Pedro Sánchez comparecía ante el pleno e hizo un discurso corto, muy corto para lo que nos tiene acostumbrados. Sólo 45 minutos de alocución en el día en que cumplía dos años desde su victoria electoral, y en los que no dijo nada de las reformas que tiene entre manos, la de las pensiones y la laboral, por ejemplo. Tres cuartos de hora en los que no citó la inflación, que multiplica por seis lo previsto, ni el frenazo en el crecimiento de la economía, que lo divide por dos. Por no hablar, ni citó sus propios Presupuestos, en tramitación en el Congreso ante el que comparecía.
En realidad, el presidente habló apenas un rato y no lo hizo de aquello que indicaba el orden del día, pues no dedicó ni cinco minutos a la cumbre de los Balcanes o al Consejo Europeo, ambos en octubre. De sus discursos de hora y media pasamos a la mitad, y para presumir de que "España va mejor" y "crea empleo a un ritmo desconocido", tras cuatro meses y medio sin comparecer en el Congreso.
Mucho más rato estuvo respondiendo a los portavoces, sobre todo a Pablo Casado. El líder del PP, que volvió a hacer el alarde de subirse a la tribuna sin papeles, dibujó un panorama bien distinto sobre la situación económica de España. Se refirió incluso al "abismo" al que se asomaría nuestro país, dijo citando al Financial Times. "No sé si lo leyó usted, dice que mientras Francia, Italia y Alemania ya están en un nivel prepandemia, España está, dice, en un abismo que parece un golfo. Menos 6,6%, eso es como está ahora mismo la economía nacional", le espetó al jefe del Ejecutivo.
A partir de ahí, Casado enumeró las cifras que explicarían esa mala situación, tales como "el índice de la producción industrial, que va mal" o la "inversión internacional, que baja hasta un 6%". Por todo ello, concluía, "no hay recuperación en V, todo lo contrario".
"Me da vergüenza ajena"
Y el presidente, en su réplica, impugnó todo lo dicho por el líder del PP. Lo dicho y lo que representa. Le afeó su "empeño constante" en "desacreditar no sólo al Gobierno, sino a sus instituciones" en Europa. "Cuando yo tengo que escuchar las cosas que dicen sus colegas de usted... me da vergüenza ajena, de verdad, me da vergüenza"... Casado tenía respuesta para esto en la contrarréplica: "Yo no le diré lo que dicen de usted sus colegas socialistas en Europa, no lo haré por respeto, pero ya saben que miente más que habla".
Ambos provocaron con estas subidas de tono el alborozo apasionado de sus huestes. Todos en pie, ovaciones y hasta vítores... Sería interesante un vídeo que mezclara un ataque con su respuesta y la continuación. Sánchez, cuando se sentaron sus compañereos socialistas, no soltaba la presa: "Usted hace un inmenso daño a España y a su imagen fuera, pero es que también socava el respeto de los españoles a sus propias instituciones... y le da la razón a quienes no creen en el sistema democrático".
Y es que ése fue el tono desde el inicio de la sesión. De buena mañana, el presidente no había dejado pasar ni cinco minutos de discurso para lanzar su primer ataque a la oposición, acusándola de "reaccionaria y negacionista". Y es que en realidad, comparecía el presidente para dar cuenta de un fracaso rotundo en su empeño por que la Unión Europea cambie el sistema de fijación de precios de la energía, atendiendo sus requerimientos para afrontar la subida imparable de los precios.
Presumió de numerosas iniciativas en el marco europeo y en el nacional. De las primeras lo único que es tangible es el catálogo de medidas disponibles por la Comisión Europea... que no incluía ninguna de las reformas propuestas por España. Y de las segundas, la realidad es que las bajadas de impuestos no han logrado reducir la tarifa y el decretazo para "minorar los beneficios excesivos" de las eléctricas se acaba de descafeinar... por su propio Gobierno.
Así que Sánchez se agarró a que este miércoles se celebra el día de la Ciencia por la Paz y el Desarrollo para presentarse como un pionero en el mundo y como "un Gobierno que cumple" eliminando el 90% de la generación de electricidad con carbón, "y haciendo esa transición de una manera justa".
Según Pedro Sánchez, esto provoca que algunos no sean capaces de soportar que "España va mejor", un remedo de aquello que una vez dijo en el mismo atril otro presidente del Gobierno, José María Aznar, a cuyo heredero, Pablo Casado, trataba de denostar "porque esta recuperación es mucho más justa que la de las recetas neoliberales de la anterior crisis".
"Va mal"
Casado se abrió mucho los ojos en el atril, y le recordó a Sánchez que "los recortes los votó usted", cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero y el hoy presidente era diputado raso. El líder popular se refirió luego a las previsiones del Gobierno para afearle a Sánchez que "el PIB, que ustedes firmaron en los Presupuestos para 2021 que iba a subir un 9,8%, ya está, según todos los indicadores, subiendo sólo al 5%".
Casadoinistió en que "si usted no sabe, no puede o no quiere, ya llegará el PP para sacar a España del abismo, por tercera vez". La idea era demostrar que él es la alternativa, porque "estamos muy mal, señor Sánchez", dijo señalando el déficit público por encima del 5% o la deuda en el 125% del PIB como pruebas de ese diagnóstico.
Además, volvió a afearle que se hubieran acordado las Cuentas Públicas con ERC, a cambio de los indultos a los líderes del proceso secesionista, y con Bildu, que según Arnaldo Otegi, recordó, estaría negociando la situación de los centenares de terroristas de ETA en prisión. "¿No le da vergüenza?", le dijo en forma de interrogación retórica.
