El Gobierno no tiene sobre la mesa ningún paquete de medidas restrictivas de cara a las fiestas de Navidad. A la espera de conocer el dictamen científico de la Unión Europea sobre ómicron, el Ejecutivo español llama a la "prudencia" y a la "responsabilidad", pero no contempla rebasar esa frontera. Así lo confirman fuentes autorizadas. Por primera vez desde hace meses, Pedro Sánchez y los mandatarios autonómicos alcanzan un consenso en la materia.
La sexta ola sigue aumentando, igual que la presión hospitalaria, sin embargo no está acreditado que ómicron sea más grave que las cepas anteriores. Es más, los informes presentados por expertos ante el Parlamento sudafricano –lugar donde nació la variante– apuntan que los síntomas, siempre que se esté vacunado, son leves.
Dicho de otro modo: si se confirma que ómicron tiene capacidad para eludir las actuales vacunas, España no afrontaría un riesgo de colapso hospitalario como el de la primera ola.
En ese contexto, Moncloa, igual que una amplísima mayoría de las Comunidades, considera que la Navidad de 2021 "está garantizada" y que el país dispone de "mayores garantías para atravesar el invierno". Las fuentes consultadas mencionan que ya está vacunado el 90% de la "población diana" y que esa armadura frente al virus se fortalecerá con la inyección del fármaco a los niños.
Además, ya se ha suministrado la tercera dosis a la tercera edad y se está haciendo lo propio con los profesionales sanitarios. "No bajamos los brazos ni mucho menos, pero pedimos confianza y responsabilidad a los ciudadanos. Mascarillas en interiores y en aglomeraciones exteriores. Y sobre todo vacunación", reseñan portavoces autorizados del Gobierno.
Con la salvedad de los topes de aforo, que cada Comunidad podría aplicar de manera discrecional, no hay ni rastro de las restricciones relacionadas con la movilidad. Para más inri, el Gobierno no quiere saber nada de nuevos estados de alarma, después de que se hayan declarado los dos primeros inconstitucionales.
En esa mirada optimista, también influye el bajo porcentaje de antivacunas que tiene España en comparación con otros países europeos. "Y aquí no existe ese rechazo a la mascarilla que sí hemos visto en otros lugares y que les ha reportado problemas", reiteran estas fuentes.
Consenso sobrevenido
Al contrario de lo sucedido en los momentos anteriores de la pandemia, existe un consenso político muy amplio en lo que se refiere a la sexta ola. Se trata de un consenso sobrevenido, prácticamente casual, ya que no ha habido negociaciones entre partidos.
Los ejecutivos de PSOE y PP –el nacional incluido– coinciden en eso: en no plantear restricciones frente al repunte del virus y la entrada en España de ómicron. Esa coincidencia de posturas cristalizó este lunes en el Congreso de los Diputados, adonde acudió la mayoría de presidentes autonómicos para celebrar el 43º aniversario de la Constitución.
La primera en hablar fue Isabel Díaz Ayuso, la mayor opositora de Sánchez. Llamó a la "responsabilidad" ante las presumibles aglomeraciones navideñas y conminó a los poderes públicos a "incidir en la vacunación". Un mensaje que apenas se diferencia del de Moncloa.
En esa línea hablaron los demás presidentes autonómicos del Partido Popular, que atendieron a los periodistas a su paso por el punto de declaraciones: Fernández-Mañueco (Castilla-León), López Miras (Región de Murcia), Núñez Feijóo (Galicia)... Todos ellos clamaron "prudencia", pero despejaron el balón lejos cuando se deslizó alguna pregunta sobre una nueva paralización de la economía.
Como si de una lección aprendida se tratase –atrás quedan otras nuevas variables descubiertas–, los ministros del Gobierno y los presidentes autonómicos siguen arrimados a la ciencia, pero concienciados ante el alarmismo.
La aparición de ómicron y el auge de los positivos no significa, ni mucho menos, que "la historia pueda volver a repetirse". "El contexto es distinto, las posibilidades de defensa mucho mayores ahora que antes y las vacunas nos protegen de la sintomatología grave", concluyen en Moncloa.