Ya no es una consigna interna. Inés Arrimadas reconoce en público que su partido está abierto a negociar con el Gobierno la reforma laboral. Las conversaciones con Moncloa todavía no han comenzado, pero podrían hacerlo en los próximos días. Tal y como informó este diario, la facción socialista espera a que fracasen los contactos de Yolanda Díaz con el separatismo para pactar con Ciudadanos.
"Para ser de una ministra de Podemos [la reforma laboral], nos damos con un canto en los dientes". Arrimadas ha elegido esa expresión tan gráfica para deslizar que no sólo está dispuesta a negociar, sino que lo más probable es que esas conversaciones, de producirse, lleguen a buen puerto.
A ojos de los liberales, el proyecto de Moncloa "no toca prácticamente" el suscrito por el gobierno de Mariano Rajoy. Por eso no entienden que el Partido Popular vaya a votar en contra.
El hipotético apoyo de Ciudadanos, eso sí, de ningún modo saldría gratis. En una conferencia para Nueva Economía Fórum, Arrimadas reiteró: "Nos gustaría mejorar algunas cosas".
El contenido, como viene siendo habitual en todo lo que se refiere a las negociaciones Gobierno-Ciudadanos, se evaluará una vez Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, llame por teléfono a Edmundo Bal, portavoz de los naranjas.
A día de hoy, esa llamada todavía no se ha producido. Las charlas entre los socialistas y Ciudadanos han sido siempre "informales" y circunscritas a los encuentros en los pasillos del Congreso y en el hemiciclo.
La estrategia de Ciudadanos va mucho más allá de lo puntual: pasa por pactar con el Gobierno para anular la influencia de los partidos nacionalistas en la gobernanza del país.
Díaz apura sus opciones
La relación entre el nuevo portavoz del PSOE, Héctor Gómez, y Edmundo Bal es "muy cordial". También mantiene buen trato con la propia Inés Arrimadas. Mientras tanto, Yolanda Díaz apura sus opciones y corteja a Esquerra Republicana.
La vicepresidenta del Gobierno sostiene que Ciudadanos defiende tesis contrarias a lo que significa la reforma. Gabriel Rufián ha aclarado que está "dispuesto a negociar", pero ha avisado de que no dará un "cheque en blanco".
El equilibrio que busca Díaz es complicado. Está por ver hasta dónde puede llegar para satisfacer a ERC sin soliviantar, por el otro lado, a los socialistas y a los agentes sociales con los que ha pactado previamente.
Mariano Rajoy, para más inri, ha asegurado que la nueva reforma laboral apenas hace unos "retoques" sobre la suya. Tan leve considera la variación que la ha calificado como "política infantil".
Arrimadas justifica así su posible apoyo: "Se blindan algunas cosas cuestionadas por la izquierda, sobre todo en materia de flexibilidad laboral. Conviene valorar que los agentes sociales se han puesto de acuerdo en un momento difícil".
Pero, sobre todo, la jerezana destaca que se nota "muy poco" que la reforma laboral en boga haya sido capitaneada por "una ministra de Trabajo de Podemos". Insiste: "Me doy con un canto en los dientes".