–¡Pero qué narices van a saber bable!

Es Francisco Álvarez-Cascos al otro lado del teléfono. Lleva encima un cabreo de mil pares. El partido que fundó –y con el que se convirtió en presidente de Asturias– está a punto de formar una mayoría con PSOE, Izquierda Unida y Podemos para dar al bable categoría de cooficial.

–¡Pero si Cascos defendió la cooficialidad del asturiano cuando estaba en el PP! Lo intentó hasta el final, pero fue el PSOE quien lo frenó.

Es Adrián Pumares, secretario general de Foro Asturias, también en charla telefónica. Se trata del "diputado 27", que negocia con el gobierno socialista para lograr la cooficialidad. Su voto es imprescindible, tiene la llave. Acusa a Cascos de levantar una cortina de humo para tapar la querella que le han puesto por "saquear las arcas del partido que fundó".

Cascos suelta esa carcajada –que es una carcajada de cabreo– cuando se le pregunta si sus excompañeros hablan la lengua de la tierra. La "llingua". "¡Buenísimo! ¡Es buenísimo! ¡Pero qué van a hablar! No tienen ni puñetera idea. ¡Es un negocio!", apostilla.

"Claro que la hablo. Mis abuelos, por ejemplo, no saben castellano. Yo lo estudié voluntariamente en el colegio. Hoy, en mi entorno familiar, hablo asturiano. Sí que podría hacer una intervención en esta lengua desde la tribuna, sin problema", rebate Pumares.

Durante la entrevista, el que fue vicepresidente del Gobierno con José María Aznar transita entre la carcajada y el cabreo. Ya no es siquiera militante de Foro Asturias. Lo dejó en 2019. En su carta de despedida, ya criticó las intenciones de sus sucesores con el bable.

En la otra entrevista, sucedida de manera casi simultánea, Pumares celebra que Cascos ya no controle Foro Asturias y reitera que ha sido el exvicepresidente del Gobierno quien ha cambiado su postura sobre la cooficialidad.

El papel del partido regionalista es clave en esta historia. Sólo tiene dos escaños en el Parlamento autonómico. En realidad, uno. El otro –hombre de confianza de Cascos– es ya un diputado no adscrito. Fue expulsado. Sin embargo, la única butaca de Foro, la de Pumares, es imprescindible para la mayoría de izquierdas. La reforma del Estatuto exige 27 votos. PSOE, Podemos e IU suman... 26.

El plan de Adrián Barbón, presidente del gobierno de Asturias, pasa por lograr esa cooficialidad antes de que culmine la legislatura. Tiene detrás el apoyo de Pedro Sánchez, de los partidos a su izquierda y de la llamada Academia de la Llingua. Se trata de otra institución clave.

Esta es la versión de Cascos sobre el bable: desde la época de Jovellanos, probablemente antes, en Asturias siempre se ha hablado de "los bables"; y no del "bable". Porque cada valle y cada puerto de mar tiene su dialecto. Las palabras difieren. La Academia de la Llingua trabaja para ahormar una lengua común, que recibe el nombre de "asturiano" y que logrará, salvo cambio de última hora, la cooficialidad. Lo que Cascos llama "negociete".

Pumares niega la mayor: asevera que sí existe un asturiano común, que ya se hablaba en los siglos XVII y XIX, y que permite la comunicación entre los distintos valles y puertos. "Lo que les fastidia a algunos políticos y empresarios es que se use. Cuando se emplea para el chiste y la verbena, todos nos reímos; pero si es para algo serio, a algunos les molesta", incide el hoy secretario general de Foro Asturias.

Todo esto subleva a Cascos, que acusa a sus sucesores de haber "asaltado el partido de manera ignominiosa". Precisamente sus sucesores le han puesto una querella por haber vaciado presuntamente las arcas de Foro Asturias en beneficio de su cartera.

"Me estoy pagando la defensa de mi bolsillo. Todo es mentira. No quiero hablar de eso. Pronto se sabrá la verdad. Lo hacen para callarme", contesta. Sus herederos hablan de "apropiación indebida" y "administración desleal". Encargaron una auditoría externa y cifraron en 1,8 millones de euros "los pingües beneficios" de Cascos.

"Quieren liquidarme para convertir Foro en un apéndice del PSOE y apostar por la cooficialidad del asturiano", contestó el hombre fuerte de Aznar cuando conoció la querella.

En lo referido al asturiano, la situación ha dado un vuelco: en los noventa, eran PP e Izquierda Unida, con la oposición del PSOE, los que negociaban la cooficialidad. Hoy, populares y socialistas han intercambiado los papeles.

La guerra de Foro

Esta suerte de guerra civil es importante para comprender el transcurrir de los acontecimientos. Cascos ya no tiene ninguna influencia en Foro Asturias. Ni en el partido, ni en el parlamento, ni en la Junta del Principado. "Ya no tienen afiliados. Se fueron por todo esto de lo que estamos hablando", intenta persuadir.

