La subcomisión para analizar experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal echa andar este miércoles 16 de febrero con el objetivo de poder legalizar fumar este producto con fines terapéuticos.
El órgano, dependiente de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, pretende ser el acelerador para legalizar el consumo de un producto que, según sus defensores, tiene 300.000 pacientes potenciales sólo en España y un mercado en expansión fuera y dentro de nuestras fronteras.
Un año y tres meses le ha costado al Partido Nacionalista Vasco (PNV) que se conformara esta subcomisión pese a contar con el visto bueno (con "matices", según algunos) de todos los grupos parlamentarios, excepto Vox.
Se prevé que el organismo extraiga sus conclusiones antes de verano y que, si todo va según lo previsto, pueda existir un documento sobre el que hacer una ley que regule el consumo de cannabis medicinal para finales de este año.
El empleo de este producto con fines sanitarios está cada vez más extendido en Europa aunque en España todavía es ilegal fumarlo con fines medicinales. Aun así, y según el último Informe Europeo de Cannabis, nuestro país es uno de los mayores consumidores de derivados del cannabis como el CBD (que sí es legal).
El Congreso de los Diputados es consciente del consumo de este tipo de productos y de cómo el resto de países están avanzando en su legalización. A pesar de los retrasos causados por la Covid-19, la consultora Prohibition Partners estima que 60.000 pacientes accedieron al cannabis medicinal en el Europa por primera vez durante el año 2020, elevando el número total de pacientes activos a 185.000.
Retraso
La Covid-19 y la comisión para la investigación de la campaña de vacunación en España han sido algunas de las piedras en el camino que se ha encontrado el PNV para que se convocara esta subcomisión.
Finalmente, este miércoles se fijará un plan de trabajo y se cerrarán los comparecientes (unas 30 personas). En cinco o seis sesiones el Congreso pretende analizar las experiencias de regulación del cannabis medicinal en otros países contando con pacientes y la industria para poder elaborar el documento final.
Desde el PNV celebran que "por fin" la subcomisión establezca un grupo de trabajo. "El objeto de no es otro que abrir un debate sereno sobre el estudio del uso medicinal del cannabis que nos permita aproximarnos de forma seria y rigurosa a la materia", insisten.
Fuentes del partido consultadas por este diario piden "la colaboración de todos los grupos parlamentarios para trabajar con transparencia, sin apriorismos, desde la escucha y el diálogo, y poniendo en el centro del debate a las personas, y a hacerlo a un ritmo ágil, lejos de la parálisis a la que se ha visto sometida la propuesta".
Posición parlamentaria
Aunque esta iniciativa se levante a propuesta del PNV, su llegada al Congreso de los Diputados fue de lo más sonada. Y es que, diversos grupos de la izquierda como Podemos, Más País y ERC se pelearon durante semanas por ver quién registraba antes sus proporciones de leyes para una regulación integra del cannabis. En este caso, los grupos apuestan por una legalización integral, más allá de su uso sanitario, también para el recreativo. Es decir, poder fumar cannabis sin receta médica.
Ahora, los diputados pretenden no hablar de estar "a favor" o "en contra" del cannabis, sino del estudio y sus posibilidades, que es el fin último de la subcomisión. Quieren desterrar tópicos: "Esto ya no va de que los de izquierdas estén a favor y los de derechas en contra", insisten las asociaciones partidarias del cannabis.
El Partido Popular, que votó en contra de la subcomisión, acudirá ahora a la cita aunque con las ideas muy claras. "La aprobación del cannabis como uso medicinal debe superar todos los requisitos que debe cumplir cualquier compuesto para que se considere medicamento y pueda ser comercializado", insisten fuentes del grupo a EL ESPAÑOL.
Los únicos que se mantienen en el no más rotundo son los diputados de Vox. El resto de grupos quiere presentar sus ponentes este miércoles (hasta gente de la industria farmacéutica para que den su punto de vista) y, una vez empiece a avanzar "sacar nuestras conclusiones".
Industria
Su posible legalización con empleo medicinal abre la puerta a que la plantación y venta de este tipo de productos en España se extienda.
