La posición del Gobierno español siempre viene definida por lo que marque el presidente. Pedro Sánchez, empeñado en cumplir con el trabajo que se le ha encomendado, sabe que al próximo anfitrión de la cumbre de la OTAN le toca participar, como el que más, en el despliegue de fuerzas aliadas para contener la agresividad rusa en la frontera de Ucrania. Pero su socio en el Ejecutivo de coalición califica esta decisión de "gran torpeza" y la critica en boca de todo un secretario de Estado y voz más autorizada en política internacional, Enrique Santiago.
El también secretario general del Partido Comunista de España es el número dos de Ione Belarra en el Ministerio de Derechos Sociales, además de haber ejercido el derecho internacional, por ejemplo, asesorando a los narcoterroristas de las FARC en las conversaciones de paz de Colombia. Santiago cree que "el grave error de Europa" parte de la decisión de la OTAN, empujando su despliegue "hasta Rusia", porque "amenaza la paz".
Además, este miembro del Ejecutivo critica como "estratégicamente torpe" que el Gobierno español del que forma parte se embarque en una decisión que "subirá el gas, el petróleo y la inflación". En su opinión, Europa debería "aportar medidas para desescalar el conflicto", que enmarca en un mero enfrentamiento entre EEUU y Rusia, para "evitar militarizarlo y dar garantías de paz para las partes".
Podemos también rechazó "los movimientos de tropas y el envío de buques y cazas a la zona" decretado por Moncloa. Una decisión de "incremento de la tensión bélica en Ucrania" que la formación integrante del Gobierno recibió "con honda preocupación".
La formación que lidera la ministra Belarra asegura que Moncloa colabora en alimentar "un conflicto de difícil solución si no apuntamos a la distensión". Y asegura que el origen de la posible guerra en la región es "la extensión de la OTAN hacia Ucrania y Georgia", que "obedece exclusivamente a intereses de EEUU".
Al mensaje de Enrique Santiago se ha unido el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, que ha recuperado el lema que abanderó la izquierda en 2003 contra José María Aznar a raíz de la crisis de Irak. "NO A LA GUERRA", ha escrito Echenique en su cuenta de Twitter.
Fuentes del partido afirman que "la autonomía estratégica de la UE debe apostar y construir una postura coordinada y común entre las diferentes sensibilidades de los países bálticos y del Este de Europa y Alemania, Francia, Italia y España, no ahondar en una escalada que pone en riesgo la Paz y la estabilidad de la zona y de toda Europa".
Aliados en la OTAN
Sin embargo, la opinión de los morados ha sido desoída tanto en Moncloa como en el Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Hace sólo 48 horas que José Manuel Albares se entrevistaba con el secretario de Estado de EEUU en Washington. Antony Blinken se reúne este viernes con Sergei Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia. Y es, muy probablemente, la última oportunidad.
El propio jefe de la diplomacia española, a la salida del despacho de Blinken en la capital estadounidense, explicó que gran parte de su conversación había versado sobre "las tensiones con Rusia". Vladimir Putin tiene hoy 100.000 soldados en la frontera y fuentes de Exteriores confirman a este diario que el convencimiento del Gobierno español y de los aliados es que no están allí sólo para exhibir fuerza, y que el presidente ruso ordenará una intervención.
Si la orden se queda en incursión limitada, alcanza la toma de posiciones en el Donbás o llega incluso hasta invasión, no está claro. Lo que sí está decidido, según las mismas fuentes, es que la OTAN quiere evitarlo. Pero, en todo caso, Moncloa advierte de que "tenemos que estar preparados para cualquier escenario".
Apoyo del PP
Siguiendo el viejo adagio, si vis pacem para belum, la preparación de la cumbre entre Blinken y Lavrorv pasaba por una exhibición de fuerza. En el reparto, a España le ha tocado adelantar el envío de la fragata 'Blas de Lezo' al Mar Negro, reconocer en público que hace dos días zarpó el cazaminas 'Meteoro' y anunciar la preparación de un despliegue aéreo de hasta seis aviones de combate en Bulgaria.
En ese mismo contexto, y tras conocerse la decisión del presidente de participar en el despliegue militar de la OTAN, el exvicepresidente Pablo Iglesias comparaba a Pedro Sánchez con José María Aznar.
Según el fundador de Podemos y hoy militante raso además de tertuliano de radio, "el furor pro-USA" demostrado por Sánchez es comparable con el que "acabó con Aznar". Iglesias también advierte a su antiguo aliado que "sería una gran torpeza de la parte socialista del Gobierno enfrentarse a todos sus socios y montar el 'partido de la guerra' con el PP".
Efectivamente, el presidente del Partido Popular no tardó en salir en apoyo de la decisión tomada por el Ejecutivo. Pablo Casado convocó a los medios de comunicación en el Congreso para confirmar que "el Gobierno cuenta con todo nuestro apoyo ante la crisis Ucrania". El líder de la oposición también pidió lealtad de vuelta, reclamando que Moncloa "cuente con el PP e informe al Congreso" de las decisiones y evolución de los acontecimientos.
Tradición 'anti yanqui'
La tradicional posición "anti imperialismo yanqui" de la izquierda española hunde sus raíces en los años del franquismo y la comodidad estadounidense con la dictadura.
Una posición que tornó en apoyo cuando la instalación de bases militares en la Península a cambio de asistencia económica y blanqueamiento del régimen a los ojos del mundo. O del mundo occidental, para ser más exactos. De ahí a las marchas contra la OTAN -tras la integración española en 1981- y el referéndum prometido por Felipe González sólo medió el paso de que España se convirtió en una democracia con libertad de manifestación...
Finalmente, con el cambio de "la ética de los principios a la ética de la responsabilidad", el primer presidente socialista del Gobierno en nuestro país cambió de posición. El propio PSOE defendió la integración de España en la estructura de la OTAN en 1986.
Y aunque José Luis Rodríguez Zapatero le hizo un desplante a la bandera estadounidense para luego, ya en el poder, retirar las tropas de Irak sin previo aviso a los aliados ni tiempo para organizar el traspaso del mando en Herat, la gran barrera que divide a las izquierdas en España es su beligerancia contra todo lo que suene a militar, recuerde a la Alianza Atlántica y tenga que ver con el amigo americano.