Félix Bolaños (Madrid, 1975) es ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática desde el pasado mes de julio. Sigue siendo el fontanero de confianza de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Tiene entre sus funciones la de negociar iniciativas con el resto de partidos, preparar el orden del día de los Consejos de Ministros y ejecutar iniciativas políticas de Sánchez.
Estos días espera la llamada de quien vaya a ser su interlocutor en el PP para negociar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), como acordaron Sánchez y Alberto Núñez Feijóo recientemente en la Moncloa. Previsiblemente el interlocutor será Esteban González Pons, pero aún no ha recibido siquiera esa información.
La entrevista fue realizada el miércoles por la mañana en el antiguo Matadero de Madrid, un edificio emblemático de la capital, hoy reconvertido en centro cultural. El ministro de Presidencia conversó con determinación y desgranó durante la entrevista las estrategias de la Moncloa, entre madrileños que paseaban en el inicio de las vacaciones de Semana Santa, niños sin colegio y visitantes de exposiciones.
Bolaños se muestra muy crítico contra el PP por sus pactos con Vox y asegura que los socialistas estarían dispuestos a dejar gobernar a Feijóo si fuera el más votado y rompe en toda España con el partido de Santiago Abascal, para que no dependa de la extrema derecha.
Lleva casi un año en el cargo. Ha tenido que gestionar el fin de la pandemia, el volcán, la guerra… ¿Cuál es su experiencia personal de estos meses?
Es una experiencia muy enriquecedora y también de mucha responsabilidad, porque no estamos teniendo una legislatura fácil. Y todas las crisis, tanto la de Afganistán, la del volcán, ahora la guerra y por supuesto la pandemia, que no ha terminado todavía, aunque esperamos estar ante sus últimos coletazos, tenemos que gestionarlas con esa responsabilidad. Pero sinceramente, merece la pena.
Estamos trabajando mucho para que España supere todas las crisis, para que lo haga con más fortaleza, para que consigamos reforzar la transformación de nuestro país y para que cuando termine la legislatura les podamos decir a los españoles que hemos conseguido que el crecimiento económico que ya teníamos siga robusto y sólido. Y que además hemos salido de la crisis de manera diferente a como se salió en la anterior. Salimos de la crisis reforzando el Estado del bienestar, generando más derechos, aumentando el salario mínimo.
De los muchos ángulos que tiene su cargo. ¿Con cuál se siente más a gusto? ¿Con el de negociador o confrontando con el resto de partidos de la oposición?
La política ha de tener una dosis adecuada de todo. Me siento cómodo en las negociaciones, me gusta hablar, me gusta dialogar. Creo que todo el mundo siempre tiene una parte de razón y, por tanto, me gusta escuchar y poder integrar algunas de las cuestiones que plantean otras fuerzas políticas. Para nosotros es una manera de gobernar, es el acuerdo. No tenemos otra.
Sigo yendo al súper a comprar, sigo llenando el depósito de mi coche y, por tanto, antes que ministro soy ciudadano
Tenemos un gobierno con 155 escaños, el primer Gobierno de coalición de la historia de la democracia y tenemos que conseguir más apoyos. Me siento cómodo en esa faceta de hablar, de dialogar, de acordar, de pactar, de conseguir puntos de equilibrio, de avanzar con esos equilibrios.
¿Siente que ha perdido algún tipo de contacto con la realidad?
No. Por supuesto trabajo muchas horas. Pero como tanta gente en España que trabaja muchas horas, yo sigo manteniendo mi entorno, mis amigos, mi familia, mi barrio. Sigo yendo al súper a comprar, sigo llenando el depósito de mi coche y, por tanto, antes que ministro soy ciudadano y lo seré siempre. Eso también es importante, que en ningún momento te puedas sentir alejado.
Aunque las dificultades del cargo sean muchas, es importante que sigamos manteniendo nuestra vida, trabajando muchas horas pero intentando hacer tu vida normal también, porque al final eso lleva a que conozcamos muy bien cuáles son las dificultades. Claro que sabemos lo que ha subido la cesta de la compra, lo que ha subido la gasolina, lo que ha subido la luz. Y eso hace que al final los problemas de la ciudadanía, la realidad de la calle, esté en la mesa del Consejo de Ministros, cuando tomamos decisiones precisamente para paliar todos los problemas que nuestro país tiene que abordar ahora.
¿Por qué no hay más fotos del presidente del Gobierno con ciudadanos?
