Luis Garicano, líder de la delegación de Ciudadanos y vicepresidente de los liberales Renew en el Parlamento Europeo, analiza para EL ESPAÑOL las consecuencias de la guerra.
La invasión ordenada por Vladímir Putin del Ejército de Rusia en Ucrania no sólo es una "violación flagrante del derecho internacional" y "un desafío a los valores y principios europeos". Eso ya sería suficiente para provocarnos una reacción como humanos, ciudadanos y europeos.
Pero es que además, las consecuencias del ataque y de las consiguientes sanciones impuestas al régimen de Moscú, vienen a poner en cuestión la recuperación económica, todavía incipiente, tras la pandemia. Europa ya se planteaba qué hacer con su pacto de estabilidad a partir de 2023, tras la suspensión de las reglas fiscales desde la llegada del coronavirus.
Ahora, es indudable que hay que rehacer ése y todos los guiones.
Para este aspecto concreto, Garicano ya tenía un plan. EL ESPAÑOL informó en exclusiva de sus contactos e intermediación entre los Gobiernos de Francia y Alemania. Unos defensores del mantenimiento de la laxitud, los otros del regreso a la ortodoxia.
Los ministros de Finanzas de las dos locomotoras de Europa, Christian Lindner, el germano halcón de la ortodoxia, y el francés Bruno Le Maire, son liberales, de la familia política de Cs. Y Garicano es, además de político hoy, profesor de Economía desde hace décadas.
Pero éste es sólo un aspecto, que ahora parece quedarse pequeño, ante lo que se nos viene encima: "Europa va a tener que hacer frente a un enorme gasto, inversiones mucho mayores que las inicialmente previstas". Y todo eso, en un contexto económico volátil, lleno de incertidumbres y, sin duda, con restricciones.
¿Cuál es ese plan de Garicano? ¿Evitaría la estanflación? ¿Entraremos en recesión? ¿Cortará Putin el grifo del gas? ¿Se mantendrá la unidad de acción europea? ¿Aislar a su economía será suficiente para que los rusos hagan caer a Putin?
Y además, ¿puede España afrontar la duplicación de su gasto en Defensa, como demandan los aliados (y, quizá, los tiempos)? ¿Cómo se pagará la acogida de millones de refugiados? ¿Por qué los partidos populistas de izquierdas, de derechas y nacionalistas coinciden, todos ellos, en rechazar las sanciones de la UE y las acciones de la OTAN?
¿Contará Pedro Sánchez con el apoyo de la oposición en este trance?
1. Consecuencias y cómo pararlas
La clave es entender que cuanto más dure el conflicto, peores serán las consecuencias, los cortes de suministro, la inflación y la afectación al crecimiento de nuestras economías. Y más allá de las materias primas energéticas, Garicano incide en un aspecto poco señalado: "Rusia y Ucrania son los principales proveedores de grano a Europa".
La salida de Rusia de los mercados -Ucrania ya lo ha hecho, pues su economía se ha parado, al concentrarse en defender el territorio-, "supondría una fortísima subida de las materias primas" en el campo de las energías y de los cereales.
Eso provocará, de una manera creciente, "una inevitable subida de la inflación" que se añadirá a la "ya altísima" que estábamos sufriendo como producto de una desequilibrada recuperación económica tras la pandemia. El pasado lunes, 28 de febrero, el INE publicó el dato adelantado de IPC de febrero, que ya había rampado hasta el 7,4% interanual... sin reflejar aún los efectos de la guerra, que dio comienzo sólo cuatro días antes.
Pero aún peor, advierte el eurodiputado. "Combinado con una restricción de la demanda que sube precios, habrá un frenazo al crecimiento". No cree Garicano que las economías europeas arriesguen (aún) entrar en recesión. Pero "esa combinación nos traerá lo peor de los dos mundos". Es decir, la estanflación, "que aúna lo malo de una economía caliente, la subida de precios, con lo malo de una economía fría, un PIB estancado".
Y eso, advierte, "es un escenario del que es muy difícil salir".
