La presencia de la variante ómicron ha cambiado completamente la forma de enfrentarse a la Covid-19: cuarentenas más laxas, terceras dosis de la vacuna… Se trata de medidas que se han ido modificando acorde a la transmisibilidad del virus y algunos países ya apuestan por reforzar con el uso obligado de mascarillas FFP2.
Una postura que se extiende entre los epidemiólogos españoles e internacionales, pero que lleva implícito un hándicap económico: las mascarillas FFP2, además de ser más caras, no tienen un precio regulado por el Gobierno ni un IVA superreducido y, si se disparara su utilización, podría conllevar a un incremento de su PVP. Como ocurrió con los test de antígenos este mes de diciembre.
Así, si el Ejecutivo defendiera la necesidad de usarlas, los precios se podrían disparar. Por ello, diversos sectores profesionales y partidos de la oposición, como el Partido Popular, llevan meses reclamando una regulación del precio de estos productos. Debate que vuelve este martes al Congreso de los Diputados, con motivo de la prórroga del IVA superreducido de las mascarillas quirúrgicas (al 4%) que previsiblemente se aprobará en la Cámara Baja.
Lo cierto es que no ha hecho falta que el Gobierno diga que la FFP2 es necesaria en lugares cerrados o muy concurridos (como es obligatorio en Francia, Italia o Alemania) para que su uso se incremente. En España, muchos ciudadanos han escuchado a expertos en transmisibilidad de virus y han empezado a adquirirlas conforme se disparaba la incidencia acumulada.
Tanto es así que, según la consultora Iqvia, la venta de mascarillas FFP2 en diciembre de 2021 se incrementó un 126,75% respecto al periodo anterior. En ese mes se vendieron aproximadamente 11 millones de mascarillas mientras que en noviembre la cantidad desciende a 5 millones y en octubre a 4 millones.
Según muestra el estudio realizado por la consultora, el precio no ha variado en este tiempo y, de media, tienen un coste por unidad de unos 6,10 euros. Precio que se ha ido regulando con el mercado —por lo que no habría sido necesario una regulación por parte del Ejecutivo—, pero que es elevado respecto a las quirúrgicas y tiene un 21% de IVA.
Hay que recordar que el Ejecutivo ya se vio envuelto en la polémica sobre el uso y precio de la mascarilla FFP2 cuando países como Alemania llamaron a usarla en espacios cerrados porque evitaba más la contagiosidad del virus. En ese punto, el equipo de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, apostó por el empleo de mascarillas quirúrgicas, las mismas para las que sí se aplica un precio máximo y un IVA superreducido del 4%.
Italia y Alemania
La llegada de ómicron reabre la polémica y más después de que Italia haya decidido hacer obligatoria la mascarilla de este tipo en el transporte público. Una medida que va acompañada de la necesidad de tener un certificado de vacunación en vigor.
Expertos como José Luis Jiménez, profesor de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), especialista mundial en la transmisión por aerosoles, es uno de los defensores del uso de este mecanismo de protección.
El reputado investigador estadounidense ha llegado a afirmar que el empleo de mascarillas FFP2 en interiores es una medida incluso más eficaz para no contagiarse que dos dosis de vacuna. "Con la situación epidemiológica actual, elevada incidencia y contagiosidad de ómicron, yo usaría la FFP2. Sería un avance importante que la población general se pasara a ella". En este momento, el IVA que se les aplica es el del 21%.
Los estudios sugieren que las máscaras FFP1 ofrecen al menos un 80% de eficiencia en el bloqueo de partículas de aerosol. Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud ha citado estudios que muestran que los sistemas de filtración de las mascarillas FFP2 y N95 tienen una eficacia del 94% y el 95%, respectivamente, si se ajustan correctamente. Sin embargo, tienden a no ser reutilizables, por lo que denuncian que pueden ser una opción "más cara".
