El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha bendecido el nuevo gobierno alemán, encabezado por un socialdemócrata, Olaf Scholz, e integrado por verdes y liberales. O, según ha dicho Sánchez, "verdaderos liberales". En España, por contra, "solo miran a la derecha", ha comparado Sánchez.
Así se ha pronunciado el jefe del Ejecutivo este miércoles en Santiago de Compostela, donde ha asistido al acto de proclamación del nuevo líder de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso.
Horas antes, en un mensaje de Twitter, había felicitado a Scholz —que ha tomado posesión hoy como sucesor de Merkel en la cancillería germana— por la apertura de "una nueva etapa para Alemania".
"Enhorabuena y muchos éxitos para este tiempo, en el que España y Alemania continuarán trabajando para hacer de la UE un lugar más justo e igualitario para toda su ciudadanía", añadía Sánchez en su tuit.
Olaf Scholz
El socialdemócrata Olaf Scholz ha sido elegido este miércoles canciller federal por el Parlamento alemán (Bundestag), donde su partido y sus futuros aliados de gobierno, los Verdes y el Partido Liberal (FDP) tienen la mayoría. Scholz sucede, de esta forma, a la conservadora Angela Merkel, que traspasará el poder tras 16 años a quien ha sido vicecanciller y ministro de Finanzas de su última gran coalición.
Dieciseis años después de la derrota de Gerhard Schröder frente a la líder conservadora, Scholz devuelve al Partido Socialdemócrata (SPD) la jefatura del gobierno. Lo hace al frente de una coalición con Los Verdes y el Partido Liberal (FDP), los socios que no lograron dirimir sus abismos ideológicos hace cuatro años, cuando la entonces canciller fracasó en el intento de formar con ellos una alianza de Gobierno.
Scholz, un pragmático de la corriente centrista en la familia socialdemócrata, llegó a su objetivo tras una campaña, basada más en el continuismo que en la ruptura con la línea de su entonces jefa de gobierno.
Logró para el SPD el puesto de fuerza más votada en las elecciones generales de septiembre (25,7 %), un porcentaje agrandado por el hundimiento del bloque conservador a su mínimo (24,1 %) con Armin Laschet como candidato.
Hace apenas seis meses, los sondeos apuntaban a que el SPD quedaría en tercera posición, por detrás de conservadores y verdes. Scholz empezó a dar la vuelta al marcador impulsado, por un lado, por la falta de credibilidad de Laschet y, por el otro, por sus guiños al electorado, al presentarse como factor de estabilidad tras Merkel, la política mejor valorada del país.