El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, no las tiene todas consigno para revalidar la vara de mando en 2023. Ni siquiera las propias encuestas que maneja el Partido Popular de Madrid son halagüeñas para el regidor, que podría verse superado por Rita Maestre, la candidata -salvo sorpresa- de Más Madrid en los próximos comicios. Hay "preocupación" entre los populares madrileños.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, estos sondeos internos han llegado a Cibeles, aunque desde la sede del Gobierno municipal niegan la mayor. De estos se desprende que el actual alcalde sería el más votado en los comicios de 2023, pero hay motivos para la inquietud. Todo ello en plena crisis por el llamado caso mascarillas y con la resaca del supuesto espionaje por parte de colaboradores de Almeida a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
En primer lugar, que Ciudadanos (socio necesario para la pasada investidura) caería en picado con respecto a los resultados que obtuvo hace tres años, cuando los de Begoña Villacís obtuvieron 11 ediles. La sangría sería "total", según admiten desde el PP madrileño, aunque desde el entorno de la vicealcaldesa se aferran a una encuesta de Sigma Dos -publicada el pasado mes de noviembre- que les otorgaba cuatro concejales (gracias al 8,4% de los votos).
Los liberales celebraron aquella encuesta como una victoria, pues se aleja de la tónica de desintegración que vienen experimentando en los sucesivos procesos autonómicos desde la debacle electoral de Albert Rivera en 2019. "Aquello fue un esperpento, no se lo creían ni ellos", dicen fuentes del consistorio en referencia al stand que los de Villacís montaron en la Plaza Mayor por el Día de la Virgen de la Almudena.
En segundo lugar, que Más Madrid, liderado en la capital por Rita Maestre, estaría consolidándose como fuerza hegemónica de la izquierda en la capital. Y estaría ganando mucho predicamento entre el segmento poblacional más joven. Desde el PP de Madrid ven con "preocupación" un auge que no es sino "una tendencia" que podría consolidarse si "cala la idea de que no va a convertir Madrid en Barcelona".
En la cristalización de esta idea les puede ayudar su paso por las instituciones entre 2015 y 2019, cuando Manuela Carmena fue regidora de la capital. Su desempeño contentó a muchos madrileños, y así es que fue respaldada en las últimas elecciones municipales (con el 30,99% de los votos, 6.74 puntos por encima del PP).
Esta sería la tesitura que ahora se podría volver en contra de Almeida, que sería el más votado, pero no lograría sumar los apoyos necesarios para contener al bloque de la izquierda, que estaría compuesto por Más Madrid y PSOE. Por parte de los socialistas todo apunta a que la candidata será Mercedes González, la delegada del Gobierno, y no Mar Espinar, la portavoz en el consistorio.
Recupera Madrid, la formación conformada por cuatro ex ediles de Carmena, no obtendría representación "de ningún modo", zanjan fuentes conocedores de los sondeos. Unidas Podemos (Madrid En Pie) no obtendría ningún escaño, y desde Más Madrid no están dispuestos a sumar siglas. Tampoco a nivel regional.
Según estas encuestas internas, además, Vox también perdería fuerza y no sería un socio factible de Gobierno. El alcalde tampoco lo quiere, vistas sus desavenencias de este último año. Es por eso que desde su entorno se limitan a decir que su aspiración es la de "obtener la mayoría suficiente para gobernar en solitario". Difícil.
Los escándalos
Las encuestas internas que despertaban la preocupación del PP de Madrid datan de enero de 2022. Es decir, antes de que se destaparan los escándalos que han salpicado al Ayuntamiento de Madrid. El primero, que la Empresa Municipal de Vivienda (EMVS) podría haber estado involucrada en una operación de espionaje por las comisiones que se habría llevado el hermano de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso.
Hubo entonces quien señaló a Almeida, y eso que Ángel Carromero (hoy dimitido de todos sus cargos) era el comisario político que Teodoro García Egea había colocado en el consistorio para controlar al alcalde y su equipo. El regidor popular organizó una comisión de investigación para limpiar su imagen... con escaso éxito, pues apenas ha habido comparecientes. De los 45 citados, sólo tres lo han hecho por lo pronto.
Es cierto que este supuesto escándalo ha servido al alcalde para renunciar a la portavocía del PP a nivel nacional y a la candidatura para presidir el partido a nivel regional, y así sellar la paz con Ayuso. Dos puestos que nunca quiso encarnar.
El segundo, más reciente, tiene que ver con que el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid ha admitido a trámite la querella presentada por la Fiscalía Anticorrupción contra los empresarios Alberto Luceño Cerón y Luis Medina Abascal, hijo de Naty Abascal y del fallecido duque de Feria.
La querella subraya que Medina contactó inicialmente con el consistorio madrileño, "aprovechando su condición de personaje conocido en la vida pública y su amistad con un familiar del alcalde". Gracias a ello, pudo conseguir el nombre de la coordinadora general de Presupuestos y Recursos Humanos del Área de Gobierno de Hacienda y Personal del consistorio, también consejera de la Empresa de Servicios
Funerarios y Cementerios, la compañía municipal que encargó los contratos.
Desde el entorno del alcalde defienden que "no hay nada" que pueda incriminar ni al Ayuntamiento ni a Almeida, pero admiten que "la campaña que ha montado la izquierda" puede pasarles factura. "¿Tengo que dimitir por ser víctima de una estafa?", se ha defendido el interfecto.
Pese a todo esto, los populares confían en salvar la Alcaldía de Madrid, bastión fundamental en el proyecto de Alberto Núñez Feijóo, que se apoyará en su tándem madrileño para, juntos, alcanzar Moncloa en 2023. "Madrid ciudad es importantísima", recuerdan desde el PP. Por eso se volcarán en defender a su alcalde -y futuro candidato- para no perderla en las siguientes elecciones.