El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. EP

Política CRISIS ENERGÉTICA

Sánchez diseña un 'consumo mínimo vital' en su agenda social contra la "pobreza energética"

El presidente intervendrá mercados y bajará impuestos dentro del "plan de choque de la luz" que aprueba este martes el Consejo de Ministros.

14 septiembre, 2021 03:03

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Dentro del "plan de choque de la luz", el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha encargado el diseño de un desarrollo al bono energético que incluya el concepto de "consumo mínimo vital". Unidas Podemos planteó esta medida al sector socialista del Ejecutivo como una de las mejoras del sistema actual de Ingreso Mínimo. Pero la idea fue rechazada el pasado mes de marzo. Ahora, el presidente quiere incluirla en el paquete de medidas urgentes que aún se negociaba en la noche de este lunes entre los socios de la coalición.

Sánchez entiende que este plan debe ir dentro de la agenda social del Ejecutivo, con la que Moncloa quiere afrontar la segunda parte de la legislatura. Amparado en los fondos europeos y en el rebote económico posterior al hundimiento de 2020, el presidente quiere presentar una medida contra la "pobreza energética" que desvíe el debate público de la "guerra con las eléctricas".

Precisamente, porque ése es el marco en el que se está moviendo el sector morado, y el que quieren evitar los socialistas. 

El plan original del "consumo mínimo vital", heredado de la etapa de Pablo Iglesias como líder de Unidas Podemos, establecía el "derecho de toda persona a disponer de suministros básicos en su vivienda habitual" y convertía en "multi-energético el bono social, para que sea aplicable a los suministros de electricidad y gas".

Pero es que además fijaba un "derecho de acceso a un consumo mínimo vital de agua potable que será, al menos, de 100 litros por persona y día", a cuenta de los Ayuntamientos. Y establecía que "las deudas acumuladas por las personas afectadas por situaciones de impago [...] serán asimismo asumidas por todas las empresas o grupo de sociedades que participan en algún segmento de los sectores eléctrico o gasista".

Negociación de noche 

La negociación de ésta y las otras medidas del "plan de choque de la luz", como lo bautizaba un portavoz del Ejecutivo, en conversación con EL ESPAÑOL, continuó hasta altas horas de la noche, a pocas horas de ser redactadas para aprobarse en el Consejo de Ministros de este martes.

Mientras aún se discutía en la sede de Transición Ecológica, el presidente anunciaba en TVE que el Gobierno aprobará "poner un tope a los precios del gas para detraer los beneficios extraordinarios de las empresas", algo que hasta hace dos semanas se rechazaba por "contrario a la normativa europea", pero que ahora se explica "porque las empresas energéticas se lo pueden permitir"...

Fuentes conocedoras de estas conversaciones entre PSOE y Unidas Podemos explicaban a este diario que las medidas llegaron "muy verdes", y sin concretar, a la mesa donde los convocó Ribera este mismo lunes.

Y entre algunas de las medidas, sorprendentemente, estaban las menospreciadas a Podemos hace 15 días por la vicepresidenta tercera en su comparecencia en el Congreso. Los dos equipos discutían a propósito de la intervención de los mercados de la energía nuclear y la posibilidad de ponerle un tope al precio de la electricidad de producción hidráulica.

Pedro Sánchez , en TVE.

Pedro Sánchez , en TVE.

La idea de entrar en directa confrontación con el margen de beneficio de las grandes empresas había sido rechazada con vehemencia por parte de la responsable de Transición Ecológica: "Este Gobierno jamás va a impulsar la adopción de medidas que sepamos de antemano que son frontalmente contrarias al derecho comunitario", espetó la vicepresidenta tercera.

"Eso es lo peor que se puede hacer", añadió, porque existe una "prohibición expresa" en el derecho comunitario para fijar precios en los mercados mayoristas, establecer precios máximos o mínimos y también la obligación de aplicar precios marginales". Sin embargo, su departamento estaba, anoche sí, dispuesto a ello.

Preocupación en Moncloa

Lo que ocurre es que Moncloa está más que preocupada, angustiada, por el crecimiento imparable y sin freno del precio de la electricidad. Fuentes cercanas al presidente reconocen que, además de que las medidas de urgencia aplicadas hasta ahora no han logrado el objetivo -bajar la factura que pagan los consumidores-, tampoco han sabido explicarse ante los votantes.

Y eso es, quizás, aún más peligroso. Porque en el entorno del Gobierno se admite la impotencia en lo primero: ni la bajada del IVA del 21% al 10%, ni la suspensión del impuesto a la generación eléctrica del 7%, ni las peticiones a Bruselas para cambiar la manera de calcular los precios mayoristas, ni las dos leyes que están en trámites parlamentarios... nada de todo eso ha podido con la especulación al pormayor en el mercado de emisiones de CO2 o con la subida global de la demanda del gas natural.  

Pero lo peor es que se reconoce, aunque implícitamente, la incompetencia en lo segundo. Teresa Ribera, la vicepresidenta de Transición Ecológica llegó a argumentar en la comisión parlamentaria, hace dos semanas, admitiendo que "un consumidor medio pagará a final de 2021 un 25% más en su factura de la luz".

La crítica -muy velada, por puro corporativismo- iba directa a Ribera, que estaba destacando más por entrar al trapo de las propuestas de Unidas Podemos, despreciándolas en público, que en hacerse entender o en culpar a los "diez años de mala gestión del PP".

Así que fue inmediatamente después que Moncloa comenzó a filtrar que tomaría las riendas del asunto, "explicando mejor la situación" e impulsando, un domingo en que fue entrevistado el presidente en la prensa, un compromiso: que ese 25% se enjugaría con "el paquete de medidas" de urgencia que se preparaban en el seno del Gobierno. Algunas de ellas se aprueban este mismo martes, ya, en el Consejo de Ministros.

Sin embargo, ahora el presidente ha desempolvado ese llamado "consumo mínimo vital", como parte de las medidas previstas en su "agenda social" contra la "pobreza energética" y para lograr "una recuperación justa".

...una retahíla de mensajes con conceptos entrecomillados que forman parte de la nueva dialéctica de Moncloa, la de Óscar López, el jefe de gabinete que llegó para bajar a Sánchez al suelo desde el "olimpo" donde lo mantenía su antecesor, Iván Redondo, según los recién llegados (y algunos de los que siguen).

Rentabilizar las medidas

Pero esta medida no es de la cosecha original de Presidencia, ni del PSOE, ni siquiera de alguno de los think tanks cercanos al socialismo. Es una idea del Podemos de Iglesias, presentada en marzo al equipo socialista, y rechazada de plano cuando el precio del Kw/h era de 60 euros.

Teresa Ribera, Nadia Calviño, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Teresa Ribera, Nadia Calviño, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Este lunes, ya tocó los 153,43 euros -el récord histórico- y los líderes de Unidas Podemos, pegados a los movimientos sociales, consideran que éste es uno de esos asuntos que pueden acabar con un Gobierno. Ya lo dijo el pasado domingo Ione Belarra, ante el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos: "El Ejecutivo de coalición se juega su reelección".

Y no sólo eso, es que los morados no podrían soportar la presión en las calles si no arrancan medidas al PSOE ya mismo.

El "consumo mínimo vital" fue tan despreciado en su momento como la bajada del IVA, que luego sí se aplicó; la intervención de algún mercado energético -gas, nucleares...-, que ahora sí se estudia; o la creación de una empresa pública, convertida en el único elemento con el que ya se menosprecia al socio morado desde la banda del PSOE.