El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acudido este martes al pleno del Senado en la víspera de la mesa de diálogo con el Govern de Cataluña con un mensaje para ERC, partido al que pertenece el president Pere Aragonès: "El diálogo va a ser largo, no nos pongamos plazos".
Pese a que el jefe del Ejecutivo no ha pronosticado una fecha, sí ha resaltado que "el conflicto político", tal y como lo llaman los separatistas catalanes (y, de un tiempo a esta parte, el propio Sánchez), no se resolverá "en dos o cuatro años" porque "tenemos mucho camino por delante".
Así ha respondido el presidente al ser interpelado por la diputada separatista Mirella Cortès, que ha exigido la "amnistía" y la "autodeterminación" como condiciones sine qua non para poner fin al "conflicto político" y para que haya un entendimiento en la reunión que el Gobierno Central y el autonómico mantienen este miércoles: "Mañana tenemos una oportunidad histórica. El tiempo corre".
Sánchez, que no estará presente en la mesa pero sí compartirá un café con Aragonès, ha pedido a la representante de Esquerra Republicana que renuncie a "su programa de máximos", en referencia a la "amnistía" y la "autodeterminación", por cuanto esto último "está fuera de la Constitución y fracturaría aún más a la sociedad catalana".
Además, en un discurso atípicamente crítico con el independentismo, ha recordado que tan sólo "un 27% del censo votó a formaciones independentistas" en las pasadas elecciones, por lo que ha pedido "que reconozcan a quienes no quieren el referéndum". "¿No eran ustedes los del sit and talk?", ha preguntado el presidente, que ha exortado a ERC hablar este miércoles de "memoria democrática, inversiones, fondos europeos y un largo etcétera" como punto de partida.
Este intercambio de posturas ha tenido lugar tan sólo 24 horas antes de que se reanude la mesa de diálogo. Una mesa en la que no estará el presidente del Gobierno, que delegará en seis ministros el encuentro con una delegación catalana que estará previsiblemente representada por dos consellers y el propio Pere Aragonès.
Factura de la luz
El primer pleno del nuevo curso político ha supuesto el debut del socialista Ander Gil como presidente de la Cámara Alta, que se ha estrenado pidiendo un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de la "violencia machista" y apelando a la "empatía, concordia y cordialidad" para rebajar la "crispación política".
Unas palabras que han caído en saco roto, pues el pleno ha contado con el enfrentamiento enconado entre Gobierno y oposición a cuenta de la independencia del Poder Judicial o del precio récord de la factura de la luz, que ha concitado el cruce de reproches entre Javier Maroto (PP) y el presidente Pedro Sánchez.
La batería de medidas del Gobierno para abaratar el recibo de la luz, que incluye una reducción del impuesto eléctrico del 5,1% al 0,5%, ha sido calificada por el senador popular como "un timo" porque "llega tarde" y es "insuficiente para arreglar el verdadero problema", además de una "estafa" que "carga la diferencia a las empresas del gasoil y de la gasolina".
Sánchez, por su parte, ha pedido "humildad" al PP antes de que criticar las decisiones que este partido tomó cuando estaba en el Gobierno, tales como "el canon hidráulico, la creación del impuesto al sol o la batalla contra las energías renovables que acabó en las cortes internacionales de arbitraje". "Cuando están en la oposición proponen muchas cosas, pero cuando gobiernan se olvidan de ellas", ha zanjado el presidente.