Inés Arrimadas ha logrado traer a Madrid, en pleno julio, a los líderes liberales europeos. Cuarenta grados, aunque a la sombra, la presidenta de Ciudadanos celebró: “Los liberales están en esta convención, y no en la de un partido conservador”. Dacian Ciolos, presidente de Renew Europe -el grupo en el Parlamento Europeo- y Alexander-Graff Lambsdorff -líder liberal alemán- compartieron mesa con la jerezana y Luis Garicano.
La sesión, a caballo entre el inglés y el castellano, tuvo algo de coaching, ya que todas las formaciones liberales representadas -Austria, Rumanía, Hungría y Alemania- pasaron por un momento de delicada debilidad, igual que el que atraviesa Ciudadanos ahora.
La propia Arrimadas, en un tono distendido, bromeó acerca de esa enfermedad electoral que viene castigando a los liberales desde que nacieron. Dacian Ciolos, también ex primer ministro de Rumanía, fue el encargado, en calidad de líder de los liberales europeos, de otorgar a Ciudadanos el carné exclusivo del liberalismo en España.
Cuando dijo aquello de “el liberalismo en España se llama Ciudadanos”, el público le brindó una gran ovación. Arrimadas era consciente de que daba carta de naturaleza a lo que ella venía reivindicando desde hace meses: “El PP es un partido conservador”.
Aunque no se abordó de manera directa en esa charla, la autonomía del proyecto Ciudadanos planeó sobre toda la convención. Fuera de la carpa, mientras tanto, Edmundo Bal decía a los medios de comunicación: “No habrá fusión con el PP. No la habrá”.
Ciolos conoció a Arrimadas en Bruselas hace unos meses, ya cuando Ciudadanos afrontaba su crisis más pronunciada desde que nació como partido político. “Estoy feliz de estar a su lado. Significa mucho para Renew Europe, el grupo liberal y de centro en el Parlamento Europeo”.
En la relación Arrimadas-Ciolos ha sido fundamental el papel de Luis Garicano, líder a su vez de la delegación de Ciudadanos en Europa. El economista, muy respetado en las instituciones de Bruselas, mantiene unas relaciones diplomáticas de alto nivel. A la vista está la moderación de la mencionada mesa, donde guio el coloquio donde participaron Ciolos y Lambsdorff.
Ciolos explicó a Ciudadanos la necesidad de nutrir al liberalismo de un discurso complejo y trabajado: “Porque la izquierda lo caricaturiza y la derecha limita su significado. Sólo así se puede defender la moderación frente a los extremos y la libertad frente a la prohibición”.
La definición del liberalismo que dio Ciolos pasa por “querer igualdad en todos los ámbitos”, “independientemente de las preferencias sexuales, la raza o la religión”; también por “invertir el dinero público en solucionar los problemas de los ciudadanos”; y “por premiar a los mejores en función de los méritos, y no de su ideología”.
La conferencia de Ciolos, muy amplia, emocionó a los dirigentes de Ciudadanos, que tomaron notas con avidez. Arrimadas ha decidido encomendar al “liberalismo” su última bala. Ese será el concepto que se enarbole, y no el del “centro”, que en España se ha convertido en “un subterfugio para casi todo”.
Dicho de otro modo: el reto de Arrimadas es crear en este país un espacio liberal lo suficientemente amplio y estable como para “condicionar el gobierno nacional, los autonómicos y los municipales”.
“No podemos ser una gran mayoría, pero sí podemos garantizar el equilibrio de los países. Porque los conservadores escuchan las melodías de la derecha radical; y los socialdemócratas, las de los populistas de izquierdas. Sólo nosotros aseguramos que unos y otros tiendan al centro”, expresó Ciolos.
El presidente de Renew Europe también hizo aterrizar su discurso en el Parlamento español: “Los liberales pueden proteger al PSOE de Podemos; y al PP, de Vox. Necesitamos a Ciudadanos para hacer de España y de Europa un lugar mejor. Su equipo es excepcional”.
El "espíritu del optimismo"
Fue Ciolos el que habló de la convención como “un nuevo comienzo”. Después, Garicano dio la palabra a Lambsdorff, que pudo diseccionar la caída y el auge de los liberales alemanes.
En una situación con ciertos paralelismos, los liberales alemanes cayeron en la irrelevancia. Llegaron a desaparecer del Bundestag, pero tras cuatro años resucitaron y se convirtieron en fuerza decisiva para conformar gobiernos.
Lambsdorff llamó a la calma y especificó que España, igual que Alemania, “necesita un partido liberal”: “Es importante pertrecharse del espíritu del optimismo. El camino es largo”.
Para esa travesía, este político aconsejó a Arrimadas construir un verdadero discurso liberal que exhiba sus propias convicciones; y que no se limite a definirse en contraposición a los adversarios.
¿Y cuál es una de las claves de la receta? “No trabajamos con los populistas. Nunca. ¡Jamás! Quieren destruir la democracia, por eso no negociamos con ellos”. La militancia ovacionó este punto, pero luego Edmundo Bal se encontró con esta pregunta en rueda de prensa: “¿Negociarán ustedes gobiernos con Vox?”. El vicesecretario naranja negó la mayor y dijo que, hasta el momento, los pactos habían sido suscritos únicamente por el PP.
También intervino, aunque telemáticamente, Katalin Cseh, liberal húngara nacida en Canadá, parlamentaria de moda en Estrasburgo. Su movimiento, llamado Momentu, concurrió a los comicios en 2018, pero no obtuvo ningún escaño. Un año y medio después, logró dos eurodiputados. Crece en la oposición a las tesis iliberales de Orban.
Arrimadas agradeció a los presentes “la fuerza de la familia liberal”: “Cuando no estás en un buen momento, necesitas que te digan que se puede ir hacia delante. En los casos que hemos escuchado, las bases no perdieron la fe en el proyecto”.
“Defender este espacio es muy difícil. Todos compartimos, aquí y en Europa, los retos de la lucha contra el populismo y el nacionalismo. Lo que nos pasa a nosotros es lo que le ocurre a cualquier partido liberal en Europa”, concluyó la presidenta de Ciudadanos.