Juan Milián (Morella, 1981) sabe de primera mano lo que han sufrido los constitucionalistas en Cataluña. No en vano, vivió el procés separatista como diputado del PP catalán y ahora sufre sus consecuencias como coordinador general, pero también como profesor asociado de la Universidad de Barcelona -tareas que compagina con su labor de articulista-.
Mucho ha escrito el politólogo acerca del proceso de ruptura separatista. ¿Lo último? El proceso español (Deusto, 2021), un libro en el que Milián explica cómo España ha importado los rasgos más perniciosos del procés: la omnipresencia de intelectuales y tertulianos que sólo pretenden polarizar, la incapacidad para gestionar de un Gobierno que oculta su ineptitud con propaganda o la acusación a los rivales políticos de conductas imaginarias -¿alguien dijo "facha"? -.
Su publicación coincide con el debate sobre los indultos que el Gobierno de España planea conceder este próximo martes a los condenados por sedición y malversación. Unos indultos que, asegura, serán "la primera piedra del segundo procés".
El coordinador del PPC sostiene que los líderes separatistas "saben que el golpe de 2017 fue un rotundo fracaso porque no tenían el apoyo internacional, la mayoría social suficiente ni las estructuras de Estado para consolidar o para implantar la República catalana".
Pero ahora Pedro Sánchez "les va a dar unos añitos para que vayan construyendo su proyecto, para que vayan corrigiendo esos errores y lo puedan volver a hacer con más garantías de éxito, cuando el constitucionalismo esté más desmovilizado y cansado", zanja en referencia a uno de los muchos temas que trata en conversación con EL ESPAÑOL.
-¿Qué sucederá cuando, como es previsible, el Gobierno conceda los indultos?
El nacionalismo volverá a coger fuerza. Quizá aparten las estridencias durante unos meses, pero cogerán fuerzas para volverlo a hacer en 2023, en 2025 o cuando sea. Sobre todo, lo que provocarán los indultos es el desánimo y el desamparo del constitucionalismo en Cataluña.
Esto es un problema porque a medio plazo, si el constitucionalismo en Cataluña se siente en una pinza entre una Generalitat hostil y un Gobierno de España que le abandona, sólo tendrá tres caminos: adaptarse al nacionalismo, huir o inmolarse civilmente.
-Parece que no le convencen las apelaciones a la "concordia" por parte del Gobierno de España...
Los indultos no son convivencia ni concordia, sino todo lo contrario. Se mostrará un evidente fracaso cuando el independentismo exija un referéndum o abogue por la vía de la unilateralidad, cuando veamos que TV3 continúa insultando a los constitucionalistas o que las escuelas siguen apostando por la inmersión lingüística. Veremos entonces cómo el Estado va retrocediendo cada vez más en Cataluña y cómo los indultos favorecieron esa situación.
-¿Los indultos penalizarán al PSOE ante su electorado?
A medio plazo los indultos penalizarán al PSOE, pero Pedro Sánchez sólo piensa en mantenerse unos meses más en la Moncloa. Su mirada cortoplacista hará que en un futuro lo veamos como el peor presidente de la historia democrática de España, con muchísima diferencia. Lo que está haciendo estos meses lo pagaremos durante muchos años. El retroceso del constitucionalismo en Cataluña, por ejemplo, será difícil de revertir.
-Hay barones socialistas como Vara, Page o Lambán que se muestran algo díscolos. ¿Es una pose ante su electorado autonómico o de verdad hay disidencia en el seno del PSOE?
Estoy seguro de que los barones están preocupados con la deriva del partido y del Gobierno de España, pero el problema es que no mueven un dedo para cambiar nada. El PSOE prácticamente ya no existe; es una plataforma controlada por Pedro Sánchez y dirigida por Iván Redondo. Punto. Podrán hacer guiños a su electorado autonómico, pero no mueven el dedo para frenar esta deriva del PSOE.
-¿Fue la manifestación en la Plaza de Colón una respuesta inteligente?
Fue un primer paso, una primera respuesta a este proceso español, a los indultos y a lo que vendrá después en Cataluña. Creo necesario que haya más coordinación estratégica entre los partidos constitucionalistas. Los daños que va a provocar Pedro Sánchez en Cataluña y en España no se van a solucionar en una semana.
Revertir 40 años de nacionalismo va a costar mucho y tenemos que empujar todos en la buena dirección. Hay que mantener el ritmo con más coordinación, generosidad y persistencia para acabar cuanto antes con estos gobiernos populistas.
