PP, Cs y Vox se preparan para la batalla judicial contra los indultos de los presos del 1-O, mientras aumenta el tono del ataque político contra la excarcelación ya consumada, en una batalla que Pablo Casado se ha llevado este jueves a Bruselas, donde también está Pedro Sánchez participando en una cumbre de la UE.
Ciudadanos ha dado este jueves el paso, al presentar Inés Arrimadas un recurso ante el Tribunal Supremo a título personal, junto al actual portavoz naranja en Cataluña, y José María Espejo, diputados del Parlament en 2017 y, por tanto, "perjudicados directos", como han argumentado en el recurso, que ha sido admitido a trámite.
Aparte, han pedido medidas cautelares para que los nueve indultados ayer vuelvan de manera inmediata a prisión, mientras se resuelve el procedimiento.
Arrimadas ha defendido que sus derechos y los de sus votantes "fueron pisoteados", insistiendo en cargar contra Sánchez por "sacar a la gente de la cárcel por sus ideas" y por conveniencia propia.
Desde Bruselas, Pablo Casado, que este miércoles pidió la dimisión de Sánchez y la convocatoria de elecciones a modo de plebiscito sobre los indultos, ha advertido en la cumbre del Partido Popular Europeo que si se da "carta blanca" al independentismo en España, otros países europeos tendrán un problema.
De momento y sobre el recurso, el PP está estudiando los argumentos jurídicos para sostenerlo y barajando que el requisito de "legitimación" para poder interponerlo no solo contemple la alegación de Casado como perjudicado directo al haber sido señalado por los CDR, sino también otras opciones.
Recurso de Vox
El líder de Vox, Santiago Abascal, también se ha presentado ante el Supremo, pero sin explicar el contenido del recurso que han presentado, aunque por lo que han contado estos días, basan su legitimidad para presentarlo en haber sido acusación popular en la causa del procès, aparte de que se van a querellar contra todos los ministros.
Abascal ha acusado a Sánchez de haber cometido "un acto de corrupción" con la aprobación de los indultos y de haber dado "una puñalada por la espalda" al rey.
La ofensiva hoy del PP contra los indultos ha tenido otros frentes, uno de ellos, en la recogida de firmas frente al Congreso contra esta medida de gracia, que esperan llegar al medio millón este fin de semana, sumando una reivindicación más, la dimisión de Sánchez y la convocatoria de elecciones.
Y mientras los nueve condenados por el procés, ya en libertad, mantienen sus reclamaciones de amnistía e independencia, desde el Gobierno, Sánchez se ha limitado a pedir "concordia" a todas las fuerzas políticas y territorios.
María Jesús Montero, portavoz del Ejecutivo, ha ido más allá al pedirles que reconduzcan su discurso en favor del diálogo y la convivencia, y, en este sentido, fuentes del Ejecutivo temen que la campaña que puedan hacer los independentistas pueda ser "una losa" para el Gobierno como también temen que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos les pueda dar un tirón de orejas por "unas penas no proporcionadas".
En relación con la ofensiva judicial de la derecha, Montero ha asegurado que están tranquilos, aunque ha criticado sobre todo al PP por trasladar "permanentemente" a la justicia cuestiones que son políticas y de la mesa de diálogo, aún sin fecha, ha dicho que los tiempos se están acelerando, pero advirtiendo que a esta mesa hay que ir con propuestas viables y dejar las posiciones "extremas".
Otra cuestión que desde el Ejecutivo se ha dejado clara, en este caso por parte del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, es que "bajo ningún concepto" contemplan conceder un "indulto anticipado" al expresidente de Cataluña Carles Puigdemont, huido de la justicia.
Otras fuerzas nacionalistas han opinado que los indultos son un buen punto de partida, como ha subrayado el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, pero ha recomendado a los partidos independentistas actuar con "gradualidad" en este escenario difícil.
Un escenario en el que también ha entrado la Conferencia Episcopal Española, después de que los obispos catalanes se mostraran a favor del diálogo y los indultos, al pedir a todas las partes involucradas que abandonen las "actitudes inamovibles".