El presidente del Gobierno tiene una agenda verdaderamente cargada de actos institucionales, de actos públicos, con multitud de personas. Hay una foto preciosa que igual no se conoció mucho el otro día, cuando visitó el Centro de Refugiados en Barcelona con una niña de cuatro años. Allí te das cuenta de lo valioso que es lo que hacemos y lo importante que es que, con toda la solidaridad del pueblo español y del Gobierno, podamos dar una nueva vida, una nueva oportunidad a esa niña de cuatro años. Pues ahí estaba el presidente con la niña, y no es la única. Hay multitud de imágenes.
¿Ha visto los vídeos de Emmanuel Macron discutiendo con ciudadanos en la calle? ¿Por qué en España eso no es posible con el presidente del Gobierno?
Yo creo que es posible. El presidente del Gobierno ha visitado todos los lugares donde en España hacía falta que estuviera el Gobierno. Estuvo en los incendios en verano. Ha estado en La Palma diez veces con las personas que han sufrido, porque toda su vida ha sido arrasada por la lava y ha estado con ellos, con los afectados. Y hemos conocido de primera mano las dificultades y los problemas que tenían.
El presidente del Gobierno es una persona que está muy cerca de los problemas y que los siente como propios. Y por eso las políticas que hacemos desde el Gobierno son siempre políticas de proteger a toda esa ciudadanía que tiene dificultades, pero también a las empresas, pymes y autónomos, que durante la pandemia y ahora con la guerra en Ucrania están teniendo dificultades.
Dijo Pablo Iglesias sobre Pedro Sánchez: “No hay nada más imprudente que fiarse de él”. ¿Qué le parece que un vicepresidente diga esto?
Tengo por costumbre no comentar las declaraciones de los comentaristas. Los comentaristas y los analistas analizan lo que decimos las personas que tenemos responsabilidad pública.
¿Fue un error tachar de ultraderechistas a los transportistas en huelga?
Bueno. Posteriormente se ha conocido que algunos de los líderes o su principal líder (o el más conocido) era una persona de ese entorno. Pero más allá de eso, que no era lo relevante, lo importante es que había un problema en el sector del transporte, que éramos plenamente conscientes y por eso precisamente hemos tomado medidas para llegar a un acuerdo con el sector.
En un momento de enormes dificultades ellos tuvieron una carga encima, que era sobre todo el precio del combustible. Por eso hemos bajado un mínimo de 20 céntimos el carburante, donde el más beneficiado es el sector del transporte. Y además hemos aprobado desde el Gobierno ayudas directas al sector, que se traducen en que el que tiene la persona que tiene un camión va a recibir un importe económico por ese camión, una furgoneta o un coche. A todo el sector del transporte. Hablamos con ellos, negociamos, pactamos y afortunadamente hemos conseguido que ahora mismo conozcan que la realidad es para ellos una realidad, digamos, más optimista.
Con las políticas que hemos llevado a cabo desde el decreto que aprobamos en Consejo de Ministros para paliar los efectos y las consecuencias económicas y sociales de la guerra, hoy España es el país con la gasolina más barata de toda Europa Occidental. Y eso, por supuesto, va a tener consecuencias, tanto en la inflación como por supuesto para el sector del transporte y para las personas que en el día a día tienen que llenar el depósito.
¿Cree realmente que es posible llegar a acuerdos con el Partido Popular?
De momento, los dos únicos pactos a los que ha llegado el señor Feijóo son uno interno para tapar las investigaciones de sus miserias y otro externo con Vox, para meter a la ultraderecha en el gobierno Castilla y León. Esos son los dos únicos pactos a los que ha llegado Feijóo. Nosotros tendemos la mano al Partido Popular. Claro que sí. Llevamos cuatro años haciéndolo. Creemos que el Partido Popular tiene que convertirse en una oposición útil y que tenemos que llegar a acuerdos con el partido de oposición y con otras muchas fuerzas políticas que están en el Parlamento.
Y claro que les tendemos la mano, en primer lugar, para que apoyen el Decreto Ley de medidas para paliar los efectos de la guerra. Un decreto ley que es el más ambicioso de Europa, que supone 16.000 millones de euros en movilización de recursos y que, por ejemplo, baja la gasolina. Conseguirá bajar también la factura de la luz, da ayudas directas al sector del transporte, ayudas directas a la ganadería, a la pesca, a la agricultura, incrementa el Ingreso Mínimo Vital para las personas que tienen más dificultades... Crea el bono social, topa la subida de los alquileres.