Según el CIS, la organización es percibida en esta Comunidad como "de derechas". Nació definido como un partido "asturiano, autonomista, democrático, reformista y liberal". En 2011, Cascos ganó las elecciones y se convirtió en presidente, pero apenas un año más tarde decidió adelantar los comicios... y le salió mal. Perdió el gobierno en detrimento del PSOE.

En 2019, las últimas autonómicas, se presentó como candidata Carmen Moriyón, entonces alcaldesa de Gijón. El programa electoral mencionaba que no existe en Asturias un consenso social suficiente como para explorar la cooficialidad del idioma autóctono.

"Eso fue cosa de Cascos, que todavía controlaba el partido. Tengo el correo electrónico que lo prueba. Foro Asturias, en realidad, siempre ha sostenido lo mismo. Que el asturiano sea cooficial, pero nunca obligatorio ni vehicular en las escuelas", aporta Pumares.

"Conozco un empresario que no pudo registrar su empresa en asturiano; y a un investigador al que le pusieron trabas a la hora de presentar su tesis. Queremos defender sus derechos. Eso es lo que proponemos", continúa.

¿Quién ha girado?

La campaña electoral de 2019 no funcionó. El partido obtuvo los dos mencionados escaños. Moriyón ni siquiera recogió el acta, pero la dimisión no fue óbice para que mantuviera la presidencia de la organización. Todavía hoy la encarna.

Ahora, su mano derecha, Adrián Pumares, es quien capitanea la nueva postura de Foro Asturias. Es diputado y secretario general del partido. Dice que han dado el giro después de "mucho debate".

Sus palabras le han granjeado una campaña brutal en contra. Vox ha empapelado las calles con su cara: lo señalan por apoyar la cooficialidad del asturiano.

"Mire, a mí me parece respetable estar a favor y en contra de la oficialidad. Yo estoy a favor, pero lógicamente respeto a quienes están en contra. Desgraciadamente, me he encontrado con una campaña brutal contra mí. Me están señalando con todos esos carteles. Quieren presionarme para que cambie de opinión", cuenta Pumares.

Este diputado se ha ofrecido a prestar el escaño definitivo al PSOE y sus aliados. Pide que, pese a ser cooficial, el asturiano no se convierta en "lengua vehicular" en las escuelas. Exige a cambio la aplicación de determinadas medidas fiscales. De todo eso hablará con el presidente de Asturias, Adrián Barbón, en las negociaciones.

–Pero, entonces, señor Cascos, ¿dice que su partido coquetea con el nacionalismo?

–¡No, hombre, no! ¡Todo es un disfraz!

–¿Disculpe?

–¡Es un negociete! Con todo esto del asturiano crean un entramado de subvenciones a editoriales, intérpretes y un largo listado de etcéteras. Negocio puro y duro. ¿Pero usted se cree que alguien compra luego los libros en bable? ¿Alguien vería películas en bable?

–Me dice que sus excompañeros no lo hablan. ¿Y usted?

–Pero vamos a ver... En Asturias, la gente siente cariño por los bables. Pero es que estos quieren imponer un bable artificial, el de la Academia de la Llingua. Han convertido algo simpático en algo antipático. Y ese bable, que es artificial, no lo habla nadie. ¡Ni ellos! Sólo lo leen si se lo ponen escrito delante. Es así de triste.

Cascos, hijo de un luarqués y una gijonesa, lo ilustra con un ejemplo. En Luarca pescaba xubiellos; y en Gijón, mirlotos. "Pues ya ve: son el mismo pez. En cada lugar, una jerga distinta", concluye.

Pumares elige otra anécota: cuando llevó a su novia a conocer a los abuelos, no les entendía porque hablaban en asturiano. "A las dos semanas, ya no tenía problema. Por eso me río cuando escucho a gente que lleva toda una vida aquí diciendo que no entiende el idioma".

Cascos y el diputado no adscrito de su confianza, Pedro Leal, mencionan continuamente un "entramado societario e institucional" que conecta al actual gobierno con el mundo de la cultura y de la comunicación: "Se trata de repartirse las subvenciones entre unos pocos".

"¿Negocio? ¿Y lo dicen quienes llevan toda una vida cobrando de la política? Me parece absolutamente indecente. A mí me gusta lo que sucede en Galicia. Allí, la derecha protege el gallego y todo el mundo lo tiene asumido", contesta Pumares.

La pelota está en el tejado de Carmen Moriyón –exalcaldesa de Gijón y presidenta de Foro Asturias– y del propio Adrián Pumares –secretario general y diputado imprescindible para apuntalar la mayoría de la cooficialidad–.

Si las negociaciones entre los que hoy dirigen Foro Asturias y el PSOE llegan a buen puerto, se consumará la reforma del Estatuto y el asturiano –también el gallego-asturiano– alcanzará rango de cooficial.

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