Este jueves por la mañana, PSOE y Unidas Podemos han desencallado su negociación para "derogar la ley Mordaza del Partido Popular". Fuentes de ambas partes confirman esta información a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, si bien desde las filas socialistas aseguran que "queda mucho por negociar" y que la cosa va para largo, mientras que desde el ala morada se celebra "un principio de acuerdo en aspectos claves".
El domingo 17 de octubre, Pedro Sánchez hizo un juramento solemne frente a los casi 5.000 asistentes a su mitin de cierre en el 40º Congreso del PSOE: "¡Pondremos punto final a la 'ley Mordaza' y a la reforma laboral del PP!". El anuncio suscitó algunos de los aplausos y vítores más sonoros de su discurso.
Pero la "grave crisis" interna de su Gobierno de coalición de estos días minó su credibilidad: de la Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana -su verdadero nombre- sólo se supo que los socialistas ampliaron, una vez más, el periodo de enmiendas. Y de la reforma laboral, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, llegó a decir que los socialistas "no quieren cambiar aspectos muy lesivos de la ley del Partido Popular".
Ahora, en sólo 24 horas, ambas partes han desbloqueado dos de los asuntos principales que siembran la discordia en la coalición. El PSOE necesita rebajar la tensión con su socio y según ha podido confirmar este periódico en fuentes de ambos grupos parlamentarios, en la mañana de este jueves se han reunido los equipos negociadores de PSOE y UP para "avanzar" en "algunos puntos" de la ley Mordaza.
Enrique Santiago, secretario de Estado para la Agenda 2030 y líder del PCE, ha propuesto en la reunión los puntos claves para que los morados puedan decir que "se deroga la ley Mordaza del Partido Popular". Entre ellos, el "derecho de reunión" -es decir que la ausencia de comunicación previa no impida el ejercicio del derecho, como quiere Podemos- o la "toma de imágenes de manifestaciones u operaciones policiales".
Una reunión, dos versiones
A partir de aquí, las versiones cambian según las fuentes. Desde el grupo confederal de UP, "se ha llegado a un principio de acuerdo". Fuentes oficiales socialistas se limitan a reconocer "avances" en estos aspectos tan delicados. "Pero no hay nada cerrado y hacen falta más reuniones", confirma uno de los líderes del grupo socialista en el Congreso en conversación con este diario.
La semana pasada, Unidas Podemos reclamó al PSOE cerrar ya el plazo de enmiendas y buscar un acuerdo, acogiéndose al solemne anuncio de Sánchez en el congreso de Valencia.
Pero el grupo socialista forzó la prolongación del periodo de enmiendas hasta el miércoles que viene, 3 de noviembre. Según los morados, éste es el método que aplica el socio mayoritario del Ejecutivo para dilatar temas que no le convienen o que quiere usar como moneda de cambio.
Así, la cita de este jueves se entiende como un gesto socialista para engrasar sus relaciones con los morados, muy deterioradas en la última semana, con dos puntos de tensión. La gubernamental por las reformas laboral y de pensiones -en las que están muy alejadas las posturas-, y la parlamentaria por los Presupuestos -a 24 horas de la presentación de enmiendas a la totalidad-.
Aun así, las fuentes del grupo de Unidas Podemos admiten que "quedan importantes puntos que discutir" para que el articulado legal que sustituya al actual "suponga un avance en los derechos y libertades de los ciudadanos que suprimió la legislación del PP".
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