El Gobierno ha decidido en un pestañeo dar el nombre de Almudena Grandes a la estación de Atocha, en Madrid. La novelista falleció víctima de un cáncer hace menos de cuatro meses. Los mismos partidos que integran la coalición, PSOE y Podemos, votaron hace ya casi dos años a favor de hacer lo propio con Miguel Delibes y el aeropuerto de Valladolid. Pero, por razones difusas, no cumplen su compromiso.
La primera vez que se alumbró la idea referida al autor de El Hereje fue en septiembre de 2019. De la mano de Soraya Mayo, una diputada de Ciudadanos que hoy ya está fuera de la política. En conversación con este diario, afirma que escribió la propuesta tras palpar el "consenso" de la sociedad vallisoletana en torno a Delibes y después de hablar con los hijos del escritor.
"También era un reconocimiento, en cierto modo, al trabajo de la fundación que lleva su nombre. Y, sobre todo, un homenaje a la figura del Delibes viajero. El homenaje, al borde de su centenario, habría sido estupendo, pero ahí se quedó".
Ahí se quedó porque las Cámaras se disolvieron. Fue cuando el pacto entre PSOE y Ciudadanos no prosperó y se repitieron las elecciones. Soraya Mayo perdió su escaño. Sin embargo, un diputado del PP por Valladolid, Eduardo Carazo, recuperó esa bandera.
Entonces, sí. En octubre de 2020, la propuesta se votó en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados: 34 votos a favor y 2 abstenciones, ambas de formaciones independentistas. PSOE y Podemos recibieron con los brazos abiertos otorgar el nombre de "Miguel Delibes" al aeródromo de Valladolid, una infraestructura limitada prácticamente a las conexiones con Barcelona y a los viajes del Imserso en verano.
Las formaciones en el Gobierno suscribieron la figura de Delibes como "valedor de las zonas rurales, de Castilla", como "humanista militante" y "figura capital de la Historia de España". Esos fueron algunos de los argumentos empleados primero por Ciudadanos y después por el PP.
La acción correspondiente a Almudena Grandes no es un hecho aislado. Pedro Sánchez ya rebautizó como "Clara Campoamor" la estación de Chamartín para lanzar un homenaje al sufragio femenino. Además, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha adelantado que darán más nombres de mujeres ilustres a otras estaciones de tren en España. La de Valladolid, por cierto, podría ser una de ellas, ya que hoy se denomina "Valladolid-Campo Grande".
La respuesta de Moncloa
Transcurridos casi dos años desde que PSOE y Podemos votaron a favor del "aeropuerto Miguel Delibes", el diputado del PP, Eduardo Carazo, registró una pregunta por escrito al Ejecutivo acerca del incumplimiento –era una proposición no de ley, sin efecto vinculante, pero también una instancia al Gobierno por parte de los partidos dentro del propio Gobierno–.
La respuesta mencionaba toda una serie de requisitos que, por cuestión de tiempo, no han sido tenidos en cuenta a la hora de rebautizar Atocha. El papel con la firma de Moncloa asegura que "el cambio de denominación de estaciones y aeropuertos es un proceso complejo y delicado en el que hay que tomar en consideración cuestiones económicas, de gestión de marca, de impacto reputacional, aceptación pública, facilidad de reconocimiento, identificación por los usuarios y consenso social".
El Gobierno también justificaba su inacción con un llamamiento a "acometer los cambios de forma prudente y acompasada". "La doble vara de medir es más que evidente", relata el diputado Carazo en charla con EL ESPAÑOL.
Los reconocimientos a Almudena Grandes generaron un crudo debate en el Ayuntamiento de Madrid. El PP sólo aceptó nombrarla "hija predilecta" como contrapartida al apoyo de cuatro ediles de la izquierda a los Presupuestos. Ciudadanos y Vox también estaban en contra.
"En cambio, ¡Delibes nace de un amplísimo consenso! No hubo votos en contra, sólo dos abstenciones. Huyo de valorar la obra literaria en función de la ideología del autor. Es una idiotez. Pero es un hecho que Grandes no tiene en Madrid el consenso que tiene Delibes en Valladolid. Don Miguel no genera polémicas ni rechazos", sostiene Carazo.
En la misma línea se expresa Soraya Mayo, la diputada que alumbró la idea por primera vez: "Parece que para el Gobierno hay nombres de primera y de segunda. Me da pena. Creo que están utilizando a Almudena Grandes, una escritora a la que respeto mucho. Pero, ¿por qué para unos es tan rápido y para otros hay que esperar tanto?".
Habla la Fundación Delibes
Este periódico se ha puesto en contacto con la Fundación Miguel Delibes, ubicada en Valladolid, en cuyo patronato están el Gobierno de la Junta de Castilla y León –regido por el PP en funciones tras los comicios– y el Ayuntamiento de la ciudad –liderado por Óscar Puente, del PSOE–. También forman parte de ella los hijos del escritor.
Fernando Zamácola, su director, anticipa que la fundación "rehúye la confrontación política": "La figura de Miguel Delibes está por encima de todo eso". También celebra que se trata de un novelista "muy leído a día de hoy".
No aprovecha la coyuntura para exigir al Gobierno que cumpla su compromiso de rebautizar el aeropuerto de Valladolid con el nombre de Delibes: "Si eso llega, nos parecerá un bonito homenaje y lo agradeceremos. Pero no es algo que nos preocupe. Nuestro mayor objetivo es continuar con la difusión de su obra".
Sí recuerda Zamácola que aquella iniciativa "recabó el consenso de prácticamente todas las fuerzas": "No hubo votos en contra, sólo dos abstenciones. A nosotros sólo nos interesan las iniciativas que nazcan del consenso".
El gerente de la fundación celebra el reconocimiento a Almudena Grandes y aprovecha para "felicitar a su familia y a Luis García Montero": "Los escritores generan Marca España como nadie".
–¿Cuál es ahora la mayor preocupación de la fundación?
–Miguel Delibes falleció hace doce años. Todos sus objetos personales continúan en el piso donde murió. Estamos intentando lanzar una casa-museo. Aquí, en nuestras oficinas, cedidas muy amablemente por el Ayuntamiento de Valladolid, no entra todo el material. Es una sede temporal.