Pablo Casado vive, probablemente, su peor crisis desde que está al frente del PP. Y eso que ha tenido dos derrotas en elecciones generales y varias sentencias judiciales por corrupción de su partido.
Ahora, el líder del PP queda claramente debilitado por las acusaciones de espionaje a Isabel Díaz Ayuso y el enfrentamiento con la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Su liderazgo está claramente erosionado hacia afuera, porque debilita su posición frente al Gobierno y su capacidad para hacer oposición, mientras fortalece a su rival más directo, Vox, con quien negocia la Junta de Castilla y León.
Y hacia dentro porque debilita su autoridad, y miembros del partido y dirigentes regionales cuestionan la forma en la que se ha gestionado todo el episodio, desde el supuesto espionaje al contrato de la Comunidad de Madrid con la empresa en la que trabaja el hermano de Ayuso y, mucho antes, el enfrentamiento por la Presidencia del PP en Madrid. Demasiado ruido para una pelea interna.
El partido movilizó ayer a los diputados para que escribieran tuits de apoyo a Casado y otros miembros del partido se sumaron de forma espontánea.
Lo que no hubo es movilización generalizada de barones regionales en favor de Casado. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, pidió a Génova que esté "a la altura de las circunstancias”.
"Sí tengo una cierta preocupación por la situación orgánica que está viviendo el PP en Madrid. Llueve sobre mojado y llevamos varios meses ante un asunto que debería estar resuelto por los cauces normales orgánicos del partido y no por informaciones muy sorprendentes”, aseguró.
Feijóo añadió que "si se ha contratado a alguien, me parece inaudito. Y, también, imperdonable que estemos perdiendo el tiempo en esto. No procede contratar a ningún investigador privado para investigar a ningún compañero. Vamos a ver cuáles son las explicaciones”. Es decir, criticó abiertamente la posibilidad de que desde Génova se haya espiado a Ayuso, sin respaldar expresamente a Casado.
Negociación con Vox
El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, eludió respaldar a Casado y se limitó a decir: “Bastante tengo con lo que tengo”, en referencia a la formación del Gobierno regional.
El otro gran barón regional, el andaluz Juan Manuel Moreno, prefirió ponerse de perfil. Hay que recordar que será el próximo dirigente regional en someterse a las urnas y, por eso, fuentes de su entorno aseguran que prefiere quedarse al margen.
Estos barones fueron informados hace tiempo por Casado sobre las sospechas respecto al contrato con el hermano de Ayuso, siempre según fuentes de Génova.
En las direcciones regionales del partido el ambiente es de “desolación” por el espectáculo. Por la mañana su posición era la de pedir una investigación interna en el partido y la depuración de responsabilidades. Luego todo se complicó con la comparecencia de Ayuso y la respuesta de Teodoro García Egea, en representación de la cúpula del PP.
Otro factor interno es el de las relaciones del secretario general del PP con las direcciones regionales del partido. En los últimos meses se han vivido enfrentamientos abiertos y ahora se cuestiona la gestión del caso de Ayuso.
De hecho, alguno menciona la posibilidad de que pueda actuar como “cortafuegos” para salvar a Casado en caso de necesidad, si la situación se complica en los próximos días.
Desde julio la dirección del partido tienen que convocar un congreso nacional que estaba previsto para ratificar a Casado al frente el PP, de cara a las generales de finales de 2023. Ahora la preocupación interna se centra en el futuro del partido y en de las comunidades y ayuntamientos que irán a elecciones en mayo del próximo año.
Enfado de Villacís
La crisis es tan grave como que afecta al partido, al Ayuntamiento de Madrid y a la Comunidad de Madrid.
Respecto al Ayuntamiento de la capital, ya se produjo este jueves la dimisión de Ángel Carromero y las informaciones publicadas aseguran que el supuesto espionaje se iba a pagar con dinero procedente de la Empresa Municipal de la Vivienda, dirigida por miembros próximos al aparato del partido. Carromero es una persona muy próxima a Casado.
La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, estalló este jueves contra Almeida porque no le informó hasta ahora de los hechos que conoció el pasado 15 de diciembre.
Villacís, dirigente de Ciudadanos que gobierna el ayuntamiento con el PP, está a la espera de conocer todos los datos de la EMV para decidir. El temor del PP es que pueda promover una moción de censura con la izquierda contra Almeida a poco más de un año de las elecciones municipales.
Este viernes se celebra la reunión del Consejo de Administración de la empresa municipal y el representante de Ciudadanos pedirá el resultado de la investigación interna.
Respeto a la Comunidad de Madrid, fuentes del PP admiten que, en todo caso, se ha conseguido debilitar la posición del partido y se refuerza a Vox, a poco más de un año de las elecciones. Quedará en todo caso la sospecha sobre el contrato con el hermano de Ayuso, que hasta la dirección nacional del PP vio cuestionable.
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