Jordi Sànchez, secretario general de Junts, pide votar no a los Presupuestos; reclama "unidad de los 23 diputados independentistas en Madrid"; recuerda que "somos imprescindibles para la supervivencia de ese Gobierno"; y aclara que "la decisión de retirar los 1.700 millones para la ampliación de El Prat es un incumplimiento más que pone muy difícil confiar en la palabra de Pedro Sánchez".
Es decir, que el partido de Carles Puigdemont se niega a "apoyar a un Gobierno a cambio de nada, sólo por miedo a que vengan otros gobiernos supuestamente peores para los intereses de Cataluña"... o del independentismo.
A una semana de que se deba reunir la llamada Mesa de diálogo, negociación y pacto, los exconvergentes están reunidos en Bruselas, en unas jornadas de trabajo. Su secretario general ha comparecido en rueda de prensa reclamando una reunión urgente con el president Pere Aragonès. Y lo ha hecho sólo 24 horas después de conocer la decisión de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, de no acometer la ampliación del Aeropuerto de El Prat.
"Deben recibir un mensaje, si querían dividir al independentismo van a encontrarse a un movimiento con toda la fuerza y con más unidad que nunca". El ex preso indultado por el procés y líder en España del partido del huido Puigdemont apela al "espíritu del acuerdo de Govern", como suele hacer Esquerra.
Los de Oriol Junqueras apelan a ese documento para forzar a los reticentes de Junts a sentarse en la mesa con el Gobierno español -en una semana, en Barcelona- aunque sean "escépticos de partida". Y ahora lo invoca Junts para "coordinar a los 23 diputados independentistas en Madrid" y negar el apoyo a los Presupuestos de Pedro Sánchez.
Según Sànchez, ya le ha transmitido todas estas inquietudes a Aragonès: "Desde el principio éramos escépticos con las posibilidades de la Mesa, pero si el Gobierno de España es incapaz de mantener un acuerdo de 1.700 millones de euros alcanzado hace sólo un mes y pone como excusa un tuit... ¿cómo va a abordar la resolución de un conflicto político de décadas?".
Las jornadas de Junts en Bruselas están sirviendo para armar el discurso del segundo partido en el Govern en vísperas de la Diada. "Ayer constatamos una realidad. Y quien tuviera dudas del interés del Gobierno de España en defender los intereses de Cataluña, no le queda más que ver a la ministra [de Transportes] ayer".
Todo parado a una semana
La realidad es que en Junts han parado toda la negociación previa con ERC de cara a la Mesa. El propio Sànchez transmitió a Aragonès el lunes que no nombrarían delegación hasta saber si el presidente del Gobierno se hará la foto en Barcelona dentro de siete u ocho días. "Es Esquerra la que negocia, y no sabemos cuándo se hará la reunión ni cuál es la agenda de la misma. Sólo sabemos que Moncloa aún no ha decidido si irá o no el presidente", respondía el otro Sànchez a preguntas de este diario.
Y de inmediato, volvía a desafiar a ERC: "A cada uno le corresponde asumir la responsabilidad en los acuerdos que cerró". Minutos antes, había presumido de que su partido es el independentismo puro y genuino, frente al posibilismo de los republicanos: "Nos corresponde ser la fuerza tractora del movimiento independentista y por eso apelamos a la unidad de los 23 diputados en Madrid por el bien de los intereses que se corresponden con nuestro ADN".
Tanto Aragonès, en otra rueda de prensa, como Sànchez, tanto ERC como Junts consideran que las razones aducidas por el Gobierno para parar la inversión no son más que excusas. El president advirtió de que "no caeremos en esta maniobra de presión, la mesa es para el conflicto político, no para inversiones".
En parecidos términos se expresaba el líder político de Junts, que añadía: "Pero lo cierto es que esto demuestra la poca voluntad de acuerdo de Moncloa y dificulta la creación de espacios de diálogo".
Finalmente, el exlíder de la ANC advirtió a los dos presidentes. Al de la nación, que "lo acordado con ERC y con la CUP es que en la Mesa sólo hablaremos de 'amnistía y autodeterminación', así que visto lo visto iremos intentando no ser un obstáculo, pero sin mucha esperanza". Y al de Cataluña, que aproveche que Podemos ha plantado sus propias posiciones, que aceptan la posibilidad de un referéndum".