Hace casi dos meses que la ley se sometió a información pública. Será la primera norma que, a nivel estatal, reconozca "derechos" a los animales. Los de compañía, los de explotación alimentaria y los que se utilizan para el ocio humano (caza, zoos, circos...). Fuentes de Unidas Podemos lamentan que "Moncloa tiene bloqueada la ley", mientras que desde el lado socialista del Ejecutivo se insiste en que "irá a Consejo de Ministros en las próximas semanas".
Lo cierto es que el texto aspira a "convertir en un paraguas normativo a nivel nacional para reconocer y unificar lo que ya algunas Comunidades Autónomas han legislado y "lo que ya es el sentir común de la calle", según la ministra responsable, Ione Belarra. La también secretaria general de Podemos presentó públicamente su iniciativa el pasado 6 de octubre, coincidiendo con el Día Mundial de los Animales. Y como suele ser habitual en las filas moradas, proclamó que viene a solucionar "una emergencia social".
El articulado -a cuyas líneas maestras ha accedido este periódico- incluye referencias a "la prohibición del sacrificio de animales de compañía, el abandono cero, el fin de actividades como las peleas de gallos o el tiro al pichón y la cría indiscriminada de animales para que sea practicada sólo por personas o instituciones autorizadas para ello".
La información que ha podido recabar EL ESPAÑOL en fuentes de la Dirección General de Protección Animal reúne seis ejemplos de situaciones contra las que luchará esta norma, una vez que sea aprobada por el Gobierno y tramitada en el Parlamento: la cría descontrolada de animales de compañía, las peleas de gallos, la explotación sin control de visones, los circos con animales salvajes, la cría clandestina de animales exóticos, y los maltratos a colonias felinas callejeras.
Cría, peleas y explotación
En el primer caso, la cría descontrolada de animales de compañía, la ley considerará una infracción grave, con sanciones de entre 30.001 a 100.000 euros, si no se observan determinados supuestos. Según el texto, ya la practiquen particulares o profesionales, esta conducta es uno de los mayores problemas de sobrepoblación, maltrato y abandono.
Sergio García, director general de Protección Animal e impulsor de la ley, recuerda que son cientos los casos al año de intervenciones de centros de cría donde "las perras paren sin descanso hasta morir extenuadas, con enfermedades y deformidades y con graves problemas de comportamiento derivados de sus penosas condiciones de vida". La nueva Ley establecerá un límite de camadas en la vida de cada hembra, que se determinará según su especie, así como la obligación de registrarse como criador. La cría entre particulares estará prohibida.
Las peleas de gallos, por su parte, serán consideradas infracción muy grave, con multas entre los 100.001 y los 600.000 euros. Este tipo de espectáculos todavía son legales en Canarias y, bajo el nombre de "riñas", en Andalucía.
Para celebrarlas y organizar exhibiciones donde el estímulo son las apuestas entre los concurrentes, se crían gallos de razas específicas y se los entrena para pelear hasta la muerte con otro gallo. Los autores de la norma remarcan que, en ocasiones, se les mutilan crestas y espolones, o se les arrancan plumas. Es más, si los animales quedan muy malheridos en las peleas, muchas veces acaban abandonados en medio de una gran agonía sin cuidados veterinarios.
La cría de visones americanos, prohibida en muchos países europeos, será considerada infracción grave. Y comportará sanciones de 30.001 a 100.000 euros. Esta práctica se suele dar en granjas donde los animales nacen y viven toda su vida dentro de una jaula, para obtener sus pieles. Según los promotores de la ley, éste "es uno de los mayores ejemplos de la negación del mínimo bienestar animal".
Este tipo de cría genera graves problemas de comportamiento, que derivan en mutilaciones por estrés y un gran sufrimiento. Por otro lado, el visón americano es una especie catalogada como invasora, y las eventuales fugas ejemplares suponen un gran problema para el medioambiente autóctono, y se pone en jaque al mismo visón europeo.
Circos, exóticos y gatos callejeros
La ley también prohibirá los circos que utilicen animales salvajes en su espectáculo. Mantener esta práctica será catalogado como infracción grave, con sanciones que irán entre los 30.001 y los 100.000 euros. En realidad, muchas CCAA ya han prohibido este tipo de negocios circenses, que la ley quiere prohibir porque considera imposible determinar un mínimo de bienestar animal para animales cuyas sus necesidades no pueden ser garantizadas.
Derechos Sociales quiere acabar, además, con los accidentes generados por estos animales en sus continuos desplazamientos. Y dice atender a las indicaciones de las asociaciones de veterinarios y biólogos europeos, que consideran un "evidente ejemplo de maltrato animal" el retener y emplear animales salvajes en actividades antinaturales, con entrenamientos que incluyen el castigo.
La cría de animales exóticos, ya proscrita en las actuales normativas, tendrá un tratamiento específico en la nueva ley. El incumplimiento será considerado infracción grave y comportará multas de entre 30.001 y 100.000 euros.
En Madrid, no hace mucho se notificó una mordedura de una serpiente cascabel y en la provincia de Toledo una víbora mordió a su propietario. Con la nueva ley, ningún animal que pueda suponer un problema de seguridad podrá comercializarse en España.
Finalmente, la norma abordará el problema de las colonias felinas callejeras. Se busca atender un problema que el Ministerio considera dejado de lado por muchos ayuntamientos, que no inician programas de gestión poblacional y cuidado. Actualmente, acaban siendo las ONG de protección animal y los particulares los que asumen esta tarea.
La norma impulsada por Unidas Podemos establecerá un control poblacional de los gatos domésticos, para que no se genere aumento de animales que terminan viviendo en la calle. Para los ejemplares que ya están en situación de colonia callejera, se establecerán programas de control ético de sus poblaciones, con la finalidad de reducirlas drásticamente.