Yolanda Díaz ya no esconde que trabaja en la construcción de una plataforma política que trascienda todos los actuales movimientos a la izquierda del PSOE. Se resiste, eso sí, a confirmar que será ella la candidata de tal proyecto a las próximas elecciones generales, pero en Podemos e Izquierda Unida lo dan por supuesto.
La actual vicepresidenta segunda del Gobierno ha adquirido un liderazgo que eclipsa el de cualquier otro dirigente en el entorno de Unidas Podemos. Y lo que es más importante: Ione Belarra e Irene Montero –al frente de los morados desde la marcha de Pablo Iglesias– mantienen una buena relación personal con Díaz.
Este punto es clave, teniendo en cuenta el único precedente existente: Manuela Carmena. En sus segundas elecciones, la entonces alcaldesa de Madrid vio cómo su proyecto volaba por los aires debido, entre otras cosas, a la beligerancia de Podemos en la confección de las listas.
Tal y como reveló este diario, en Podemos no se opondrán a que la gallega encabece una lista electoral que no lleve ese nombre, "Podemos". Ahora, fuentes autorizadas consultadas por EL ESPAÑOL, confirman que Díaz ya trabaja en ese proyecto: "Pero no se parecerá en nada a lo que hay ahora. Será distinto, ya lo veréis. Mucho más amplio".
"Más amplio" –insisten estas fuentes– que todas las siglas que integran Unidas Podemos. ¿Transversal, estilo 15-M? Transversal, sí, pero "nada que ver con el 15-M": "Yolanda no es una activista, no proviene de ese entorno, sino de un despacho de abogados".
La rebelión de las plazas sí cosecho esa "transversalidad" que iba mucho más allá de la política tradicional, pero Podemos, pacto con IU mediante, fue virando a ese nicho tradicional –y mucho más reducido– que había procurado trascender. Prueba de ello es el paso de los más de setenta diputados a los 35 actuales.
Íñigo Errejón, en su último libro, diagnostica este motivo como uno de los más influyentes en el declive del proyecto. Más País, por otra parte, no termina de despegar fuera de Madrid. La ola verde que prospera en otras naciones como Alemania no parece que vaya a nacer en España. Por lo menos antes de las próximas generales.
Díaz y Errejón rehúyen las preguntas vinculadas a una posible alianza. Pero Díaz extiende ese mensaje, el de trascender a todo lo conocido. Sin un liderazgo fuerte y restañadas las grietas, no habrá gobierno posible.
"Estajanovismo"
Rizando el rizo, en el entorno de Díaz reseñan que tampoco se asimilará a la hoy llamada "nueva política". Porque ella tampoco estuvo en el nacimiento de Podemos. "Calma, ya lo veréis, será distinto".
Paradójicamente, y en contra de lo que muchas veces se piensa, Yolanda Díaz no es siquiera militante de Unidas Podemos. Su único carné es el del Partido Comunista, cuyo centenario acaba de festejar.
En conversación con su equipo, Díaz suele definirse como "estajanovista"; en referencia a un método de trabajo ideado por los soviéticos para incrementar la productividad laboral.
Podemos –aunque integrado en el nuevo proyecto de Díaz– afrontará en las próximas elecciones generales circunstancias inéditas que supondrán una prueba de fuego para la solidez de la organización.
Será la primera vez que concurran sin Pablo Iglesias al frente. Dimitido el exvicepresidente y apeado de las contiendas electorales en los últimos comicios madrileños, era él quien venía encabezando la papeleta desde 2014.
Por otro lado, Podemos siempre ha hecho de la oposición al gobierno de turno su principal bandera de campaña. En 2023, salvo sorpresa, ellos serán el gobierno. Y nada tiene que ver someterse a los electores habiendo gestionado que sin haberlo hecho.
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