Que el cierre de campaña coincidiera con el día de la Comunidad de Madrid fue una feliz coincidencia para la presidenta de la región, ésa que convocó los comicios con arrojo defensivo y "liberador", como ella misma ha definido. Isabel Díaz Ayuso asegura que se vio venir una moción de censura de sus compañeros de Ciudadanos, aunque ellos lo niegan. Y lo cierto es que mociones de censura sí que hubo, una del PSOE y otra de Más Madrid, pero llegaron tarde en el día en que todo se precipitó, aquel 10 de marzo del 'murcianazo'.
Y como el 2 de mayo es una fiesta que rememora la "liberación de Madrid", o al menos su inicio gracias al "levantamiento contra el francés", Ayuso se sintió liberada para colocar su lema electoral en todas y cada una de las páginas del discurso institucional leído en el patio de la Real Casa de Correos, sede de la Comunidad.
Ante una primera fila de expresidentes -todos del PP menos uno que fue del PSOE pero ahora la apoya, Joaquín Leguina, y otro que la precedió como popular y después, ya como ciudadano, fue su consejero, Ángel Garrido-, la presidenta previno a los madrileños contra las "falsas lecciones de la Historia" que "algunas ideologías nos quieren colar".
A los madrileños... y a los españoles. Porque su discurso fue una lección de cómo alimentar de doctrina política, histórica y sociológica esa frase tan suya de que "Madrid es el resumen de lo mejor de todas las maneras de ser español".
Lecciones de Historia
Abría con lecciones de Historia su intervención Isabel Díaz Ayuso no sólo porque el día de la región no tiene un origen religioso -de patrones o madrinas- sino guerrero. Hace 213 años que los madrileños, empezando por los mostoleños, se rebelaron contra la invasión de las tropas napoleónicas. "Hasta el francés nos trató de engañar, diciendo que nos invadía para modernizarnos", recordó Ayuso mezclando el enemigo bélico y el pandémico, "pero los madrileños saben que no hay nada más preciado que la libertad".
(primera mención)
Partiendo de escritos de la premiada Carmen Iglesias y del cronista de Madrid, Mesonero Romanos; citando a Manuela Malasaña y leyendo pasajes de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, Ayuso se dirigió a los galardonados y a las autoridades presentes. A las no presentes, también, se supone. No estaban allí ni Pablo Iglesias, que se negó a acudir por temor a que éste fuera un acto electoralista, ni Mónica García, que se marchó tras comprobar, según su entorno, que efectivamente lo estaba siendo.
Pero Ángel Gabilondo, Edmundo Bal y Rocío Monasterio, candidatos de PSOE, Ciudadanos y Vox, allí estaban, sentados mientras la presidenta Ayuso ocupaba el escenario ella sola, enmarcada por la silueta de la Puerta del Sol: a un lado, una traductora al lenguaje de signos y al otro, sendas banderas de España y de Madrid.
Ayuso explicó que igual que los franceses "nos saquearon, expoliaron y el hambre se cebó con Madrid", hoy es el virus el enemigo. Y del mismo modo que el pueblo llano se levantó contra el ocupante, hoy lo hacen "los sanitarios vacunando a contrarreloj".
Y que ese ejemplo de concordia que fue la lucha por la libertad (segunda mención) se tradujo en la Constitución de 1812 que, como años después la de 1978, "fue ejemplo para muchas otras. Entonces, las europeas; ahora, las latinoamericanas".
Los premiados
La presidenta citó a muchos premiados con la Orden del 2 de Mayo: empresarios, artistas, deportistas y servicios públicos. Rafael Yuste, Ainhoa Arteta, Nacho Cano -protagonista de la mañana con una especie de mitin en el que él galardonó a la "valiente" Ayuso- y Rafa Nadal.
O también los "constructores del Zendal y los héroes 4x4, por su actuación durante los días del efecto de Filomena"; también el cuerpo de agentes forestales, la facultad de Ciencias de la Información "en su 50º aniversario", o el cuerpo de voluntarios de Protección Civil... "ejemplos de que podemos salir adelante y construir futuro pase lo que pase".
Pero sobre todo, quiso destacar la presidenta "a los niños de Madrid, por su comportamiento durante la pandemia, por sus esfuerzos, sus renuncias, sus inventos y su amoldamiento a una nueva manera de aprender sin pupitre, ni balón, ni recreo". Ése fue el pasaje más emotivo, y en el que más se trastabilló la presidenta al leer sus notas.
