La convalidación del decreto de la reforma laboral ha sido posible gracias al inesperado voto de un diputado del Partido Popular, de esos a los que se les califica como hombres de aparato.
Criado en Nuevas Generaciones (NNGG), sin experiencia laboral fuera de la política, Alberto Casero tiene un trabajo de fontanero en la formación, poco visible ante los medios, pero con un perfil técnico muy valorado por sus compañeros, especialmente por Teodoro García Egea, de quien es persona de absoluta confianza.
Sin pretenderlo, ya sea por un error humano o informático, Casero se ha convertido este jueves en el voto favorable número 175 de la reforma laboral de Yolanda Díaz, a la que no han sido capaces de dar su aval ni algunos de sus propios socios de Gobierno, como ERC, PNV o EH Bildu.
Al estar enfermo —"ha tenido fiebre todo el jueves", detallan varios miembros de su grupo en el Congreso—, Casero ha votado desde su domicilio en la capital. Y el sistema informático, según el PP, ha contabilizado por error un sí a la reforma laboral del Gobierno.
Este licenciado en Derecho por la Universidad de Extremadura, de 43 años, lleva las siglas del PP bordadas en la camisa, lo que hace que sus compañeros descarten "por completo" que el voto a favor sea fruto de una decisión de romper la disciplina marcada por el partido.
Desde el partido reiteran a EL ESPAÑOL que su sí se debe "únicamente" a un error informático en el televoto. Un fallo del sistema que, por contra, otras fuentes del Congreso de los Diputados ven "inviable".
Al percatarse del problema, Casero se personó en el Congreso para solucionarlo, sin éxito. "Si se ha presentado aquí corriendo, con fiebre y todo...", traslada una diputada del PP a este diario, que critica que "no se le haya dejado anular el voto informático y votar en persona".
"Alberto está alucinando, como todos nosotros", indicaron este jueves por la noche otros miembros del Partido Popular a EL ESPAÑOL. A su vez, critican la negativa de Batet —"que conocía desde el inicio de la votación el problema", resaltan— a permitirle votar en persona. Y recuerdan que, según un acuerdo de 2012, la presidencia de la Mesa debería haber llamado a Casero para constatar que el sentido de su voto es correcto. Este diario ha tratado, sin éxito, de ponerse en contacto con el diputado.
En el PP también destacan el talante "trabajador" de quien fue alcalde de Trujillo. Se le desconoce pareja y ha tenido un perfil alejado de los micrófonos, pero siempre muy unido a García Egea y a Casado. Los tres fueron compañeros de batallas en Nuevas Generaciones y ahora, ya en la gran política, se siguen apoyando los unos en los otros.
Su perfil de Twitter también revela que Casero es un popular de carné: viajes por el territorio nacional con compañeros del PP, críticas al Gobierno y mucho deporte y política internacional.
Sus últimas publicaciones son especialmente musicales y deportivas. Una felicitación a Rafa Nadal por su éxito en Australia y varias interacciones con la cuenta de Álex Ubago tras decidir no viajar a Cuba en el mes de abril "por la situación que está viviendo el país".
Y es que, en la actualidad, Casero es diputado en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso donde denuncia con ardor las relaciones del Gobierno con el chavismo o el régimen cubano.
Se afilió con 18 años al PP y su ascenso fue meteórico. En 2001 ya era el presidente provincial de Nuevas Generaciones en Cáceres y pertenecía al Comité Ejecutivo Nacional. En 2005, Casado fue elegido presidente de NNGG de Madrid, coincidiendo con el liderazgo de Casero en Extremadura y los dos han permanecido unidos hasta ahora, junto a otros líderes jóvenes de esa remesa, como la portavoz Cuca Gamarra.
Mayoría absoluta
Entre sus primeros pasos como político, destaca su presencia en Asamblea de Extremadura, donde fue portavoz del grupo popular en Economía, Empleo, Industria, Comercio, Turismo y Deportes. Corría el año 2003 y se convertía entonces en el diputado más joven de la Cámara.
Poco tiempo después fue nombrado vicesecretario general del PP en Cáceres y miembro de la Junta Directiva del partido en Extremadura. En junio de 2011, su nombre ya era el que engalanaba las calles de Trujillo en búsqueda de la alcaldía. La consiguió con el 64% de los votos, mayoría absoluta que revalidaría en 2015.
Cuando Casero es elegido en 2015 alcalde de su ciudad, ya tiene un pie en Madrid. En los comicios del 2011 entra en las listas del Senado.
Precisamente durante esos años en la alcaldía es donde, presuntamente, el diputado incurrió en un delito de prevaricación. El juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Trujillo (Cáceres) le ha imputado por un supuesto delito continuado de prevaricación relacionado con los contratos a dedo, en los que se habría saltado la Ley de Contratación del Sector Público.
Es su único escándalo mediático y salió a la luz hace unos meses. El diputado no se pronunció al respecto y no llegó a tener mayor transcendencia más allá de la prensa local.
Al perder la alcaldía en 2019, Casero ya estaba prácticamente asentado en Madrid. En 2017 había sido nombrado miembro electo del Comité Ejecutivo Nacional del Partido y, desde ahí, sólo tardó dos años en llegar al Congreso, donde es hoy diputado por Cáceres. Por su cargo, y según su declaración del año 2019, cobra un salario bruto anual de 70.143, 36 euros.
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