No queda mucho tiempo. Ya estamos a día 10 de julio y el Gobierno tiene muchísimos deberes antes del último Consejo de Ministros del 3 de agosto. A Pedro Sánchez se le va a juntar casi la Conferencia de Presidentes, el viaje comercial a Estados Unidos (24 y 25), el segundo homenaje a las víctimas de la Covid junto al Rey de España (15) y quién sabe si, por fin, la tan cacareada crisis de Gobierno que Alberto Garzón le puso fácil este pasado miércoles... y la Comisión bilateral con Cataluña que le prometió a Pere Aragonès el pasado 29 de junio en Moncloa.
El lector observador se habrá percatado de que son las dos reuniones sobre temas autonómicos, de financiación, inversiones y reparto de fondos europeos las que no tienen fecha. Al menos, oficialmente.
Pero este periódico puede confirmar en fuentes del Gobierno que el presidente del Gobierno priorizará a Cataluña sobre las demás Comunidades Autónomas: Miquel Iceta, responsable de ambas citas, tiene apuntada en su agenda antes la bilateral con la Generalitat que la multilateral con el resto de regiones.
De hecho, el Govern ya ha confirmado a Moncloa que Aragonés no piensa acercarse a Salamanca, que es la ciudad elegida en esta ocasión para acoger la XXIV Conferencia de Presidentes, en esta ocasión. Porque los asuntos de Cataluña, tal como defiende la Generalitat, se tratan "uno a uno con el Gobierno del Estado", y nada tiene que discutir el president con los demás.
Tampoco está aún confirmada la presencia de Aragonès en el homenaje a los más de 100.000 muertos por la pandemia en España. La cifra oficial, distribuida este viernes por el Ministerio de Sanidad, dejaba el dato en 81.003 muertos, de los cuales 14.756 lo hicieron en Cataluña, la segunda región con más decesos, sólo detrás de Madrid, con 15.479.
La agenda de Iceta
La cita de Salamanca será "a finales de julio", muy probablemente el día 30, viernes. Y la bilateral se espera cerrar entre la semana que entra y la siguiente. Este jueves, Iceta mantuvo una reunión con la vicepresidenta, Carmen Calvo, para preparar los últimos detalles.
En un principio, el presidente Sánchez no tenía previsto reunir la bilateral, y quería incluir todos los temas de negociación en la mesa del reencuentro, que se retomará en la semana del 13 de septiembre.
Sin embargo, Aragonès le arrancó el compromiso de separar los dos ámbitos. "La mesa de diálogo es para el conflicto", confirma el president. "Y la comisión bilateral es para los incumplimientos", que es como la Generalitat califica sus reivindicaciones de transferencias y financiación.
Aragonès dijo haber acordado con Sánchez que "todo lo que tenga que ver con incumplimientos del Estatut, transferencias de competencias y financiación se discutirá en la Comisión bilateral".
La mitad ya está hecha
Sánchez, por su parte, cree que esa reunión irá muy bien, porque su Ejecutivo ya ha cumplido con 20 de los 44 puntos que incluía en su 'Agenda del reencuentro', casi la mitad.
Y eso es porque, aunque de momento, sólo se ha celebrado una reunión de la misma, hace 17 meses, cuando aún no había llegado la pandemia e incluso aún gobernaba Cataluña otro presidente, Quim Torra, de otro partido, Junts per Catalunya, no son otra cosa que transferencias y exigencias de pura política que nada tienen que ver con el llamado "conflicto político".
Los 44 puntos de la Agenda del reencuentro son una reinterpretación de los 46 puntos con los que Carles Puigdemont terminó de romper con Mariano Rajoy. Tanto es así, que 23 de los enunciados que propone el Ejecutivo son textualmente iguales a los planteados por el expresident huido.
De hecho, sólo hay dos propuestas de la lista del "líder político" de los exconvergentes que se quedan fuera: el plan hidrológico de la Cuenca del Ebro y la reivindicación de los conocidos como "papeles de Salamanca"... y porque ya están entregados, no sin polémica. Sin embargo, el Ejecutivo español ya ha tiene cerrados o tramitándose como anteproyectos de ley una veintena de los 44 apartados.
Ayuso se niega
Hasta ahora, pocos han sido los presidentes autonómicos que han levantado su voz contra "los agravios" del presidente Sánchez para con el resto de regiones, priorizando el diálogo bilateral con Cataluña. La más llamativa ha sido, sin duda, la madrileña Isabel Díaz Ayuso.
En la reunión que mantuvo este viernes la lideresa popular en Moncloa con el presidente, se lo llegó a decir a la cara, "mirándole a los ojos". Y se lo dejó por escrito en un informe de 100 folios: no está dispuesta a "pagar la factura independentista y los agravios" de los gobernantes catalanes.
Ayuso mezcla su pelea política a Sánchez por su "proceso con los del procés" con la "armonización fiscal" que se le quiere imponer a las Comunidades Autónomas en los impuestos de sucesiones, donaciones y patrimonio. Ella y su Gobierno lo consideran un "ataque a la autonomía fiscal madrileña".
Y dicen tener razones para interpretarlo así. "Son sus socios de ERC los que dijeron que Madrid hace dumping fiscal y, de inmediato, Moncloa nos amenazó con intervenir nuestra fiscalidad". La líder madrileña se niega a que "el dinero de los madrileños, que ya son los más solidarios de España, sirva para pagar la fiesta independentista".