El general Millán Astray ha regresado este martes al callejero madrileño. En una mañana calurosa de agosto, dos operarios han retirado las placas de la maestra Justa Freire para colocar en su lugar las del fundador de La Legión, que vuelve a la capital tras cuatro años en el ostracismo.
El alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, acata así la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que ordenó la restitución de la calle por considerar inválidas las razones esgrimidas por la exregidora Manuela Carmena para su retirada.
Y es que ésta -la calle- tiene su origen en los años veinte, por lo que no entra dentro del ámbito de aplicación de la Ley de Memoria Histórica, que es retrospectiva sólo hasta 1936. Tampoco constituye -según la magistratura- una "exaltación del franquismo", pues fue otorgada al general por su labor en la Guerra de Filipinas y por su carácter de fundador de la infantería.
Pese a ello, el principal partido de la oposición, Más Madrid, ha criticado que se cumpla la voluntad de la Justicia. Su portavoz, Rita Maestre, ha asegurado que la ciudad "sigue el retroceso en todos los ámbitos" y que Almeida "aprovecha agosto para estas fechorías".
Se trata tan sólo de la primera de muchas calles que se restituirán en las próximas semanas. El Ayuntamiento de Madrid, en cumplimiento de las decisiones judiciales, devolverá al callejero a los Caídos de la División Azul (Chamberí) y los hermanos García Nobejas (Ciudad Lineal). Entre otros.
Largo proceso judicial
La restitución de estas calles es tan sólo el desenlace al proceso que se inició en 2017, cuando el Comisionado de la Memoria Histórica -integrado por expertos elegidos entre todos los partidos- entregó un informe de revisión del callejero. Se procedió entonces al cambio de 52 calles, entre ellas las de Millán Astray, Cirilo Martín, los Caídos de la División Azul, Asensio Cabanillas o El Algabeño.
Sin embargo, particulares y asociaciones presentaron recursos ante los tribunales. Y el TSJM acabó fallando en favor de la restitución de estas tres vías al no encontrar justificado su cambio mediante la ley de Memoria Histórica de Zapatero.
En este largo litigio tuvo un papel protagónico la Plataforma Millán Astray, que hoy está de celebración. Guillermo Rocafort, secretario de la organización, festeja que "después de cinco años de larga lucha se haya repuesto la placa del fundador de La Legión" y espera que este hito suponga "un punto de inflexión para la reconciliación y armonía entre los españoles".
El veterano legionario celebra que "las instituciones han funcionado" ("sobre todo la judicial", apuntilla), pero pide al consistorio madrileño un "acto de reparación" tras el "agravio" al fundador de la infantería. Por lo pronto, y con motivo de su centenario, la Legión contará con un busto de seis metros en la Plaza de Oriente. "Un buen comienzo", dice Rocafort.
Debate político enconado
El proceso judicial también ha venido acompañado de un enconado debate político. De hecho, pese a conocerse la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el PSOE intentó frenar el retorno de Millán Astray al callejero mediante una propuesta municipal que fue rechazada por Partido Popular, Vox y Ciudadanos.
El concejal socialista Ramón Silva acusó a estos tres partidos de "ensalzar a criminales de guerra", pero el Gobierno de Almeida y Villacís, a través de dos ediles, respondió a la izquierda que no van a legislar en contra de las sentencias del TSJM.
"Están absolutamente desconectados del electorado. Les falta inteligencia emocional. Además, ¿nos están pidiendo que incumplamos una sentencia? El Gobierno no va a ser cómplice de esa chapuza", contestó Borja Fanjul, del PP.
"100.000 muertos por el coronavirus, millones de parados. Y aparece el fantasma de la ópera, vestido de negro, con los peores augurios de 1936. Dejen ya el revanchismo y el enfrentamiento, dejen su desmemoria histórica", sostuvo Ortega Smith.
Sofía Miranda, de Cs, explicó así la postura de su grupo, definitiva para tumbar la propuesta del PSOE: "Estas iniciativas no mejoran la vida de los madrileños. Sólo generan ruido. Quieren dividirnos en bandos. Este pleno no debe ser un tribunal de la Historia que juzgue tiempos pasados".