Es un Decreto-Ley muy potente, el más ambicioso de Europa y lo que queremos es que el Partido Popular lo apoye y, por supuesto, con otros grandes pactos para recuperar consensos básicos. Imagínese lo que estamos pidiendo, que se cumpla la Constitución, que se renueve el Consejo del Poder Judicial, como mandata la Constitución y mandata la ley, es un consenso absolutamente básico.
Lo que ocurre es que el decreto, una vez que está ya aprobado y en vigor, más que pedir acuerdo, lo que se pide es que se apoye tal cual está, puesto que no se puede cambiar.
Hablamos con el Partido Popular, lo hice yo personalmente. Me reuní con todos los grupos parlamentarios junto con las vicepresidentas, escuchamos todas las medidas y todo el diagnóstico que hacían las distintas fuerzas. Y después, antes de aprobar el decreto, hice una ronda telefónica y hablé con el Partido Popular. El Partido Popular se puede ver reflejado en el decreto ley.
Son medidas que se han adoptado en toda Europa y que van a conseguir el objetivo: que consigamos una senda de reducción de la inflación y que todas las personas, todos los trabajadores, las clases medias, empresas y autónomos que se han visto afectados por la invasión de Rusia a Ucrania, todas esas personas puedan verse acompañados por el Gobierno en un momento de dificultad.
Se queja el PP de que en la Conferencia de Presidentes pactaron bajadas de impuestos, lo que no se ha cumplido, y que además se enteraron de los 11 puntos de propuesta de acuerdo a Feijóo por filtraciones en la Moncloa, antes de la reunión. ¿Así es posible pactar algo?
En la conferencia de La Palma se pactó un documento que es público y que es literal y se ha cumplido de manera rigurosa. No entiendo mucho cómo el Partido Popular insiste en decir que aquello no se cumplió, cuando no hay más que leer lo que se pactó en la conferencia de La Palma y ver que se ha acordado. ¿Por qué se ha acordado? Porque hay un paquete de reducción fiscal en el decreto que aprobamos en Consejo de Ministros, pero no un paquete pequeño, en torno a 12.000 millones de euros. Se han prorrogado todas las medidas de reducción de impuestos para bajar la factura de la luz. Pero además se han incrementado otras.
Se ha bajado, por ejemplo, el peaje a la industria electrointensiva en un 80% y se exime a los pescadores de la tasa portuaria cuando salen a faenar. Eso son impuestos y son recursos que el Estado no tiene para poder proteger. Es un ejercicio de realismo mágico o de ingenuidad absoluta pretender que se puedan bajar todos los impuestos y además dar ayudas directas a todos los sectores con más dificultades. Cualquiera en su casa sabe que si entran menos ingresos, no puedes tener más gastos.
Después de la reunión entre el presidente del Gobierno y Feijóo, ¿ha tenido algún contacto con el PP? ¿Sabe quién va a ser su interlocutor, por ejemplo, para el Poder Judicial?
El señor Feijóo le pidió al presidente unos días para asentarse y para empezar la interlocución. Hasta la fecha no nos han facilitado ni quién será la persona para dialogar y para negociar, ni tampoco cuáles son los pactos que están dispuestos a hacer. Es muy importante para nuestro país, para España, que el Partido Popular se incorpore a la utilidad, que sea consciente de que es un momento en el que hay que llegar a acuerdos. Estamos en plena pandemia, tenemos una guerra en las puertas de la Unión Europea y estamos teniendo dificultades que se ven reflejadas en una inflación muy alta. Lleguemos a acuerdos ahora. Que sea una oposición útil y que abandone esa senda de oposición tóxica que ha hecho durante toda la legislatura.
¿Mantiene la negativa a cambiar el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial?
Es un modelo absolutamente democrático, que lleva 35 años en vigor y ha servido para que todos los gobiernos de diferente color hayan renovado el Consejo con arreglo a la Ley y a la Constitución. Su última modificación fue durante una mayoría absoluta del Partido Popular y hubo un pacto de Estado con el Partido Socialista. Cuando está en la oposición, el Partido Socialista pacta, actúa como un partido de Estado, un partido responsable que aspira a volver a gobernar. Por lo tanto, es un modelo absolutamente democrático.
Hablan de acuerdos y consensos, pero por ejemplo, están aplicando una estrategia respecto al Sáhara que ha sido rechazada expresamente por el 62% del Congreso. ¿Es coherente?