Según fuentes de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), ocho empresas españolas tienen licencias para producir o fabricar cannabis y productos con fines médicos y científicos. Junto a ellas, otras 12 tienen licencias con fines de investigación.
Las licencias otorgadas por la Aemps son de lo más variadas. Desde autorizaciones de cultivo de plantas para la extracción de cannabis para fabricar estupefacientes, hasta la importación y exportación de la planta en sí. Las que tienen licencias de investigación suelen estar ligadas a ensayos clínicos.
La consultora Prohibition Partners, que ha elaborado el estudio sobre la utilización del cannabis en Europa, estima que el mercado incrementará a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 67,4 % a partir de 2021 hasta alcanzar los 3.200 millones de euros en 2025.
Hay que recordar que, en el mundo, más de 45 países, entre ellos Alemania, Canadá, varios estados de Estados Unidos o Israel, ya han regulado los fines médicos del cannabis.
En 2025 esperan que varias naciones introduzcan el acceso legal al cannabis para adultos, incluidas Países Bajos, Suiza, Alemania y España. "Estas ventas podrían elevarse a más de 500 millones de euros para 2025", insisten.
"Para 2025, grandes países como Francia y el Reino Unido habrán desarrollado considerablemente el acceso de sus pacientes y representarán una parte significativa del mercado europeo", añaden los analistas.
Qué es legal ahora
Con todo ello, hay que recordar que en España es legal fumar cannabis en clubes privados (regulados por ley). Es un modelo de consumo donde los clubes ofrecen a los miembros la oportunidad de cultivar cannabis, o delegar el cultivo a otros miembros del club, y consumirlo en el local, o en casa.
Un estudio dirigido por la Universidad de Leicester en 2020 descubrió que los clubes sociales de cannabis están operando la mayoría de los países europeos. Mientras que en muchos de ellos se combina su presencia con el consumo legal con fines médicos, en España esta forma de acceso es la única.
Un informe de la Confederación de Federaciones de Asociaciones Cannábicas cifra que, sólo en nuestro país, existen 1.500 clubes de este tipo, "la mayoría operando en Barcelona".
Todos estos clubes en España se encuentran con el mismo problema que en ciudades como Copenhague y Berlín donde la localidad permite su puesta en marcha, pero la ley nacional pone impedimentos.
En España, en noviembre de 2020, el Tribunal Supremo dictaminó que el Ayuntamiento de Barcelona no tenía el derecho a regular los clubes sociales de este tipo, poniendo la legalidad de estas organizaciones está en entredicho.
La sentencia subrayaba el hecho de que los clubes sociales de cannabis representan una "solución a corto plazo" a un problema persistente creado "por la prohibición".
"Existe la posibilidad de que la presencia de clubes sociales dificulte el progreso de la legalización total del cannabis eliminando parte del ímpetu de los defensores", insisten desde el Informe Europeo del Cannabis.
La inseguridad jurídica también el día a día para el único derivado del cannabis que sí es legal en nuestro país: el CBD. El cannabidiol (CBD) es un compuesto no psicoactivo de la marihuana con un porcentaje de THC (Tetrahidrocannabinol, el principio psicoactivo de la planta) del 0,2% que lo convierte en una droga legal.
En noviembre de 2021 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que un país no puede prohibir la importación y comercialización de CBD extraído de la totalidad de la planta del cannabis desde otro país de la Unión Europea abriendo la posibilidad de negocio e importación de este producto.
Además, y en la misma sentencia, el TJUE manifestó que el CBD no tiene efectos psicotrópicos y no es nocivo para la salud humana, por lo que no puede ser considerado un narcótico. Siguiendo dicha sentencia, la Comisión Europea informó tres semanas más tarde que el cannabinoide CBD no se considera un narcótico y que puede ser comercializado como alimento en la Unión Europea.
Puede tomarse por vía oral en cápsulas, por vía sublingual en aerosol o aplicarse de manera tópica mediante cremas y similares. Además, también se puede consumir en forma de 'cogollos' con un precio que oscila en los 15 euros por dos gramos.