Y llegó la (tercera mención): "Los adolescentes, que han perdido su primera libertad, tampoco lo han tenido fácil. Pero no son una generación con menos que la nuestra, sino que tienen algo mejor que nosotros: han vivido cosas que nosotros no vivimos a su edad. Saben muy bien que la vida va en serio y que es difícil".
Después vino la transición argumental para cambiar de tercio... precisamente en el día en el que Ayuso recupera la tradición de la corrida goyesca en Las Ventas.
La patria y el Rey
¿Cómo pasar de los niños a la patria? A través del infante Francisco de Paula, "el niño protagonista del 2 de mayo, el último de la familia real que se querían llevar las tropas napoleónicas y que motivó la rebelión, de algún modo", dijo la presidenta. "Los mostoleños se levantaron no por ellos, ni por Madrid, sino por el Rey, por España y por la libertad".
(cuarta mención)
Así le demostramos al francés, explicó la presidenta, que "aunque aún no teníamos Constitución, España ya era una nación". Y aunque no hubo coordinación, la rebelión se trasladó a todos los puntos de España, "unidos en la misma lucha por la causa de la libertad y la prosperidad".
(quinta mención)
Madrid se levantó en 1808 por la nación entera y no sólo por Madrid: "Somos españoles y es necesario que muramos por el rey y por la patria". Y hoy, la Comunidad de Madrid nacida de la Constitución de 1978, "no se ha lanzado a buscar una identidad exclusiva, como otras, sino que somos inclusivos e integradores".
Ése fue un momento de disfrute máximo para Ayuso, ya que citó -integrado- al único presidente socialista que ha tenido la región y que, en estas elecciones, se ha sumado a su causa: "Ni Joaquín Leguina nació en Madrid, ni los alcaldes Tierno, Barranco o Álvarez del Manzano", recordó. "Porque para ser madrileño basta con querer serlo".
Fue entonces cuando la presidenta no sólo coló el concepto libertad, sino su filosofía de que Madrid es España dentro de España y resumen de lo mejor de cada modo de ser español. Y ahí engarzó con una cita a Fernando Savater -otro progre que ahora ha anunciado que está con ella, precisamente en la causa de la libertad-, en un pasaje en el que el filósofo explica lo que es la convivencia, que es "saber afrontar lo que nos pasa y conjurarnos por la concordia".
Concordia y libertad
Con esto, Ayuso dio paso al pasaje final de su alocución. Llamando a que la discordia no prevalezca, proclamando que "los únicos enemigos son el virus y la ruina", y que el resto "son desacuerdos que si algo harán será sacar lo mejor de nosotros mismos". Porque, advirtió, "concordia no es unanimidad ni acuerdo, sino justo lo contrario, es discrepancia en libertad y diálogo".
(sexta mención)
"Así, recuperamos la tradición de premiar a los expresidentes y respetamos a Cristina Cifuentes y a Ángel Garrido, con normalidad institucional y con pluralidad".
Ayuso se puso patriota proclamando que "España es un Estado de derecho y una emoción de pertenencia; una tradición, un pasado y unas culturas compartidas". Y llamando a celebrar el 2 de mayo "no mirando al pasado glorioso sino abiertos al porvenir; no inmóviles, sino alegres, dinámicos y creativos".
La presidenta presumió de que la democracia patria es reconocida en el mundo "por encima de las de Francia, Italia o EEUU" y recordó que luchará por la permanencia de sus valores, como si -a pesar de las páginas anteriores tan institucionales- éstos estuvieran en peligro: "La división de poderes, los contrapesos que garantizan la estabilidad y evitan los abusos", citó como definiciones prácticas de su lema.
La Historia, dijo -cerrando en círculo su discurso-, demuestra que los madrileños, "vengamos de donde vengamos, nos mantenemos firmes en nuestra decisión de vivir juntos, de convivir. Ojalá eso sirva para toda España".
Y cerró Ayuso sus palabras volviendo a los Episodios nacionales de Galdós, citando "a la brava Leona" cuando proclamaba: "En Madrid viviremos tranquilos, porque allí la libertad no hace daño a nadie".
(séptima mención)
"Viva Madrid y Viva España", proclamó. Y sonrió ante los aplausos.