Que la política se ha convertido en venta de mensajes es evidente. Para empezar, este es el segundo día en que se anuncian los Presupuestos Generales del Estado y todavía, en realidad, no se conocen. Habrá que esperar a la semana que viene, después de la Fiesta Nacional, cuando se lleven al Congreso. María Jesús Montero, ministra de Hacienda, decía este jueves que "será seguramente el próximo miércoles".
Lo hacía en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario en el que se aprobó el proyecto de ley de las cuentas públicas de 2022. "Los de la recuperación justa", quiso vender, junto a un cartel con fondo azul que lo publicitaba. Los de los "bonos" sorpresa, "subvenciones" y "ayudas a los jóvenes", se entendió de su discurso y de las 24 respuestas que ofrecieron ella y la portavoz, Isabel Rodríguez.
"El colectivo de los jóvenes es en el que debemos concentrarnos, para asegurarnos no sólo un presente próspero, sino un futuro mejor", sentenciaba Montero de inicio presumiendo de que se duplica la partida en políticas juveniles. "Seis de cada diez euros irán a gasto social, e incrementamos todas las partidas, sobre todo las dedicadas a ciencia e innovación y a inversiones, porque cuando vienen mal dadas, el Estado tiene que ser un motor de la economía".
Pero sí hay una partida que cae, la de las prestaciones por desempleo... y eso que (más allá de los 250.000 trabajadores que siguen en ERTE, en su mayoría jóvenes y mujeres) la tasa de paro sigue siendo la misma que la hace dos años. Al inicio de la pandemia estaba en un 15,28% y hoy se sitúa en el 15,25%.
Hubo mucho de mitin en la comparecencia, y a las dos ministras no se les caía de la boca la palabra "jóvenes" en cada contestación. Ayudas al alquiler -sin concretar-, bonos culturales -sin definir-, o subvenciones y becas para el estudio que superan los 2.000 millones. O sea, subidas en todo, pero ningún destacado en actuaciones para bajar el paro juvenil, que ya alcanza el 36% en España -el mayor de la UE- mientras se baja la partida para prestaciones de desempleo en las cuentas públicas aprobadas: "Un 10% menos, en consonancia con la evolución del mercado de trabajo".
Pero es que además, desde que el martes pasado una nota de Moncloa dijo que había fumata blanca, se ha instalado la pelea pública en el seno del Gobierno de coalición. La batalla ahora es para que Unidas Podemos o el PSOE se apunten los méritos de las cuentas públicas de 2022.
Pedro Sánchez se sacó de la manga un par de cheques para jóvenes -250 euros al mes durante dos años para pagar el alquiler, y 400 al año para los que se hagan mayores de edad consuman cultura-. Anuncios que han quedado en una nebulosa, porque ni la ministra que tiene que poner los dineros, Montero, se sabe cómo van a ser.
Quién gana el relato
Mientras, Yolanda Díaz explicaba que "el cambio de paradigma" que llega gracias a su labora "garantizará el derecho constitucional a la vivienda digna" por insistencia de los morados. Pero su medida estrella, la de bajar los alquileres por decreto, tardará más de tres años en aplicarse y sólo afectará al 2% del parque de viviendas arrendadas.
Esas rencillas no impidieron que ambos líderes se hicieran la foto sonrientes en la mañana de este jueves sujetando el tocho amarillo de los PGE que aún ocultan a la ciudadanía. Porque antes de conocer sus tripas, tienen ellos que ir rentabilizando mensajes para ganar el relato.
En las imágenes se aprecian levemente las miradas de medio lado a las que se podía subtitular con declaraciones de ambos en estos días: "Los jóvenes no quieren paternalismos", que soltó este miércoles Díaz a propósito del bono para la emancipación de los jóvenes, fue la más explícita de todas.
Otras llegan en off, del lado socialista, explicando que "Unidas Podemos vende humo para el consumo de sus bases, pero la intervención de los alquileres no entrará en vigor hasta dentro de tres años, y sólo para muy pocos casos".
Y es que la líder de Podemos, Ione Belarra, vio cómo Sánchez quería tapar su éxito -si así se puede llamar a lograr que 11 meses y una semana después el PSOE cumpla "lo firmado"- promocionando sus cheques "que nosotros desconocíamos".