Sánchez, por su parte, siguió su discurso con que "es un orgullo ser español", aprovechando que la cifra de incidencia acumulada por Covid es mucho menor que en el resto de Europa. "Hay que explicar por qué España lo está haciendo mejor", y lo hizo luciendo el título de que en nuestro país el 88% de la población está vacunada... lo cual no concordaba con eso de que la derecha, a la que vota más de un 40% de los españoles, es negacionista y reaccionaria.
En el tema de la pandemia también presumió de ser líder y pionero: "Fuimos el primer país que empezó a donar vacunas a los países en situación más vulnerable, y vamos a donar más de 50 millones de dosis, como ya hemos hecho en Latinoamérica y ya estamos empezando en Mauritania, para iniciar un proceso por toda África".
Debate de política general
Por supuesto, de nuevo tuvo en este asunto una andanada para el Partido Popular, ya que este éxito "del que se preguntan la razón fuera de España" se ha logrado "a pesar de los recortes practicados en la década pasada".
Y como en esto tampoco podía ponerse la medalla de "la unidad" -igual que en el asunto de la energía a nivel Unión Europea-, lució sus 12 acuerdos con los agentes sociales -hoy estancados-, sus conferencias de presidentes autonómicos -a las que ahora vuelven a faltar los líderes nacionalistas- y a"la cogobernanza, que ha venido para quedarse".
La realidad es que Pedro Sánchez no ha convocado un solo Debate sobre el estado de la nación desde que preside el Gobierno. Y que el líder del PP se lo lleva reclamando los dos años que hoy se cumplen desde que ganó las elecciones de 2019. "Tres años", apuntó Casado, remontándose a la moción de censura. Y que ésta comparecencia era su primera desde el 30 de junio, cuando aún no había revolucionado su Gobierno y de lo que habló fue de los indultos a los golpistas del 1-O, hoy un tema casi olvidado -aunque el líder del PP insista en ello-.
Pero como siempre, las intervenciones, tanto la suya como las de la oposición, se convirtieron en un debate de política general.
En esta ocasión, igual. Sánchez venía, en teoría, a hablar de la cumbre de la UE con los Balcanes occidentales y para dar cuenta del último Consejo Europeo, el del fracaso en sus recetas para bajar el precio de la luz. De modo que al presidente le convenía hablar de muchas más cosas, como de los fondos europeos, esos que se están poniendo en riesgo con las reformas laboral y de pensiones que no termina de cuadrar con empresarios y sindicatos.
Las cosas de Europa
Por eso, se remitió a la crisis financiera de 2008 y a las políticas energéticas del Gobierno de Aznar y el de Mariano Rajoy. "Perdimos siete años en la implantación de renovables, y ahora hay que devolver 1.300 millones a las eléctricas por aquellas políticas fallidas". Minutos después, tanto Gabriel Rufián (ERC) como Ferran Bel (PDeCAT) le recordaron que la salida de aquella crisis la comenzó José Luis Rodríguez Zapatero "reformando la Constitución" y aprobando recortes en pensiones y en sueldos de funcionarios.
Y por eso Sánchez hubo de arremeter con dureza contra los populares apuntando que hace unos años, "la UE rescató al sector financiero, aunque lo nieguen, y hoy no se rescatan bancos, se protege a los ciudadanos". Y los que ponen "palos en la rueda" desde la oposición, tendrán que ver cómo "los fondos europeos, de los que estuvimos en la génesis" sacan a España adelante "con o sin la ayuda de la bancada de la derecha".
Su alocución, por fin, entró en los asuntos del Consejo Europeo. La crisis migratoria de estos días en la frontera de Bielorrusia con Polonia y los países bálticos le sirvió para recordar que "España es protagonista de situaciones como ésta", señalando a Marruecos y su asalto a Ceuta del pasado mayo... sin nombrarlo. Según Sánchez, "estamos trabajando por una política exterior y de migración a nivel europeo". Y es cierto, pero tampoco en esto el presidente está consiguiendo avances, ni siquiera ahora que Polonia, Letonia y Lituania también sufren la "guerra híbrida" del uso de los refugiados como arma.
Y enlazó el problema migratorio, despachado en apenas un minuto y sin aplausos de su bancada, con su crítica al Gobierno polaco por su desafío al Estado de derecho. "Me reuní con su primer ministro y le dije con franqueza lo que pensamos". Tampoco en este tema entró más a fondo, consciente de que el comisario de Justicia europeo ya le ha advertido a su Ejecutivo de que tiene que reformar la ley del Consejo General del Poder Judicial antes de diciembre.
La mayoría de los desafíos de España, dijo para cerrar, "pertenecen a la agenda de los retos globales": la fiscalidad global, la lucha contra la trata de seres humanos, la crisis energética y las transiciones digital y verde... "Lo hacemos con más peso que nunca, y así lo reconoce todo el mundo", dijo Sánchez.
De este modo, el presidente lució su "orgullo de ser español" y por haber "liderado" las iniciativas de los fondos europeos, la compra conjunta de vacunas, su éxito en la COP25, la oferta para alojar la Asamblea de la Organización Mundial del Turismo "tras la renuncia de Marruecos", y la cumbre de la OTAN del próximo junio. "Nuestra apuesta por el multilateralismo es total, y estamos jugando un papel decisivo".