El Gobierno percibe diferencias notables en el discurso del PP de Alberto Núñez Feijóo. Ven el discurso más favorable al acuerdo y explican que la falta total de química del presidente del Gobierno con Pablo Casado impedía casi cualquier tipo de relación entre ambos.
Tanto Gobierno como PP están interesados en este momento y por distintos motivos en mostrarse dialogantes y dispuestos a cerrar acuerdos. Pedro Sánchez porque necesita quitarse presión en plena guerra de Ucrania y ante un hipotético estallido social por la inflación; Feijóo para marcar una línea diferencial con su antecesor.
Por eso, fuentes de la Moncloa explican que ven "posible" que en la primera reunión que mantendrán Sánchez y Feijóo este jueves quede desbloqueado el acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, frenado por Pablo Casado desde hace casi cuatro años.
Las conversaciones entre Gobierno y PP sobre el CGPJ ya estaban más que avanzadas y quedaron solo a falta de una decisión política de ejecutarlo que nunca llegó por la petición de Casado de modificar el sistema de elección de los vocales.
Ahora han cambiado los interlocutores de esa negociación y también la voluntad del PP de seguir adelante con el acuerdo. Por parte del Gobierno, la ejecución de un posible acuerdo entre Sánchez y Feijóo sigue en manos de Félix Bolaños, y por el PP se encargaría Cuca Gamarra, secretaría general y aún portavoz parlamentaria. Pero todo depende de la reunión del jueves.
Hasta ahora, el interlocutor del Gobierno era Enrique López, consejero de la Comunidad de Madrid y miembro del equipo de Casado.
Feijóo era de los dirigentes del PP que discrepaban de la decisión de Casado de bloquear el acuerdo, porque entendía que había que cumplir la obligación constitucional y porque, como ha explicado él mismo en el congreso de Sevilla, necesitan diferenciarse de Vox.
Hechos y palabras
El Gobierno considera que, además, Feijóo necesita subrayar con hechos concretos su discurso de asunción del mandato al frente del PP. No obstante, mantienen recelos por las presiones mediáticas sobre Feijóo que ya han empezado a aflorar para que no pacte nada con Sánchez.
En todo caso, los socialistas recurrirían al argumentario de minimizar el cambio del PP en la nueva etapa y vincularlo con la extrema derecha.
Respecto a las medidas económicas, el Gobierno ve un "diálogo difícil" y más dificultades para el acuerdo. Primero porque Feijóo abandera reiteradamente la posición de exigir bajadas de impuestos para hacer frente a la situación económica y el Gobierno no está dispuesto a concederlo.
De hecho, ya hubo un acuerdo en la Conferencia de Presidentes de La Palma que mencionaba esa bajada de impuestos y luego el Gobierno se desmarcó públicamente.
No obstante, fuentes de Moncloa ven posible abrir alguna vía de diálogo para medidas futuras o para intercambiar propuestas entre Gobierno y PP a propósito de la economía.
Sánchez pedirá a Feijóo que el PP apoye en el Congreso la convalidación del decreto que contiene el plan económico aprobado por el Consejo de Ministros el pasado día 29. Fuentes populares afirman que se inclinan por no rechazarlo y, como mínimo, abstenerse en la votación de ese decreto, para el que el Gobierno tiene asegurados ya votos con los que sacarlo adelante.
El Plan ya está en vigor y el Gobierno no ve margen de negociación sobre ese asunto, más allá de debatir futuras medidas. Sostiene que no tiene sentido tramitarlo como proyecto de ley porque la mayoría de las medidas tiene una vigencia de tres meses, tiempo inferior a lo que se tardaría en tramitar y aprobar en el Congreso.
Para Sánchez, además, un acuerdo sobre economía e impuestos tiene el riesgo de que le puede desequilibrar la coalición de Gobierno, reproduciendo pulsos anteriores con Unidas Podemos por su resistencia a compaginar el pacto con el PSOE con acuerdos con el PP. Por ejemplo, sobre impuestos, cuya bajada rechazan radicalmente Yolanda Díaz y el resto de Unidas Podemos.
Obviamente, Moncloa no se plantea la opción de sacar del Gobierno a Unidas Podemos, como pide Feijóo para llegar a un gran acuerdo.
Es también muy probable que el presidente del Gobierno y el del PP muestren públicamente tras la reunión su acuerdo sobre la guerra de Ucrania, en forma de declaración conjunta.
En materia de asuntos exteriores, el PP aspira a recibir explicación de Sánchez sobre el giro respecto al Sáhara, pero tampoco parece posible el consenso. Sí confían en establecer una vía de diálogo para el intercambio de información y de opiniones sobre "temas de Estado", epígrafe en el que se incluyen cuestiones de exteriores, la próxima cumbre de la OTAN en Madrid o las hipotéticas reformas de la Monarquía, siempre a la espera de lo que decida Zarzuela.
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