En Andalucía, la comunidad más poblada de España, se respira desde hace tiempo un clima preelectoral, pero pese a los muchos rumores al respecto, el presidente de la Junta, el popular Juan Manuel Moreno, no se decide a adelantar los comicios autonómicos, que en cualquier caso tendrán que celebrarse en algún momento del año que viene. Se trata de una decisión que no agrada del todo a su líder nacional, Pablo Casado, quien sí encuentra motivos estratégicos para adelantar la cita con las urnas, si bien este no será un asunto de conflicto entre ambos.
A favor del adelanto de los comicios juegan factores como el ascenso general de los populares en las encuestas, o el hecho de que no estén del todo consolidadas o definidas las candidaturas rivales.
Andalucía es la comunidad que históricamente ha decantado las mayorias socialistas. Además, las elecciones andaluzas fueron las primeras en las que Vox logró representación institucional. Por eso es una comunidad clave tambien para Pablo Casado.
En el PSOE andaluz está muy reciente la llegada del nuevo líder, Juan Espadas, alcalde de Sevilla, que ha retirado de la primera línea política a la ex presidenta de la Junta, Susana Díaz, tras derrotarla en las primarias celebradas recientemente por los socialistas andaluces. Cuanto más tiempo pase, piensan en la dirección nacional del primer partido de la oposición, más podrá consolidar el nuevo líder del socialismo andaluz su liderazgo y por tanto aumentar sus posibilidades electorales.
En Vox se apunta a su secretaria general en el Congreso, y uno de sus rostros más conocidos, Macarena Olona, como posible candidata. Por lo que una cita anticipada con las urnas también le dejaría a los de Santiago Abascal menor tiempo de reacción para la construcción de una candidatura que pujará con los populares por parte del caladero de votantes del centroderecha.
Sin embargo, la candidatura de Vox no está aún definida. En Andalucía, el grueso de los dirigentes de Vox son seguidores de Javier Ortega Smith, el número dos del partido, volcado en Andalucía desde sus inicios y responsable de la puesta en marcha de la formación en esa comunidad. Por ello, además de Macarena Olona, abascalista y diputada por Granada, suenan otros nombres, como Manuel Gavira, actual portavoz parlamentario, y Rocío de Meer, diputada de Almería.
La formación derechista sigue siendo el socio parlamentario imprescindible del Gobierno en coalición de PP y Ciudadanos, cuyo vicepresidente es el líder regional de la formación naranja, Juan Marín, que repetiría como cartel pero con las opciones mermadas por la grave crisis que atraviesa su formación.
No obstante, parece que gracias también al no adelanto electoral, Ciudadanos lograría revertir la tendencia negativa, o al menos, la minimizaría, a tenor de las últimas encuestas que dejan al partido naranja entre 7 y 8 diputados, por lo que los de Inés Arrimadas se mantendrían pese a la pérdida de votos.
En este escenario, en el que Cs Andalucía ha demostrado ser un socio más fiel que en otras comunidades como Murcia o Madrid, la postura de Juan Marín también está sirviendo para poner a prueba la estrategia de Arrimadas. De hecho, Cs en Andalucía acaba de remodelar equipos, con perfiles muy cercanos a Marín.
La decisión de no adelantar las elecciones en Andalucía, por tanto, beneficia al PP, que poco a poco camina hacia la mayoría absoluta, con un perfil moderado que acerca a Juanma Moreno más hacia un Alberto Núñez Feijóo que a una Isabel Díaz Ayuso. También porque, llegado el caso, los populares andaluces preferirían tener como socio de gobierno a Ciudadanos antes que a Vox. También beneficia a Cs, que no sólo no desaparecería, sino que confía en mejorar resultados capitalizando la gestión que hacen de sus carteras autonómicas.
Vox y los Presupuestos
Los presupuestos autonómicos tampoco son ya una baza con la que Vox pueda presionar al ejecutivo andaluz para adelantar las elecciones. Los últimos, aprobados en noviembre del año pasado, son prorrogables hasta por dos ejercicios presupuestarios.
Vox apoyó las Cuentas Públicas antes de que surgieran las tensiones con el Partido Popular tras el asalto a la valla de Ceuta, los menas y la declaración de Abascal como persona non grata en la ciudad autónoma. Cuando los apoyaron, blindaron la legislatura al PP-Cs. Moreno, por tanto, no necesita de nadie, y ni siquiera necesitaría elaborar el documento económico, si sabe que va a ser rechazado en la cámara autonómica.
Vox, que parece tener en su mano el 'botón nuclear' electoral, ya ha amagado en un par de ocasiones con frenar la aprobación de decretos, como el de la Ley de Suelo o el de fusión de entes de la Administración paralela, para luego llegar a a acuerdos en los que importa más la forma que el fondo.
El presidente de la Junta cree que es mejor opción agotar hasta el último momento su mandato y convocar elecciones justo al final de 2022, cuatro años después de haber llegado al poder, o al menos, ese es el discurso oficial. De forma parecida a lo ocurrido con Ayuso en Madrid, Moreno aspira a capitalizar la caída de Ciudadanos, descontada por la demoscopia, lo que le permitiría lograr una victoria mucho más holgada.
Pero el PP no sólo se beneficiaría de la caída de Cs. EL ESPAÑOL ha podido saber que Vox maneja encuestas internas que estiman fuertes caídas de votos en Almería, Malaga y Cádiz, tres provincias que fueron clave en sus resultados electorales. Por ello, también presionan con el adelanto electoral. Saben que cuanto más aguante y espere Moreno a convocar los comicios andaluces, más puede caer su electorado.
Reforma Fiscal
Moreno tiene también sus esperanzas puestas en la Ley de Tributos Cecidos, una de sus grandes apuestas que vería la luz en otoño y que supondría una importante reforma fiscal, cifrada en una bajada de impuestos de más de trescientos millones de euros.
El propio presidente andaluz la anunciaba a bombo y platillo el pasado julio en el Parlamento autonómico, donde aseveraba que con la modificación del tramo autonómico del IRPF Andalucía pasará "de ser una de las cuatro comunidades que más gravan la renta del trabajo de autónomos, pensionistas y trabajadores a situarnos entre las cuatro que menos impuestos cobran por trabajar".
Las últimas elecciones autonómicas, celebradas a finales de 2018, fueron la primera prueba de un Casado que apenas meses antes, y dentro del seismo político que supuso la moción de censura de Pedro Sánchez sobre Mariano Rajoy, se había encaramado por sorpresa a la presidencia de los populares.
Se daba la circunstancia de que Moreno había respaldado en las primarias del PP a la rival de Casado, la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Pero ambos trabaron una buena relación en la nueva etapa que se abría en el partido, sobre todo gracias al éxito que supuso terminar con la hegemonía más larga de la política española, los cuarenta años que el PSOE gobenó sin discusión Andalucía.
En aquella ocasión los socialistas volvieron a ganar las elecciones, pero los tres partidos del centroderecha sumaron por primera vez mayoría en el Parlamento. La fragmentación de ese espacio político se reveló como virtuosa en ese caso, algo que luego no sucedió en las dos elecciones generales celebradas al año siguiente, en 2019, cuando Sánchez pudo consolidar su mandato en La Moncloa.