La noche en que los gaditanos la eligieron alcaldesa, recibió un consejo que le llevaría a estar veinte años en el cargo: "Limpia las calles, no te metas en escándalos y construye el segundo puente". Y así lo hizo, aunque el puente, su puente, lo inauguró ya su sucesor, José María González Kichi.
"Con Teófila, el Congreso no podría quedar en mejores manos", así anunciaba, vía Twitter, Esteban González-Pons la elección de Teófila Martínez Saiz (Santander, 1948) como presidenta del XX congreso extraordinario del Partido Popular, que, como saben, se celebra hoy y mañana en Sevilla.
A estas alturas de la película, todavía hay alguno, sobre todo allende Sierra Morena, que se pregunta quién es Teófila. La respuesta es que Martínez lo ha sido todo en el PP desde que el partido era una Alianza: diputada nacional, senadora, diputada autonómica, presidenta del PP andaluz, concejala en El Puerto de Santa María y, sobre todo, alcaldesa de Cádiz durante veinte años.
Quizás, por no haber sido ministra, tertuliana, concursante de Master Chef o escritora erótica su helénico nombre nunca estuvo en la diana mediática, salvo en puntuales episodios.
A sus 74 años y viviendo en los márgenes de la política ‒actualmente ocupa el cargo de Presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz‒, le llega la oportunidad, aunque sea de manera efímera y simbólica, de ser protagonista de su formación en esta suerte de transición inversa en la que Feijóo tomará el relevo de Pablo Casado y Cuca Gamarra el de García-Egea. Una elección que algunos leen como un guiño andaluz y otros como la reactivación de una candidatura a las municipales del próximo año. Mas probablemente se trate de un mero reconocimiento a su trayectoria, un broche.
La gran alcaldesa de Cádiz
Aunque estuvo a escasos seis escaños de ganarle las elecciones a la Junta de Andalucía, en marzo de 2000, a Manuel Chaves, Teófila es recordada por ser la gran alcaldesa de Cádiz. De hecho, en las municipales de 2003 y 2007 fue la regidora más votada de todas las capitales de provincias. El colosal puente de La Pepa, el soterramiento de la vía del tren, el estadio Carranza, la Avenida Juan Carlos I y la urbanización de los terrenos ociosos de Astilleros, entre otras acciones urbanísticas ‒no en vano, es aparejadora de profesión‒, dan fe de su buen desempeño como regidora de la ciudad natal de José María Pemán.
El 18 de junio de 1995 llega a la alcaldía, donde encadenó cinco mayorías absolutas en una capital tendente a la izquierda, cargo del que no será apeada hasta la irrupción del folklórico José María González Kichi, antítesis de la montañesa, en el mismo mes del año 2015. Su acceso al poder municipal coincide con el de Celia Villalobos en Málaga y Luisa Fernanda Rudi en Zaragoza: lideresas, a las que junto a Rita Barberá, se les llegó a conocer como "los ángeles de Aznar". Siendo esta agrupación más anecdótica que otra cosa, el verdadero espejo de Martínez y viceversa es el actual regidor de Málaga, el también popular y veterano Francisco de la Torre.
Su temple ha sido puesto a prueba carnaval tras carnaval, siendo objeto ‒con su característica media melena de rubio platino‒ de las coplas más mordaces de chirigotas y comparsas; para el recuerdo, aquel "Teo, pa' ti cuando me peo" de Los Mosqueteros o el "Contigo no bailoteo, no bailo-Teo, no bailo-Teo" de Los Puretas de El Caribe. No cabe olvidar aquel desternillante pasodoble que le dedicó El Selu con la comparsa Los Enteraos: "La gente critica mucho la belleza de Teófila Martínez / y pa' mi es una mujer de cine". En fin, un examen, el del sentido del humor, que pasó con nota.
Su 'caída' política
Por supuesto que no todo han sido luces en la carrera política de la santanderina. Desde la fastuosa celebración del bicentenario de la Constitución de 1812, donde llegó a aparecer en portada del suplemento Magazine de El Mundo disfrazada de alegoría constitucional, su buena imagen fue decreciendo. Salió en los papeles de Bárcenas, donde figuraba con nombre y apellido, como supuesta beneficiaria de un sobresueldo de 30 mil euros durante la campaña de las elecciones locales de 2003.
Una información que no vio la luz hasta 2013, un año aciago para la ex regidora, ya que también se vio envuelta en una sonada polémica tras criticar a los ciudadanos que despotricaban de uno de sus concejales en las redes: "Tanto Twitter y tanta opinión, oiga, que aquí lo más llamativo es que hay gente que viene a pedir ayudas al ayuntamiento, social, para comer y resulta que tienen una cuenta en el Twitter".
Meses después, otra portada, esta vez de Interviú y protagonizada por Inmaculada Michinina, una vendedora ambulante que se convirtió en la pesadilla de Martínez en los plenos, sacaba a relucir las vergüenzas de la regidora de la Tacita de Plata: "El azote de Teófila a por la alcaldía de Cádiz" se leía en el titular. No esta ciudadana, pero sí un comparsista que respondía al sobrenombre de Kichi fue quien le arrebató el bastón de mando un 24 de mayo de 2015. El PP ganó en las urnas, pero la mayoría simple no le bastó para revalidar la alcaldía, ya que el PSOE aupó a la marca gaditana de Podemos.
Y ahora, su 'rescate'
Tras cuatro años en la oposición, dejó su acta de concejala en febrero de 2019 y se retiró de la política activa aceptando el cargo de Presidenta de la Autoridad Portuaria; posición desde la que se ha ganado el epíteto de alcaldesa tras la verja, ya que gobierna de facto sobre los terrenos portuarios de la ciudad, que no son reducidos precisamente.
Tras el rescate de Alberto Núñez Feijóo para que presida el congreso de Sevilla, no se descarta que, como Curro Romero, vuelva a los ruedos tras cortarse la coleta. Ahora se lleva lo sénior: ahí está Joe Biden con 79 años, el propio Paco de la Torre con idéntica edad, o Mario Draghi y Josep Borrell que cuentan 74 primaveras como Teófila Martínez. Las nuevas viejas generaciones.