Lo hizo en una comparecencia pública en Sevilla, programada antes del Consejo de Ministros, y los titulares no fueron para el acuerdo con Podemos, sino para la novedad en términos contantes y sonantes. Ahora se sabe, aunque sin confirmar mucho más, que los 250 euros al mes sólo se le dará a los jóvenes que alquilen un piso de menos de 600 euros "para que no se incorpore el bono al precio", explican fuentes del Gobierno.
ERC quiere más
Además, el día del anuncio, en la mesa de Moncloa no comparecía nadie con la chapa morada en la solapa, sino la ministra portavoz y el de Presidencia, Félix Bolaños.
Este último es el encargado, desde hace tres semanas, de reunirse con los grupos parlamentarios para buscar apoyos a sus cuentas públicas. Pero es que los pide sin enseñarlas "ni siquiera dar detalles de cuánto y cómo se va a gastar, ni en qué", explican fuentes del Partido Popular... y de Esquerra Republicana.
De los primeros, es esperable esa frase -de nuevo, el mensaje-, porque lideran la oposición. Pero de los segundos, al fin y al cabo los dueños de los 13 votos clave para sacar las cuentas públicas adelante, la cosa indica que quieren más. ¿Qué más? Lo suyo, algo que vender al público que vota a Esquerra Republicana.
Como explicaba un diputado independentista catalán en el patio del Congreso a un corrillo de periodistas, "necesitamos que demuestren que quieren nuestro voto, tal como están las cosas no podemos asumir nosotros la falta de credibilidad del PSOE ante nuestros votantes".
Los datos
¿Alguien se ha preguntado, a todo esto, en qué consisten de verdad los Presupuestos Generales del Estado de 2022? Sólo se sabe que incluyen 27.633 millones de los fondos europeos Next Generation EU, que el techo de gasto es otra vez récord, de 196.142 millones de euros, casi igual al de 2021, y que el déficit volverá a alimentar una deuda pública que alcanza niveles récord superiores al 120% del PIB.
Una situación sólo sostenible porque la UE ha levantado sus reglas fiscales y el BCE sigue inyectando miles de millones en el sistema comprando bonos españoles a bajo precio. Según Montero, la deuda bajará este año en una décima... pero en cinco puntos el que viene. Como el déficit, que caerá del 11% de 2020 al 5% de 2022. "Y eso que el Banco de España y la AIReF hacen mejores previsiones que nosotros, que somos muy prudentes".
¿Algo más? Lo de los cheques de Sánchez, claro. También, la introducción del suelo del 15% mínimo en el impuesto de Sociedades para las grandes empresas, que sólo prevé recaudar 400 millones "porque no afecta a más que a 1.070 empresas", admitía la ministra. Y que, a cambio, no habrá bajada del IVA a las peluquerías, ni a los productos de higiene femenina, ni tampoco la prestación universal por crianza que reclamaba Unidas Podemos.
Diálogo social
"Hay que esperar a la reforma fiscal y al dictamen de los expertos", insistió este jueves Montero, en la rueda de prensa posterior a la reunión extraordinaria del Gobierno. "Ese impuesto es un queso de gruyere, lleno de exenciones, bonificaciones, habrá que retocarlo de arriba abajo... pero cuando diga el informe del comité, a partir febrero".
De vuelta a lo del marketing de mensajes, la CEOE se queja de que curiosamente, para subirle la tributación a las empresas no haya habido que esperar a ese documento. Y que, una vez más, se las demoniza... y eso que se las necesita para acordar la reforma laboral y la de las pensiones, que fuentes del Gobierno admiten que "Bruselas no aceptará si no vienen con acuerdo de los agentes sociales".
También se sabe que Montero quiere subir un 2% el sueldo a los funcionarios y en la misma cuantía las pensiones... lo que sería contradecirse con la ley que se está tramitando en el Congreso, pero ya está vigente al haber llegado como real decreto: que los jubilados verían siempre revalorizados sus ingresos con el IPC.
Y es que la subida se hace respecto a la inflación prevista y no a la del año en curso, que ya está en el 4%. El Gobierno alega que el IPC medio de 2021 estará rondando ese umbral del 2%, y que así se cumple la promesa, pero ni unos ni otros lo aceptan.
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