María Jesús Montero defendió su proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2022 en el pleno que daba inicio al debate de totalidad, este miércoles. La ley topará con siete enmiendas de devolución, pero las cuentas públicas pactadas entre PSOE y Unidas Podemos ya tienen asegurada su aprobación: los socialistas han cerrado el apoyo de ERC, de Bildu y del PNV, por mucho que "aún queden enmiendas que aprobar" y negociaciones que representar ante la opinión pública.
Fue lo primero que hizo Montero desde la tribuna, defender los apoyos del independentismo a los planes del Gobierno. Justificó la búsqueda de apoyos de "la mayor cantidad" de partidos en el Congreso en que "los ciudadanos nunca votan mal, a pesar de que algunos quieran hacerlo entender. Eligen lo que más les parece, y esa es la grandeza de la democracia. Escuchen señorías de la derecha, eso nunca debería invalidar la búsqueda del interés general, porque los acuerdos entre los que pensamos distinto son los que generan cambios profundos y duraderos".
Ése es el mismo argumento que usa ahora el PSOE para haber cercado a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en las negociaciones de la reforma laboral. "Sólo con nuestra participación lograremos la mejor negociación con los agentes sociales, que alcance el mejor consenso para acordar la mejor reforma".
"El regate corto de la derecha"
Por eso la ministra de Hacienda agradeció de antemano el apoyo a los grupos que han permitido la tramitación de los PGE, "ya que eso permitirá mejorar el texto con sus enmiendas parciales". Pero para a aquellos grupos que han presentado enmienda a la totalidad -PP, Vox, Cs, Junts y otros-, tuvo su primera andanada, al reclamarse "que al menos podamos tener un debate franco y respetuoso"... lo que anticipaba una alocución más hosca que propositiva.
Y es que en eso también se puso la venda antes de la herida la ministra de Hacienda: "Sobra el regate corto, el insulto y la descalificación. Porque a este país le falta crítica sana de una oposición que algún día quiera volver a llevar las riendas de este país".
Con esa introducción, Montero quería empezar sus reproches a los populares, a los que echó en cara las cifras de déficit y deuda que prevén sus cuentas públicas... olvidando que en las de este año no se han cumplido ninguna de sus previsiones: ni la inflación, multiplicada por seis -sólo hasta septiembre el IPC estaba en el 5,5% frente al 0,9% previsto para todo el año- ni el crecimiento de la economía, que con suerte alcanzará la mitad del 9,8% anticipado en las cuentas de 2021.
Según Montero, el déficit público se va a bajar en 2022 al 5% del PIB. "Lo habremos bajado en dos años más de la mitad". Y la ratio de deuda también descenderá cuatro puntos en sólo un año, proclamó.
Pero de inmediato se puso otra venda antes de la herida. La ministra recordó que la Comisión Europea "acaba de lanzar una consulta sobre la gobernanza económica"... es decir, una revisión de las reglas fiscales que hoy España incumple duplicando el 60% máximo de deuda pública y triplicando el 3% de déficit. Porque Bruselas proclama, dijo, que "fijar un proceso de consolidación fiscal prematuro sería un alto coste para la recuperación y tendría graves costes sociales".
El frenazo, de soslayo
La ministra insistió en que todo esto es fruto del cambio en las recetas respecto a la crisis financiera, y "de las lecciones aprendidas de aquellos errores que se cometieron, que ya no cometeremos", proclamó.
La recuperación "potente y robusta" que engarzó todo su discurso no sólo será la que sostenga los PGE que defendía, sino que es la responsable de que "nos ha traído hasta aquí, aunque a ustedes no les guste". Eso y "la magnífica campaña de vacunación que nos pone a la cabeza del mundo, con un 88,5% de la población inmunizada contra el coronavirus".
Las amenazas globales a la recuperación fueron citadas como de soslayo por Montero. "Sí hay cuellos de botella, pero estamos tomando medidas", dijo. Y fue su única mención a las amenazas mundiales al crecimiento. No dijo inflación, no citó la subida de la factura eléctrica o de los combustibles, ni se paró a comentar los parones en la industria por falta de componentes... nada.
"Tenemos magníficas cifras en turismo, productividad, y sobre todo creación de empleo, aunque le moleste al Partido Popular". Y blandió las cifras del paro publicadas este mismo miércoles, "con el primer octubre en el que baja el desempleo de la serie histórica" y con un dato de afiliación a la Seguridad Social "que ha aumentado en 700.000 personas en un año".
Según el Gobierno, "hoy trabaja en España más gente que antes de la pandemia y de cuando gobernaba el PP". Pero lo cierto es que los más de 20 millones de cotizantes está inflada por 200.000 personas que siguen en ERTE y casi 100.000 autónomos en situación de media actividad.