Inversión en I+D
Óscar Mesa, CEO de QualitecFarma, explica a EL ESPAÑOL que "el objetivo fundamental de una mascarilla tipo FFP2 o incluso FFP3 es evitar el contagio por inhalación, su principal valor es no inhalar los virus que exhala una persona contagiada". En su teoría, para un virus con una transmisibilidad muy alta por el aire (como ómicron) son las más recomendables.
Pero su uso se está extendiendo no sólo en Italia o en Estados Unidos, también en Alemania donde, desde el mes de abril, es obligatorio usar FFP2 en el trabajo, en tiendas o en transporte público. Lo mismo ocurre en Francia donde es la única medida de protección que se puede emplear si se está en un lugar público o en Austria, obligatoria para cafés, restaurantes u hoteles.
Muchas han sido las voces que, desde hace más de un año, piden la regulación del precio de este tipo de mascarillas o, en su defecto, la aplicación de un IVA del 4%. Óscar Mesa explica que "quizá sí debería regularse el precio para evitar el intrusismo, la venta o distribución por no profesionales del sector sanitario, y los productos falsos o defectuosos, así como el estraperlo".
"El medicamento, los productos sanitarios y los dispositivos médicos disponen de precio regulado, como regla básica, y con cargo al presupuesto de sanidad, que actualmente se encuentra en unos casi 80 mil millones de euros en España. Por tanto, creo que el mejor sistema sanitario del mundo (el español) debe invertir en sanidad y en I+D, y no en ministerios de dudosa utilidad o desproporcionados gabinetes de Gobierno", insiste.
Para el CEO de la empresa sanitaria es de "primero de Economía" invertir en I+D y en educación, como pueden ser mascarillas producidas en España más económicas y donde el mercado no se sature. "Cualquier gobierno que invierta directamente en I+D, incluso si es en el sector privado, podría presentar a sus votantes el retorno de dicha inversión a medio o largo plazo. La pena es que la política siempre se juega a corto plazo y la I+D, por el contrario, es muy largoplacista".
En su opinión, ómicron ha ocasionado un "despunte de ventas en mascarillas o artículos relacionados con el virus" de forma "exagerada". "Pero, como cualquier ciclo, debe volver a su estado cuando los actores implicados lleven dicho mercado a los valores no habituales", desgrana.
Defensa del PP
Uno de los partidos que más ha apostado por rebajar el IVA de estas mascarillas ha sido el Partido Popular. En una de sus intervenciones en la Comisión de Hacienda, la senadora del PP por Toledo, Pilar Alía, pidió al Gobierno a través de una moción que "de manera excepcional, y por la situación ocasionada por la Covid-19, el IVA de las mascarillas FFP2 y FFP3 sea del 0%, dado que hablamos de artículos obligatorios que previenen contagios".
Moción que terminó siendo rechazada con el voto en contra del PSOE, aspecto que lamentó la senadora popular, quien remarcó: "Conseguimos que se redujese el IVA de las mascarillas quirúrgicas, pero no fue posible para las FFP2 y FFP3, que siguen tributando al 21%".
Precisamente, en marzo de 2021, el PP presentó en el Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley, sobre exención total del IVA de estas mascarillas, que fue rechazada por los votos en contra de PSOE y Podemos.
El PP estima que el conjunto de las familias españolas consume 50 millones de mascarillas al día, lo que supone un desembolso de 9.200 millones de euros. En este sentido, Alía cuantificó que para una familia de 2 adultos y 2 niños, que utilizan mascarillas quirúrgicas, el gasto mensual podría estar por encima de 100 euros al mes. Por tanto, de 1.200 euros al año.
Esto, en el caso de las más económicas; al consumir FFP2 y FFP3, el gasto sería mayor, de 240 euros al mes, si las emplea sin sobrepasar el tiempo recomendado. Es decir, 2.880 euros al año. Y, de este importe, 605 euros serán recaudación por IVA.