El Gobierno ha concedido la nacionalidad española a la periodista y escritora mexicana Lydia Cacho (Ciudad de México, 1963), referente del activismo feminista y de la defensa de los Derechos Humanos, quien se encuentra en España desde hace varios meses tras la última amenaza de muerte que sufrió en su país natal.
La escritora, autora de, entre otras, obras como Los demonios del Edén, Memorias de una infamia, Ellos hablan o The Sorrows Of Mexico, había solicitado al Ejecutivo español que le concediese la nacionalidad, ya que, si volvía a México, podría ser asesinada.
Este martes, el Consejo de Ministros ha acordado hacerlo mediante carta de naturaleza, una potestad del Gobierno, con carácter de gracia, y que puede otorgarse de forma discrecionalmente tras valorar las circunstancias excepcionales del caso.
Cacho ha recibido multitud de reconocimientos internacionales por sus investigaciones, especialmente enfocadas a los crímenes que sufren las mujeres y niñas en América Latina y, sobre todo, hacia la trata de personas y la explotación sexual en México.
Debido a sus averiguaciones periodísticas, plasmadas en varios de sus libros, ha sufrido constantes amenazas de muerte en México por parte de poderosos sectores de la sociedad mexicana —en conchabe con el poder político y con casi total impunidad—, además de haber sido detenida de manera irregular y demandada por difamación.
En 2005, fue secuestrada tras la publicación de su libro Los demonios del Edén, en el que reveló la existencia de una red de pederastia con empresarios y políticos mexicanos implicados en ella.
Y fueron las revelaciones de este libro las que provocaron que, por primera vez en la historia de México, la Interpol persiguiese internacionalmente al exgobernador del estado de Puebla, Mario Marín, y al empresario multimillonario Kamel Nacif, que huyó y fue detenido en Líbano. Ambos habrían estado implicados en la detención irregular de la activista.
"El primero ordenó a toda la maquinaria judicial y policiaca de su Estado que yo fuese detenida arbitrariamente para ser torturada, y si fuera necesario, según los policías, asesinada, para proteger a la red de pederastia, trata y pornografía infantil a la que pertenece el empresario Nacif (...), quien invirtió recursos privados en la campaña de Marín y le cobró esa inversión con la finalidad de silenciar mi trabajo periodístico", escribió Cacho en una carta abierta publicada por el diario El País.
Lydia Cacho también fundó un refugio para mujeres en México: el Centro Integral de Atención a las Mujeres CIAM Cancún A.C., dedicado a atender a quienes han padecido violencia doméstica y/o sexual.
En 2018, el Comité de Derechos Humanos de la ONU dictaminó que el Estado mexicano era responsable de haber violado sus derechos a la libertad de expresión, a la integridad y su seguridad personal.
Entre la larga lista de premios que ha recibido Cacho se encuentran: el Premio Estatal de Periodismo de Quintana Roo (2002), el Premio Ginetta Sagan, concedido por Amnistía Internacional (2007); el III Premio Casa Amèrica Catalunya a la libertad de expresión (2008) o el Premio Reporteros del Mundo, dentro de los XVII Premios Internacionales de Periodismo del diario español El Mundo.