Con distintos matices, los principales barones regionales del PP han cerrado filas en torno al discurso de Pablo Casado de apartarse del Vox y han dado su apoyo a Alfonso Fernández Mañueco para que intente formar un gobierno en solitario en Castilla y León.
Sus voces se han escuchado en el Comité Ejecutivo Nacional del PP celebrado este martes en la sede de la calle Génova, en el que Casado ha arremetido duramente contra el "populismo y radicalismo" de Vox, cuyos votos pretenden ser decisivos para hacer a Mañueco presidente... y a su candidato Juan García-Gallardo, vicepresidente.
En un tono que recuerda al de su intervención en la moción de censura de Santiago Abascal contra Pedro Sánchez, Casado advirtió que el PP no puede alcanzar acuerdos con un partido que cuestiona el Estado de las autonomías, la construcción europea y que "divide a las personas por el color de la piel, su género, acento u orientación sexual".
El dique de contención que Pablo Casado y sus barones regionales han levantado para frenar el avance de Vox augura que la negociación para que Mañueco sea investido presidente (el PP tiene 31 procuradores y le faltan 10 más para alcanzar la mayoría absoluta) será compleja.
La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso defiede abiertamente la posibilidad de alcanzar un pacto con Vox en Castilla y León, sin dejarse amedrentar por "lo que piense la izquierda".
Pero el resto de barones del PP, en sintonía con la dirección nacional del partido, muestran todo tipo de reservas ante la posibilidad de que Vox (que obtuvo 13 procuradores en los comicios del 13-F) entre en el Ejectivo regional.
Durante el Comité Ejecutivo, Mañueco anunció su intención de formar "un gobierno fuerte, estable y en solitario" y recibió el apoyo del partido para hacerlo. No será fácil, pues para ello precisa negociar la abstención del PSOE o de Vox.
Intervienen los barones
Cuando tomó la palabra Isabel Díaz Ayuso, optó por expresar un deseo, dirigiéndose a Mañueco: "Ojalá puedas gobernar en solitario, porque los gobiernos de coalición son un verdadero infierno", relatan fuentes populares. Ayuso denunció además que "el sanchismo" y una parte de la prensa han intentado desprestigiar al PP durante la campaña electoral.
Las fuentes del partido aseguran que Ayuso no mencionó, en ningún momento de la reunión, la exigencia de celebrar cuanto antes el Congreso regional del PP de Madrid, que había planteado un día antes el portavoz de su Ejecutivo, Enrique Ossorio.
El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, dijo que Mañueco "está legitimado para gobernar en solitario", pues es el único que tiene posibilidades reales de presidir la Junta de Castilla y León.
En el Comité Ejecutivo se estrenaron dos nuevos barones: el presidente del PP de Canarias, Manuel Domíguez ("no debemos pedir perdón por haber ganado las elecciones", dijo), y el del PP de Aragón, Jorge Azcón, quien ha asegurado que Mañueco es quien mejor sabe los pasos que debe dar para consumar su investidura.
Los presidentes de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, son los más reacios a alcanzar cualquier acuerdo con Vox. El primero fue el gran ausente del Comité Ejecutivo (tenía responsabilidades propias de su Consejo de Gobierno, aseguran fuentes del partido), aunque ya parece descartar la convocatoria de elecciones anticipadas en Andalucía, en vista de lo ocurrido en Castilla y León.
En cuanto a Feijóo, ha respaldado plenamente las pretensiones de Mañueco de formar un gobierno sin Vox: "Una victoria puede convertirse en una derrota, pero eso no es lo que ha ocurrido, el PP ha dado la vuelta al marcador", ha manifestado sobre el resultado del 13-F.
Pero lo más sobresaliente del cónclave popular fue la intervención del presidente nacional del PP, Pablo Casado, que remarcó las señas de identidad de su partido (como el constitucionalismo, el reformismo, el autonomismo y el europeísmo) frente al "bloque de ruptura que forman hoy los populismos". Y no dejó ninguna duda de que en este "bloque de ruptura" incluye a Vox.
"Liderar hoy nuestro país es unir la derecha sin desunir España", afirmó Pablo Casado, que subrayó que cualquiera que intente llegar a acuerdos con el PP debe aceptar los principios de este partido
"La igualdad no es negocialble"
"Para nosotros la igualdad no es negociable", dijo el líder del PP, "ni la cohesión territorial, ni la integridad autonómica, ni la integración en Europa". También rechazó a quienes buscan "dividir a las personas por el color de su piel, su género, su acento o su orientación sexual".
Del mismo modo, añadió, el PP no acepta "el revisionismo constitucional, ya sea en contra de las Comunidades Autónomas, las Diputaciones, la Monarquía o la Justicia
independiente".
Ante la dirección del partido y los barones regionales, Casado dijo que la gran tarea pendiente del PP ya no es sólo reagrupar a todo el centro derecha -como le instó el expresidente José María Aznar-, sino que su objetivo es mucho más ambicioso: "Conseguir el reagrupamiento de todos los constitucionalistas, incluso aquellos socialdemócratas avergonzados por lo que está haciendo Sánchez; o aquellos regionalistas que quieren seguir viviendo en una España unida y diversa que nos dimos en 1978".
Ni el PSOE ni Vox se lo van a poner fácil a Alfonso Fernández Mañueco para repetir como presidente de la Junta de Castilla y León. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido al PP que ponga un "cordón sanitario" a Vox y rompa los acuerdos con este partido en Madrid, Andalucía y Murcia, si quiere que los socialistas faciliten la investidura de Mañueco con su abstención.
Por su parte, fuentes de la dirección de Vox han indicado a EFE que su presidente nacional, Santiago Abascal, no ha mantenido durante los últimos días ningún contacto con Pablo Casado para aproximar posturas sobre la situación en Castilla y León. De hecho, la relación personal entre ambos líderes está practicamente rota desde la fallida moción de censura contra Pedro Sánchez.
Las mismas fuentes han asegurado que Vox no tienen miedo a repetir las elecciones en Castilla y León, aun a riesgo de perder algún escaño, si el PP se cierra a la posibilidad de alcanzar un acuerdo.
Durante el Comité Ejectivo de este martes, Pablo Casado denunció que el presidente Sánchez ha utilizado todos los resortes del poder (desde el BOE al Consejo de Ministros y la Fiscalía General del Estado) para intentar evitar la victoria de Mañueco en las elecciones del 13-F.
Pero también se quejó del trato que el Partido Popular recibe de los medios de comunicación: "Nunca se había vivido una lluvia ácida de fake news subastadas al mejor postor, y una campaña de post verdad tan corrosiva como esta", dijo en su intervención.
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