Los ingresos crecerán al 8,1% según la previsión del Gobierno. "Es una cifra prudente, porque prevemos un 8,6% de crecimiento en el PIB nominal", apuntó. Después anunció que hasta octubre se ha recaudado un 14% más que el año anterior, y 2021 se cerrará con un alza del 10,8% en la recaudación del Estado. "Sé que les molesta, pero digan lo que digan señores del PP, es un objetivo fácilmente conseguible".
Ingresos
Precisamente ante esto, Montero volvió a curarse en salud. "Y esta subida de ingresos no responde a lo que ustedes siempre dicen de 'infierno fiscal', que no existe". Según Montero, su Gobierno no ha "subido los impuestos". Inmediatamente, se oyó el rumor en la bancada popular. "No, se debe a haber robustecido las bases imponibles, a la protección de rentas y a un mayor dinamismo económico".
Tanto se curó en salud que su siguiente párrafo del discurso la contradijo. "No hemos hecho una reforma fiscal, que hemos dejado para febrero, pero sí hemos puesto un suelo del 15% del impuesto de Sociedades". La contradijo, pero sólo en parte, porque tras defender ese "ajuste", despreció el valor del mismo: "Sólo afecta al 0,1% de las empresas españolas", desveló.
"Reforzamos el incentivo fiscal para los planes de pensiones de empresa. Así, el límite de deducción de la empresa sube a 8.500 euros con un tope conjunto de 15.000 euros al año". Una manera curiosa de vender que se minora la capacidad individual de ahorro para complementar la pensión futura... en el día en que se desvelaba que José Luis Escrivá, su compañero de Seguridad Social, quiere subir un 0,5% las cotizaciones para sostener el sistema.
Y finalmente se ha cambiado el sistema de tributación de módulos para los autónomos, "ahorrando 115 millones de euros a las personas que trabajan en este régimen" en España.
El año 2022 vendrán más de 26.300 millones de euros de los fondos europeos. Es decir, crece un 3,8% los millones procedentes de la Unión Europea. El PGE normal sube un 0,7% y con esto tendremos "el mayor techo de gasto de nuestra historia", dijo con orgullo.
Gastos
Más del 55% es gasto social, esencialmente las pensiones, cuyo gasto crece más de un 4%. Y en plena semana de debate para la reforma de pensiones, Montero intentó evitar la crítica de manera preventiva una vez más: "El sistema de pensiones es sostenible y lo estamos demostrando", proclamó entre aplausos por la actualización de las asignaciones con el IPC.
...el dato más desmadrado de las cuentas públicas, ya en el 5,5% sólo hasta septiembre, multiplicando por seis la previsión del Ejecutivo.
Y eso que habían pasado menos de 12 horas desde que Escrivá colara la subida de las cotizaciones en medio punto por trabajador durante 10 años, para rellenar la hucha de las pensiones, vacía y con el sistema en déficit desde hace años.
Y eso, además, que admitió que los PGE dotan con más de 18.000 millones a la Seguridad Social este año para hacer frente a sus gastos impropios. Esta partida ha hundido hasta ahora aún más en los números rojos el sistema.
La ministra atacó a la oposición a cuentas de sus políticas de juventud, dotadas con 12.500 millones. "Me da vergüenza que se llame limosnilla o se hable con burla" de los bonos de alquiler y cultural. "Da cuenta de la cortedad de miras de la derecha, y de su poco ánimo de avanzar".
Según Montero, hay que vigilar muy de cerca "el poco interés de algunos en atender la urgencia que está sufriendo esta generación que ya ha vivido dos crisis". Así, proclamó "la gran apuesta de la legislatura, que es el impulso a la FP", con 2.150 millones, "la mayor apuesta de la legislatura", dijo.
También presumió del alza de más del 10% en gasto educativo, con 100 euros más nominales por beca de estudios. Y de los 363 millones para 65.000 plazas de cero a tres años: "Señor Casado", apeló la ministra de Hacienda sujetándose las manos, "que ha llegado usted a esto hace poco, entérese".
Curiosamente, la titular de Hacienda del Gobierno que más atacó "el modelo de crecimiento basado en el ladrillo" del PP, presumía del 46% de subida en las partidas para la construcción y el fomento del mercado de viviendas. "Son más de 3.300 millones para fomentar el mercado de la construcción y la rehabilitación", dijo para defender la muy polémica ley de Vivienda.
"No somos los mismos tras la pandemia", cerró su discurso. "Y estos son los Presupuestos de la salida de la crisis".