Ha habido un gran acuerdo, muy importante con Marruecos, un acuerdo que va a conseguir no sólo estabilizar una relación con uno de nuestros vecinos más próximos como es Marruecos, sino avanzar en muchas materias. La primera, la frontera. Vamos a conseguir que la frontera esté protegida a los dos lados de la valla en Ceuta y Melilla. Este fin de semana ha habido unas cifras verdaderamente muy positivas que demuestran que los saltos irregulares de la valla o el paso de la frontera van a ser historia después de este acuerdo con Marruecos.
Pero además, esa colaboración con Marruecos va a ir más allá, se va a normalizar el tránsito de personas y de mercancías y ya las conexiones marítimas y aéreas están funcionando. Vamos a llegar a acuerdos muy importantes con nuestro vecino marroquí, tanto en temas energéticos, económicos, empresariales y comerciales, como culturales. Abrimos una nueva etapa de colaboración y amistad con Marruecos. Donde teníamos una crisis que duraba ya demasiado con Marruecos, conseguimos solucionarla y lo hacemos a través de un acuerdo.
Insisto: que el acuerdo se haga en contra de todos los demás partidos, incluida una parte del Gobierno, ¿qué supone?
En las intervenciones que tuvieron los distintos partidos en el Parlamento, muchos de ellos más que el fondo del acuerdo con Marruecos, se quejaban del procedimiento y de la discreción absolutamente necesaria para llegar a un acuerdo de este tipo. Del fondo del acuerdo hay muchas fuerzas políticas que coinciden que es bueno para España. Que tengamos una muy buena relación con Marruecos es muy positivo para nuestro país.
¿Ya se les ha informado de los acuerdos de la cumbre de Marruecos?
Por supuesto que estamos informándoles. El ministro de Asuntos Exteriores ha hecho varias rondas con los grupos parlamentarios para informarles.
¿Los votantes de Vox son ultraderechistas?
Vox es ultraderechista, Vox es un partido de ultraderecha. Vox es un partido que a nivel europeo se puede comparar con Le Pen, con Orban, y es un partido ultraderechista porque defiende postulados que son de ultraderecha. Vox quiere ilegalizar partidos políticos, Vox quiere ilegalizar el derecho de huelga, Vox quiere acabar con las comunidades autónomas. Vox no cree en la igualdad entre hombres y mujeres y no cree que exista la violencia de género. Vox dice que la sanidad pública es una lacra y Vox, por ejemplo, apuesta porque las pensiones sean privadas y que no haya un sistema público de pensiones.
Esto es ultraderecha. Cuando un partido quiere acabar con el derecho de huelga, quiere acabar con el derecho de las mujeres, quiere acabar con partidos políticos o quiere, por cierto, cerrar medios de comunicación. No normalizamos un partido que quiere acabar con nuestros valores y con nuestra democracia, porque no comparte los valores europeos. Quiere que España esté fuera de la Unión Europea. Por eso es tan triste y tan grave para España que hoy el Partido Popular esté colonizado por Vox, esté absolutamente parasitado.
¿Y los votantes son de ultraderecha?
Los votantes siempre son personas muy diferentes que llegan a una decisión de voto por distintos caminos y eso pasa en todos los partidos. Lo que hay que hacer es decirle a la ciudadanía lo que significa Vox. Es un partido que quiere ilegalizar partidos políticos, quiere cerrar medios de comunicación, quiere acabar con las comunidades autónomas, quiere acabar con el Tribunal Constitucional. Eso es la ultraderecha y eso lo tiene que saber la ciudadanía. Y saber que cuando vota a Vox, está votando contra los valores de la Constitución, contra los valores de nuestra Constitución.
En Francia hay un cordón sanitario a la extrema derecha, pero podría decirse que no ha funcionado y que incluso ha hecho que progresivamente vaya creciendo la extrema derecha y que ahora incluso haya riesgo de que gane las elecciones presidenciales. Por tanto, ¿es un modelo discutiblemente eficaz?
Yo creo que es un modelo estrictamente democrático. Cuando hay un partido de ultraderecha, en este caso Le Pen, que tantas cosas le unen a Vox, que promulga fuera de los valores europeos que Francia se convierta en una isla y que, por tanto, deje de formar parte de la esencia de la Unión Europea, yo creo que es una política radicalmente democrática denunciarlo.
