Los políticos españoles no se han resistido a quedarse sin meter baza en el culebrón Djokovic. Primero ha sido el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y después el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha asegurado que si el tenista quiere jugar en el Mutua Madrid Open "tendrá que cumplir las normas". Unas normas que, si pregunta a su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el serbio ha cumplido.
Y es que sólo hace falta remontarse a las imágenes del tenista en las playas de Marbella unas semanas antes del torneo de Melbourne para saber que Novak Djokovic puede entrar a España. Durante unos días se estudió si su entrada había sido legal o no haciendo referencia a una restricción de aviso que data del 20 de septiembre. Pero es, precisamente, su condición de tenista profesional la que le exime de tener la pauta completa.
En la nota de noviembre se explicaba que "sólo se permitirá entrar en España a aquellos residentes en Serbia que dispongan de un certificado de vacunación completa (última dosis puesta 14 días antes del viaje como mínimo) o "estar incluido en alguna de las excepciones contenidas en la Orden INT/657/2020 de 17 de julio". Excepción en la que entraría el deportista por su condición.
Pero, aun así esta orden puntual no suple la ley vigente. En la página oficial del Ministerio de Exteriores se aclara que los residentes en la Unión Europea, países asociados al espacio Schengen y otros Estados con características especiales como el Vaticano, Andorra o Mónaco (donde reside Djokovic) podrán entrar en España cumpliendo tres supuestos: vacunas, test Covid o haber pasado la enfermedad. Estos ciudadanos no necesitan por tanto la vacunación obligatoria, como ocurre en el caso de Australia.
Por ello, si Djokovic quisiera acceder a España desde Serbia, Estados Unidos, Reino Unido o cualquier otro territorio fuera del espacio Schengen, sin vacunar, no tendría impedimento.
Específicamente las limitaciones de España dicen que podrán ser una excepción los "trabajadores altamente cualificados cuya labor sea necesaria y no pueda ser pospuesta o realizada a distancia, incluyendo los participantes en pruebas deportivas de alto nivel que tengan lugar en España".
Y es que, la vacunación sólo es obligatoria para quienes accedan desde estos países a España por turismo. Según la normativa del Ministerio de Sanidad de Carolina Darias hay 9 excepciones (la citada de ser deportista de élite y tener un torneo) y también para "investigadores, personal marítimo y aeroportuario, personal diplomático, estudiantes con visado o personas que viajen por causas de fuerza mayor". Ellos pueden entrar sin completar la pauta vacunal.
Así las cosas, y según la regulación sanitaria vigente, Djokovic, al ser un ciudadano serbio, debería de presentar alguno de estos tres supuestos: un pasaporte Covid que certificara su vacunación (razón por la que le han expulsado de Australia), un certificado de recuperación que confirme que ha superado la Covid-19 (algo que el tenista alega aunque existan imágenes suyas relacionándose con gente cuando estaba contagiado) o una prueba diagnóstica.
Es decir, que para que Djokovic juegue en Madrid, como ha dicho el alcalde que le gustaría que ocurriese, sólo precisaría de hacerse una PCR 72 horas antes de llegar al país o un test de antígenos en las 48 horas previas a aterrizar en España.