Estos efectos no se deberán sólo a la guerra, sino también a las decisiones de quienes queremos pararla y aceptamos el pago de un coste por ello. "Mucho peor sería, hoy en lo ético, y mañana en lo económico, no hacer nada".
2. Cómo paliar estos efectos
La clave está en "evitar una espiral inflacionista". Ya hemos explicado, apunta Garicano, cómo se restringirán los mercados primarios y eso frenará el PIB al tiempo que subirá los precios. "Lo peor sería que, en ese escenario, los trabajadores quisieran más salarios, los empresarios más margen... esa espiral nos mataría".
Partiendo de que "no hay ninguna opción de que se dé una operación militar en la que se impliquen fuerzas de la OTAN", el líder de los liberales españoles en Bruselas reconoce "su orgullo como europeo" por la unidad de la respuesta.
Por un lado, el Banco Central Europeo está tomando una actitud prudente. La institución que preside Christine Lagarde tenía previsto empezar a retirar parte de los estímulos. Esencialmente, la compra indiscriminada de deuda pública. "De momento, por lo que sé, el BCE va a esperar y ver", señala.
La primera ronda de sanciones, de hace diez días -al empezar la invasión-, "me produjo rubor, fue muy tímida... casi diría que fueron ridículas", apunta Garicano. "Pero inmediatamente, el domingo me sentí confortado, hay que estrangular la economía rusa, a Putin y sus oligarcas, para obligarle a retirarse"... o a que sea derrocado por su círculo de ricos empobrecidos.
Así, el Banco Central ruso no podrá aportar liquidez a sus empresas ni garantizar los depósitos de sus ciudadanos. ¿Otro resultado? Además de la huida bancaria y de las empresas, una enorme inflación, subida de tipos de interés (Putin los duplicó la semana pasada, hasta el 20%).
Es más, la inmensa mayoría de los 630.000 millones de euros que Moscú acumuló en reservas de divisas en los últimos años está guardada en el extranjero. Su bloqueo es un primer paso para restringir la financiación de la contienda.
"Si quieren mantener el valor del rublo, deberán vender el resto de sus reservas; si no, su economía se empobrecerá en relación a las de su entorno". De hecho, el rublo ya ha perdido el 40% de su valor y Putin ha ordenado que las empresas conviertan el 80% de sus reservas en rublos.
Ambas vías son efectivas para este objetivo, explica Garicano a EL ESPAÑOL. Pero "ése es el agujero que hemos dejado, por ahora, en las sanciones", advierte. Europa sigue comprando 1.000 millones de euros diarios en gas y petróleo a Rusia. Y "si Gazprom obra en euros y le entrega obligado el 80% a Putin para sostener el rublo", eso financia la invasión. Nosotros mismos (indirectamente) la financiamos.
3. Nuevos gastos en la UE
Sin recuperarse aún de los efectos de la pandemia, la Unión Europea se enfrenta a la tercera crisis existencial en un solo lustro. Del Brexit pasó al coronavirus, y de éste a "la situación más grave y peligrosa desde la II Guerra Mundial". Según el eurodiputado, "debemos pararlo ya, porque el coste político y económico de no hacerlo es inasumible". De hecho, añade, "si todo esto lo hubiésemos hecho en 2014, cuando Putin invadió Crimea, no estaríamos ahora aquí".
Si el BCE ya está preparando un cambio de escenario monetario, los Gobiernos de los Veintisiete se mueven con rapidez para poner en común los planes de contingencia que tuvieron tiempo de preparar en los dos meses que duró la escalada de acumulación de tropas rusas en la frontera ucraniana, antes de la invasión del pasado 24 de febrero.
Hace mes y medio, las preocupaciones eran otras, e iban enfocadas al regreso (o no) del pacto de estabilidad fiscal en el año 2023. Gobiernos como el español advertían a la Comisión de que la misma rigidez previa a la pandemia "cortaría en seco con la recuperación", sobre todo en economías muy endeudadas como la nuestra. Otros, como el alemán y los frugales se negaban a mantener abiertas las compuertas del gasto.
