Cuando uno llama a la puerta de la tercera planta de la calle Mayor 71 le abre una mujer que impone: 1.83 de altura, sin tacones, con mascarilla roja a juego con la chaqueta y los colores de su partido. Es Mar Espinar, líder del PSOE en la ciudad de Madrid, dispuesta a escuchar los problemas de los vecinos de la capital. Si no se lo creen, vayan cualquier jueves entre las 9.30 y las 11.30 horas.
La, portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento ha decidido poner todas las semanas su despacho a disposición de los ciudadanos para "escuchar sus quejas, buscar soluciones y hacer un seguimiento de su aplicación".
Espinar adoptó esta iniciativa el pasado 18 de noviembre y aunque "mentiría si dijera que han venido hordas" sí que recibe la visita habitual de "personas sobre todo mayores" que comparten con ella sus preocupaciones: las terrazas Covid, los patinetes, las bicicletas, la suciedad de la ciudad... "Se sienten desprotegidos, sienten miedo a la hora de andar por Madrid", denuncia.
-¿De qué se quejan los vecinos con los que ha tenido la oportunidad de conversar?
-Ha habido bastantes quejas de vecinos que tienen la mala suerte de tener una terraza debajo de sus casas y el descanso se ha convertido en un infierno para ellos; vecinos que tienen problemas de accesibilidad, a los que pasear y hacer la compra se les ha complicado muchísimo. Y también hay reclamaciones de vecinos que se quejan de la poca atención que reciben por parte de los servicios sociales del Ayuntamiento.
Por todo ello, Espinar pide que PP y Ciudadanos renuncien a la Ordenanza de Terrazas que prorroga dos años los permisos concedidos a los hosteleros durante la pandemia: "El 31 de diciembre todas las terrazas Covid deberían estar cerradas. Ese era el acuerdo; un acuerdo al que llegamos porque todos asumimos que había que ayudar a un sector que lo iba a pasar especialmente mal en la pandemia, pero tenía fecha de caducidad. Hay más sectores a los que atender además de a los hosteleros".
-¿Qué cree que le dirían los madrileños al alcalde si tuviera su despacho abierto a la ciudadanía?
-No sé lo que le dirían, pero sí que hay una sensación de tensión en la convivencia que no se veía desde hace tiempo. Almeida tiene la obligación de escuchar a los vecinos. El PSOE lo hace, y no sólo aquí, sino con campañas para que en el distrito en el que estén nos digan lo que falta y lo que sobra de lo que está haciendo el alcalde, que hace tiempo que dejó de ejercer como tal.
"Tensión" en Madrid
Poco queda ya en la política municipal madrileña de aquellos famosos Acuerdos de la Villa por los que todos los grupos (PP, Cs, Vox, Más Madrid y PSOE) consensuaron 352 medidas para "reconstruir Madrid" tras la pandemia. Espinar, que no es precisamente una novata en los plenos de Cibeles, pues es concejal desde 2015, dice que "no se veía una tensión así en la convivencia desde hace tiempo".
Ella lo atribuye a que el alcalde tuvo "una oposición que no se merecía" durante la pandemia y aprovechó esos Acuerdos de la Villa "para adoptar ese perfil institucional que nunca había tenido: antes se le criticaba por ser de chascarrillos, macarra, no tenía el perfil serio que se le presupone a un alcalde".
Tras estos acuerdos, y con la pandemia amainando, "todo esto se evapora", denuncia la portavoz socialista: "Almeida ya ha perdido todo su perfil de alcalde de consenso. No es capaz siquiera de negociar con el Grupo Municipal que le ha hecho alcalde, Vox, para negociar los Presupuestos. Está dando una imagen indigna, suplicante, sólo mirando a Vox. Lleva tanto tiempo ejerciendo de mayordomo de Casado que ya no diferencia. Le da igual ser mayordomo de la extrema derecha o de quien le venga bien a su partido a nivel nacional, olvidándose de que él es el alcalde de Madrid".
De Grandes a Trapiello
La falta de consensos se trasladó al último pleno de Cibeles, en el que PP, Ciudadanos y Vox se opusieron a nombrar a la escritora madrileña Almudena Grandes Hija Predilecta -aunque sí le concedieron el nombre de una calle-, a propuesta de la izquierda. "No hay que meter a personas que no pueden defenderse en una guerra política sin sentido. La política tiene que unir", defiende Espinar,
-Ustedes votaron en contra de nombrar el Teatro Galileo como Teatro Quique San Francisco...
-Fueron los vecinos quienes hicieron una recogida de firmas expresando que no estaban de acuerdo en cambiar el nombre del teatro. Propusimos una enmienda para que una de las salas se llamara Quique San Francisco y se nos rechazó. Javier Ramírez [edil del PP responsable de Chamberí y Fuencarral] no es de aceptar propuestas que no vengan de Vox. Yo he ido a ver a Quique San Francisco, me he reído con él, lo he conocido personalmente y no tengo nada en su contra.
Sobre la polémica con el escritor Andrés Trapiello, a quien tildó de "revisionista" en un pleno sobre las medallas de la ciudad, reivindica su "libertad" para "poder estar de acuerdo o no con lo que dice": "¿O sólo pueden ellos?". Defiende, además, su decisión de votar en contra de la condecoración a Ana Botella: "Volvería a hacerlo porque me parece una indignidad".
Su "cariño" a Almeida
Espinar dice guardar "cariño" al "simpatiquísimo" alcalde, con quien comparte pasión colchonera -"con eso conmigo tienes el 70% ganado", admite con sorna-, pero habrán visto que no son precisamente amables las palabras que dedica a su gestión al frente del consistorio. "Ha decidido centrarse en su labor de portavoz nacional del PP y ha dejado a toda una ciudad sin nadie al timón, y cuando se pone al mando es para preguntarle a Vox a dónde va", denuncia.
"Es vergonzoso lo que está haciendo, poniéndose al servicio de Casado y de Vox, porque ser alcalde de Madrid es una de las cosas más bonitas que te pueden suceder en la vida", añade. Tan bonita que es fácil intuir que Espinar sueña con Cibeles desde su amplio despacho de la Calle Mayor, aunque antes tiene por delante la ardua labor de volver a ser la referencia de la izquierda en una de las plazas más debilitadas para los socialistas.
¿Su receta? Recuperar la calle. "El PSOE siempre ha estado en la calle, pero ha perdido la capacidad de hablar a las mayorías, de utilizar un lenguaje que la gente entienda". Para ello es necesario "que la gente vuelva a saber que cuando llamas a la puerta del partido socialista, hay alguien dispuesto a escuchar". Y ahí está ella, disponible todos los jueves de 9.30 a 11.30 en la tercera planta de la calle Mayor 71. Tomen nota.