambiado, que quien había cambiado era su partido", ha puntualizado.
Fuera del pacto
Hay que recordar que desde que Geroa Bai se negó a aprobar este nuevo texto no han vuelto a ser convocados a las reuniones del Pacto. Algo "inadmisible", considera el grupo, que pide "una explicación".
"Coincidimos, cómo no, en que el cambio de chaqueta por prebendas no debe tolerarse, pero no podemos confundir eso con la obediencia ciega y con acciones más propias de regímenes estalinistas", ha señalado Koldo Martínez.
El propio ministro de Función Pública ha reconocido que su ministerio, encargado de gestionar el Pacto Antitransfuguismo, no ha convocado a los partidos que mostraron dudas sobre el texto final de la III Adenda.
"Un pacto de libre adhesión se ha convertido en un pacto de adhesiones inquebrantables que nos recuerda más a los tiempos del Glorioso Movimiento que a una política abierta, participativa y colaborativa", ha acusado el senador de Geroa Bai. Rechaza que por su negativa a una parte del articulado, se les quite la posibilidad de aportar "matices" y "flexibilizar posiciones rígidas".
Koldo Martínez recrimina que esa "inflexibilidad", esa "negativa al consenso entre todas las fuerzas políticas", venga del PSOE. "Un partido cuyo actual secretario general y presidente del Gobierno es lo que es hoy, gracias a que supo mantener sus posiciones en contra del criterio y del mandato de su Comité Federal", ha apuntado.
Los hechos
Hay que remontarse al 29 de noviembre de 2016 para recordar por qué Koldo Martínez habla de tránsfugas en el PSOE. Momento en el que 15 diputados socialistas desobedecieron a las órdenes de su partido para abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Los 15 diputados socialistas fueron Meritxell Batet, Manuel Cruz, Lidia Guinart, José Zaragoza, Marc Lamua, Mercé Perea, Joan Ruiz, Margarita Robles, Zaida Cantera, Odón Elorza, Susana Sumelzo, Rocío de Frutos, Sofía Hernanz, Pere Joan Pons y Luz Martínez Seijo.
Por aquel entonces, los diputados se enfrentaban a sanciones pero no por transfugismo, sino por la dirección de su propio grupo parlamentario. Multas que podían alcanzar los 600 euros y la amenaza (no ejecutada) de que la gestora del partido pudiera iniciar el procedimiento estatutario que conducía a su expulsión.
Los Estatutos Federales y el Reglamento de cargos públicos del PSOE facultaban al grupo y a la Ejecutiva a "denunciar su conducta" al Comité Federal. Actuación que, si se estimaba "grave", podría proceder a "darles de baja en el grupo parlamentario".
En ese caso, el Comité Federal les incoó un expediente que fue tramitado y resuelto por la Comisión de Ética y Garantías del partido. Finalmente, la multa se quedó en los citados 600 euros.
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