Una hora para trazar el nuevo rumbo de Ciudadanos. Inés Arrimadas ha clausurado la convención de su partido con un discurso que ha tratado de revestir de conjura. Arropada por los liberales europeos, la presidenta de los naranjas ha dedicado todos sus argumentos a proteger el centro reformista, el espacio político que peor salud ha tenido en España durante el último siglo.
Como si dos paredes la estuvieran emparedando, Arrimadas ha tratado de frenar con brazos y piernas al bipartidismo, que "necesita al país dividido en dos para mantener su cuota de poder". Sólo con Ciudadanos -ha alertado- será posible "huir de los bandos" y alcanzar "pactos de Estado".
"No se puede vencer a quien nunca se rinde", ha arengado una combativa Arrimadas ante la plana mayor de su organización y centenares de militantes llegados a Madrid desde casi todas las provincias.
Ha sido también una conjura porque Ciudadanos, con esta convención política, parece haber revertido sus días de inestabilidad. Juan Marín o Paco Igea -los dos vicepresidentes autonómicos otrora críticos con el rumbo elegido por la jerezana- han abrazado el discurso y unirán fuerzas en la pugna por resucitar el liberalismo.
Contra PP y PSOE
Arrimadas ha lanzado un discurso en positivo, tratando de construir el liberalismo en relación a propuestas, y no en contraposición a sus adversarios. Sin embargo, ha habido una mención a PP y PSOE. Primero sin mencionarlos, aunque luego les ha puesto nombre y apellido.
"Hemos cometido errores. Aprendemos de ellos. Los reconocemos. Aquí se asumen responsabilidades. Pero en otros partidos, donde se cometen infamias y delitos, eso no sucede. Nosotros pagamos más que nadie nuestros errores en las urnas". Ese ha sido el instante en que Arrimadas ha puesto sobre la mesa la moción de Murcia y sus consecuencias: el derrumbamiento de la organización en esa región, pero también en la Comunidad de Madrid.
La presidenta de Cs ha descrito a sus votantes como los "más exigentes": "Me gusta que sea así; porque somos el partido liberal, el partido de la razón frente a las vísceras. Claro que nosotros tenemos vísceras, pero no nos dejamos llevar por ellas".
Arrimadas -más de una hora en el escenario con unas pocas notas y sin teleprompter- se ha afanado en resaltar el "carácter útil" de un "proyecto sensato y moderado": "Esta convención será la del relanzamiento liberal y la de la convicción. No se puede vencer a quien no se rinde. ¡No nos rendimos nunca!".
Ha sido justo después cuando ha cargado contra Sánchez y Casado: "Necesitan tener a España dividida por la mitad. El bipartidismo no combate las losas del nacionalismo y el populismo, sino que las engorda. Han tenido mayorías suficientes para hacer reformas sin contar con ellos, pero en vez de mirarse entre ellos han mirado a los extremos. Porque no piensan en España, sino en mantener el poder".
Arrimadas, pese a su dureza con PP y PSOE, ha aclarado que su objetivo no es la desaparición de esos dos bloques: "Aspiramos a que socialdemócratas y conservadores vuelvan al centro. Sólo si el centro está fuerte conseguiremos pactos de Estado".
"El espíritu del optimismo"
Con los pies en el suelo, Arrimadas ha reconocido el momento tan delicado que atraviesa Ciudadanos, pero ha puesto como ejemplo las peripecias afrontadas por los liberales de Alemania, Austria o Hungría.
"Nadie nos dijo que fuera fácil. Estamos defendiendo el espacio más complicado. La antorcha ha pasado a una nueva generación de liberales. Necesitamos el espíritu del optimismo y de la ilusión. Vamos a quitarle el miedo a la gente", ha clamado.
"Tenemos que ser una herramienta al servicio de la ciudadanía. No somos un fin en sí mismo. Somos útiles, necesarios. Somos imprescindibles", ha incidido. Arrimadas ha intentado explicitar los grandes problemas que asolan a España y dibujar el liberalismo -y sus propuestas- como la única solución viable.
También, igual que ayer los liberales europeos, ha definido a Ciudadanos como el único partido verdaderamente liberal. Esta vez sin mencionar a PP y PSOE, ha dicho: "Somos liberales en mayúsculas, de verdad y en todos los ámbitos. No de boquilla o sólo en una parte".
De un vistazo
El discurso de Arrimadas también ha tenido un tono emotivo y personal. Ha recordado cómo se afilió a Ciudadanos, cuál fue el primer mitin al que asistió... No ha habido menciones, eso sí, a Albert Rivera, que decidió no estar presente en la convención.
"¿Dónde estabais en el verano de 2011? España, sumida en una grave crisis, naufragaba tras la desastrosa gestión de Zapatero. El 15-M reflejaba el descontento de los jóvenes, que denunciaban no tener las mismas oportunidades que sus padres. Yo tenía treinta años, ¡quién los pillara!, y trabajaba en una consultora", ha dicho.
"Jamás imaginé que un día entraría en política, pero tampoco que sería tan feliz representando a un partido, que sería cabeza electoral... Ciudadanos es un proyecto imprescindible para nuestro país", ha reiterado Arrimadas.
La presidenta de los liberales ha aprovechado la montaña rusa en la que se ha convertido la política española para trasladar la idea de que esa volatilidad lo mismo puede servir para desaparecer que para reaparecer: "El futuro no está escrito. Huid de los cenizos y de los pesimistas que pretenden sacar conclusiones sobre lo que pasará de aquí a dos años".
Arrimadas ha enumerado, a partir de ahí, los "grandes logros" de Ciudadanos: la aprobación y condicionamiento de los dos Presupuestos de Rajoy, la primera ley de autónomos, la equiparación salarial entre policías, la bajada del IRPF a las clases trabajadoras, la victoria electoral en Cataluña, la entrada en el Gobierno de Andalucía, la gestión de Castilla y León... "Somos un partido con manos libres y limpias", ha afirmado. "Nos hacen muchas críticas. Pero jamás han dicho ni podrán decir que no sabemos gobernar. Porque gobernamos muy bien", ha apostillado.
Por último, Arrimadas se ha referido a los "pilares del liberalismo" para ahormar la hoja de ruta de Ciudadanos: la "tolerancia y el respeto", el combate de los partidos "orientadores de morales", la "separación de poderes", la "economía de mercado", el "patriotismo verde", los "derechos individuales" o la "educación como garantía de la igualdad de oportunidades".
La presidenta de Ciudadanos ha elegido una frase de Adolfo Suárez para cerrar su discurso: "De aquí salimos serenos, confiados y ocupados".