-¿Podría derivar la concesión de los indultos en un nuevo procés?
Sí, claro. Los indultos son la primera piedra del segundo procés. En la carta de Junqueras no hay ninguna renuncia a la vía unilateral, y cuando nos habla a los catalanes no independentistas nos perdona la vida. Ellos saben que el golpe de 2017 fue un rotundo fracaso porque no tenían el apoyo internacional, la mayoría social suficiente ni las estructuras de Estado para consolidar o para implantar la Repúbica catalana.
Ahora Pedro Sánchez les va a dar unos añitos para que vayan construyendo su proyecto, para que vayan corrigiendo esos errores y lo puedan volver a hacer con más garantías de éxito, cuando el constitucionalismo esté más desmovilizado y cansado.
El "proceso español"
Juan Milián ha cuñado el término "proceso español" para hacer referencia a todos los paralelismos que encuentra entre el procés catalán y la manera populista de proceder -en su opinión- del Gobierno de Pedro Sánchez.
¿Cuáles son estas similitudes? "El sacrificio de la verdad, la propaganda frente a la gestión, el mal uso de las instituciones públicas, la obsesión por dividir y fragmentar la sociedad desde el poder político, etcétera".
"Me preocupa que el PSOE de Pedro Sánchez esté procediendo de la misma manera que aquel independentismo que ha estropeado Cataluña y ha dividido a la población", lamenta el coordinador general del PPC.
-¿Se encuentra el PSOE actual inmerso en una deriva populista?
Totalmente. De hecho, la deriva empieza con Zapatero: la ruptura de los consensos de la Transición, la búsqueda de pertenencias identitarias excluyentes, la victimización... El PSOE, como gran parte de la izquierda occidental cuando cae el muro de Berlín y la utopía socialista desaparece, abandona la lucha de clases y busca otra manera de fragmentar y dividir la sociedad: las identidades.
-Ergo, cuando en su libro habla en el libro de "populismo narcisista" entiendo que se refiere a Pedro Sánchez.
Hablo del populismo de los narcisos en dos sentidos. El primero es que los líderes supuestamente carismáticos de estos populismos tienen un elemento narcisista en su personalidad brutal: Artur Mas, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias se valoran a sí mismas por encima de sus capacidades.
Pero también se manifiesta en la manera en que tratan a sus votantes. Buscan ese narcisismo en el electorado masajeándolo: "Vosotros sois un pueblo que todo lo hace bien", "sois mejores que el otro"... Buscan el sentimiento de superioridad moral entre su electorado.
-Usted sostiene que "poner a Sánchez en la Moncloa fue la victoria más importante de los protagonistas del 'procés'". ¿Los separatistas van a salir reforzados de esta legislatura?
Para los independentistas, Pedro Sánchez ha sido un gran negocio. El independentismo estaba cayendo cuando él llega al poder. De hecho, cayó 600.000 votos en las últimas elecciones. Cada vez había menos lazos amarillos, menos esteladas en los balcones y la convivencia se estaba recuperando de cierta manera en Cataluña.
"Refundar la Generalitat"
¿Cómo carle la vuelta a la situación tras tantos años de hegemonía nacionalista en las instituciones, en la educación y en los medios? El autor de El proceso español lo tiene claro: refundar democráticamente la Generalit a través de un Govern constitucionalista.
-El historiador Jordi Canal sostiene que "mientras no se actúe sobre TV3 y la escuela, Cataluña no tiene solución".
La convivencia pasa por una condición sine qua non: que el constitucionalismo llegue algún día al Gobierno de la Generalitat de Cataluña para refundarla democráticamente. Ésta tiene un problema de pluralismo, trabaja para menos de la mitad de los catalanes: promueve una educación pública que trata al castellano como lengua extranjera, sostiene medios de comunicación que insultan a los constitucionalistas... Hay que conseguir refundar la Generalitat de manera democrática, aunque para eso necesitamos un constitucionalismo fuerte a nivel social, cultural y económico.
¿Ubica al PSC dentro de ese constitucionalismo catalán?
El gran punto débil de esta idea de refundar la Generalitat y hacerla más plural es que en Cataluña no existe una izquierda que defienda la Constitución. El constitucionalismo tiene la mayoría social en Cataluña, pero es una mayoría blanda que no se moviliza. El independentismo es una mayoría dura que se moviliza a golpe de pito.
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