Garicano, aprovechando su ascendencia sobre Le Maire y Lindner, introdujo su plan, ideado para favorecer las "enormes inversiones" necesarias para afrontar las transiciones ecológica y digital, al tiempo que evitar el estrangulamiento y los recortes necesarios para reducir déficit y deuda. "Ahora, habrá muchísimo más gasto que afrontar", advierte el eurodiputado liberal.
Su propuesta, matizada tras el inicio del conflicto, incluye: mutualizar la deuda de lo que gasten los países de la UE en ayuda a Ucrania y a los "posiblemente siete millones de refugiados" que provocaría una guerra larga, y hacerlo "de un modo similar al plan de recuperación".
Y acelerar las inversiones "para dejar de depender energéticamente de Rusia", tanto para traer el gas en barcos como para impulsar las interconexiones de España (receptora de gas argelino) con el resto de Europa.
"Este volumen de gasto, unido al aumento del presupuesto militar en un 0,5%, no lo podrá afrontar individualmente cada país, porque muchos están endeudados", advierte.
El plan de Garicano plantea la creación de un Fondo Europeo de Inversión Climática (ECIF, por sus siglas en inglés), para garantizar esas ingentes cantidades de dinero necesarias. Y una Agencia Fiscal Europea independiente (EFA), a imagen y semejanza de la AIReF española. Esta institución sería la encargada de evaluar y certificar el cumplimiento de los Estados miembros "a través de una regla de gasto".
4. Sánchez pide un "pacto de rentas"
Este lunes, Pedro Sánchez ha convocado en Moncloa a los altos representantes de las patronales y de los sindicatos. A CEOE, Cepyme, UGT y CCOO les pedirá que se adhieran a lo que él mismo, el miércoles, llamó "gran pacto de rentas". Que no es otra cosa que ponerle un gran nombre a una preocupación: los efectos de segunda ronda de la inflación, ahora que comienzan las reuniones de la negociación colectiva.
Las centrales sindicales ya han anticipado que reclamarán "al menos un 5% de subida salarial" para este año, y eso que los precios subieron un 6,5% el 2021.
Con un IPC disparado más que en los últimos 30 años, el equipo de la vicepresidenta Calviño incluyó, en el plan de contingencia que había encargado Sánchez a todos los departamentos, esta propuesta. Y Sánchez lo propuso en su comparecencia del 2 de marzo en el Congreso, pidiendo a los grupos parlamentarios que estén "detrás del Gobierno" en este trance.
Garicano, en este punto, explica los antecedentes, lo que está ocurriendo y lo que puede o debe pasar. "Venimos de una inflación ya disparada, antes de que la guerra estuviese siquiera en las agendas". Al cierre de febrero, los precios ya estaban en un 7,4% interanual.
"Y eso no es por la invasión", sino por un crecimiento acelerado pero desordenado, por una gestión "errática y oscura" de los fondos europeos de recuperación.
En la actualidad, el eurodiputado advierte de que en esas negociaciones "los protagonistas son los empresarios y los sindicatos", y que en ese sentido, ni el Gobierno ni el Legislativo deberían interferir. Pero lo cierto es que Sánchez busca una contención salarial ofreciendo algo a cambio, y solicita el apoyo de las Cámaras en este empeño.
¿Qué medidas serán? No quedó muy claro el miércoles, sólo que el Ejecutivo pediría "solidaridad a Europa" para proteger a los sectores afectados por el corte de importaciones y exportaciones, a los consumidores por el alza de precios y a las pymes por las restricciones al comercio.
Pero sí se avanzó en ello este sábado, durante la reunión de trabajo celebrada en Moncloa con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Allí estaban la propia Calviño y Teresa Ribera, Economía y Energía, las dos patas que sufren pero que "deben sacarnos de esta nueva crisis".
La esperanza la pone Garicano, precisamente, "en una respuesta fiscal conjunta de la Unión". Porque son muchos frentes que se traducen, todos ellos, en "muchos nuevos gastos que afrontar". Y en ese sentido, el líder liberal español en Europa lo tiene claro. "Ciudadanos estará ahí para ofrecerle apoyo al Gobierno". Primero, por responsabilidad. Y segundo, "para que no tenga que depender de los populistas y de los nacionalistas".
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