El silencio de Yolanda Díaz en torno a la crisis por Ucrania contrasta con la contundencia de Pablo Iglesias, que en las últimas horas ha cargado contra el despliegue de España en el marco de la OTAN para hacer frente a Rusia y contra la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Cierto que la vicepresidenta del Gobierno se encuentra fuera de foco tras su positivo en Covid-19 y que el exvicepresidente, además de sus habituales colaboraciones en medios, se encuentra promocionando su nuevo proyecto, un podcast en el que "destapará los bulos de la derecha".
Pero cierto también es que ni desde el ala morada del ejecutivo ni desde Podemos, más allá del "no a la guerra", se ha desautorizado, corregido o matizado a su exlíder. Este hecho no ha pasado inadvertido para sus compañeros de coalición, los socialistas.
Entrevistada este lunes en RNE, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, no ha querido dar importancia a esta nueva discrepancia en el seno del Consejo de Ministros, pero sí ha dejado una frase al ser preguntada por Iglesias que ha sonado a llamada de atención: "Cada partido decide quién es su portavoz".
"Un esfuerzo de reflexión"
"Respeto la posición de todos los partidos -ha afirmado Rodríguez-, pero tratándose de una cuestión tan relevante y preocupante en el contexto internacional, es importante que todos hagamos un esfuerzo de reflexión, de pedagogía y de contención en algún caso para que nuestras declaraciones no alteren esas relaciones diplomáticas que han de ser la respuesta más importante que hemos de dar a esta situación".
La portavoz, como también subrayó el pasado viernes el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha recordado que quien lidera esta crisis es el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como que "los acuerdos, la alianza con la OTAN y la Unión Europea" se renovaron en el Consejo de Ministros del 21 de diciembre "con total normalidad". "Y ahí estaban nuestros socios de Gobierno", ha zanjado.
La pasada semana, Iglesias, entre otras consideraciones, clamó contra el "fulgor militarista" de Margarita Robles, a la que acusó de "mentir" y de "tomar el pelo" a los españoles al hablar de "una guerra humanitaria".