El edificio del Ministerio de Transición Ecológica necesita, como todos, calefacción. Y la genera consumiendo gasóleo, un combustible fósil. Ubicado en la madrileña plaza de san Juan de la Cruz número 10, forma parte del complejo de los Nuevos Ministerios, con fachada al Paseo de la Castellana. Una edificación anterior a la Guerra Civil, acabada ya en época franquista y elevada en granito con calidades e instalaciones que hoy no pasarían los requerimientos de sostenibilidad.
Este lunes, el Boletín Oficial del Estado publicaba el anuncio de la contratación del suministro de combustible para la calefacción de la sede en la que Teresa Ribera elabora sus leyes y normas para "cambiar el modelo energético". Sin embargo, el de su Ministerio sigue anclado en las viejas calderas de gasóleo y ha convocado, por la vía de urgencia, una licitación valorada en 308.848,32 euros para los próximos 12 meses.
Según consta en los pliegos, publicados en el Portal de Contratación del Estado, la urgencia de la necesidad implica que se tramite por el procedimiento "abierto acelerado", lo que responde "a una necesidad inaplazable", ya que "no existe la posibilidad de tomar ninguna medida provisional o puntual para solucionar el problema provisionalmente".
Ventanas, placas solares...
Lo cierto es que el Ministerio, según fuentes oficiales, está inmerso en un "profundo procedimiento de cambio" de sus tecnologías. El objetivo es "hacerlas lo más eficientes posibles" desde el punto de vista económico y energético. "No queremos contaminar", explica una portavoz oficial, "pero estamos manejando dinero público y las cosas hay que hacerlas bien".
Por el momento, desde la llegada de Ribera al Ministerio, ya se han cambiado las ventanas, que ahora tienen tecnología aislante. Además, toda la flota de coches oficiales son eléctricos o híbridos. Por otro lado, gran parte de la electricidad que consumen las oficinas del Ministerio procede de placas solares instaladas. Y la quinta planta del edificio ya ha sido remodelada para dotarla de "tecnología inteligente" en la gestión diaria.
Pero "el edificio es viejo" y forma parte de "un complejo de distintos ministerios". Por eso sigue consumiendo la calefacción de gasóleo, ya que el cambio a calderas individuales de gas natural, por ejemplo, en la que se embarcó la inmensa mayoría de las edificaciones de la capital en los últimos 20 años, no ha sido acometida en la sede ministerial.
"Es preciso acelerar la adjudicación del contrato por razones de interés público", explica el BOE, "ya que se requiere reducir los plazos de tramitación y así poder ejecutar el suministro cuando se requiera combustible de calefacción, esto es, en los próximos meses".
La presentación de ofertas ya está abierta y termina en sólo una semana, a las 23.59 horas del próximo 23 de noviembre. A la siguiente semana, el 2 de diciembre, ya se abrirá el sobre con la oferta económica, que pondera un 80% en la elección del contratante.
Bajo en azufre
Hay otra condición impuesta, esta sí de carácter ecológico. Si bien el peso es sólo del 15% en la valoración de los oferentes, Transición Ecológica pide también que el suministrador ofrezca "combustible de bajo contenido en azufre" para atender a las necesidades de calefacción de la sede del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Esto es, ya que se sigue usando gasóleo, al menos que sea menos contaminante, según se plantea desde el Ministerio.
El azufre de los combustibles ocasiona la emisión de compuestos indeseables y contaminantes. Es más, en los vehículos que utilizan este tipo de gasóleo, interfiere con los sistemas de control de emisiones de este tipo que tratan de medir la calidad del aire y las partículas perjudiciales emitidas, como los compuestos orgánicos volátiles, óxidos de nitrógeno y otras.
Lo cierto es que existen otros combustibles compatibles en el mercado, con categoría de diésel ultra bajo en azufre. Éstos son de una combustión más limpia, pues contienen un 97% menos de este elemento que el gasóleo que quiere contratar el Ministerio de Teresa Ribera, cuyos pliegos aseguran que "no se aceptarán variantes".
Aun así, las condiciones de contratación plantean, entre sus consideraciones tipo social, "garantizar la seguridad y la protección de la salud en el lugar de trabajo", además del cumplimiento de los "convenios sectoriales y territoriales aplicables". Finalmente, se impone un "estricto cumplimiento de la legislación sobre prevención de riesgos laborales".