Lo raro es lo que pasa en España. Lo que pasa en España con el Partido Popular no pasa en ningún otro sitio. En Europa, en Francia, en Alemania, a la ultraderecha se la condena y se la combate. Y en España lo que está ocurriendo es que el Partido Popular está parasitado por ellos. Y el problema no es tanto que el Partido Popular pacte con Vox, el problema es que el Partido Popular hace suyo el discurso de Vox. Lo que hemos visto en la investidura de Mañueco con Castilla y León es muy grave, porque el Partido Popular se mimetiza con el discurso de Vox. Son indistinguibles.
Entonces, ¿estaría dispuesto el PSOE y usted particularmente a que si el Partido Popular tiene más escaños en elecciones generales, dejarle gobernar para que no tenga que depender de VOX?
Al Partido Popular cuando habla de esta propuesta de la primera fuerza, le pasa lo mismo que cuando habla de los impuestos. Cuando están en la oposición siempre bajan los impuestos y cuando están en el Gobierno los suben. Cuando el Partido Popular cree que puede ser primera fuerza, defiende que sea quien gobierne, pero cuando no lo es, pacta con la ultraderecha para seguir gobernando. Y hay ejemplos.
Andalucía es un ejemplo. El Partido Socialista es la primera fuerza en Murcia. En Castilla y León era la primera fuerza. En la mayoría de sitios donde gobernaba el PP era la primera fuerza el Partido Socialista y sin embargo se abrazaron a la ultraderecha para conseguir el poder. Son capaces de cambiar derechos, sobre todo de las mujeres, pero de muchos otros colectivos, para conservar el poder.
Pero eso es crítica a lo que hace el PP. Yo le pregunto es si el Partido Socialista estaría dispuesto a permitir que gobierne el Partido Popular si tiene más escaños, para que que no entre Vox.
Nosotros hicimos una propuesta al Partido Popular para evitar que Vox entrara en las instituciones de Castilla y León. Era una propuesta que tenía una lógica muy sencilla. La ultraderecha es igual de peligrosa en Castilla y León, en Madrid, en Andalucía, en Cantabria y en toda España. Si el Partido Popular, como hacen las derechas europeas, decide no gobernar con la ultraderecha, y lo decide en toda España porque considera que es un peligro para nuestra democracia, el Partido Socialista por supuesto que ayudaría a la gobernabilidad.
Pero el Partido Popular tiene que reconocer que la ultraderecha y Vox son un peligro para nuestra democracia y para nuestra ciudadanía, porque estamos hablando de derechos de la ciudadanía. Seguir gobernando en Castilla y León, por ejemplo, a cambio de entregar derechos de las mujeres a la ultraderecha es un precio muy alto que los demócratas no tenemos que pagar.
Entiendo entonces que en una hipótesis de unas elecciones generales, si el Partido Popular rompiera todos los acuerdos con Vox, le parecería bien que el Partido Socialista permitiera que gobierne el Partido Popular.
El Partido Popular tiene que ser consciente de la gravedad que tiene pactar con la ultraderecha y hacer suyo el discurso de la ultraderecha. De hecho, es un límite que ha traspasado el señor Feijóo y que no habían traspasado antes otros líderes del Partido Popular. Eso es muy grave y tenemos que ser conscientes todos los demócratas de que la ultraderecha no es un partido más, es un partido que supone retroceso para nuestro país.
Luego entiendo que me está diciendo que sí.
Le estoy diciendo que la oferta que hemos hecho al Partido Popular es que dejemos a Vox a un lado, no pacte con la ultraderecha y que en ese caso claro que nos entenderíamos.
Otro de los argumentos que se utilizan desde la derecha es que no hay diferencia entre pactar con Vox y pactar con Bildu.
Bueno, creo que hay una diferencia de inicio y es que Vox está gobernando en Castilla y León. Gobernando, tomando decisiones, firmando decretos, tomando medidas y gestionando presupuesto público. Eso, comparado con llegar a acuerdos con diferentes fuerzas políticas legítimas en el seno del Congreso de los Diputados hay una diferencia absolutamente esencial y sustancial, no tiene nada que ver una cosa con la otra. Vox está gobernando y lo está haciendo de la mano del Partido Popular. Hoy por hoy son lo mismo. Votar al Partido Popular y votar a Vox es lo mismo porque gobiernan de la mano, son un tándem.
¿Y es más aceptable Bildu que Vox?
Mire, a mí me parece que la diferencia entre gobernar y tener apoyos parlamentarios es muy significativa. Cuando nosotros desde el Gobierno hacemos una iniciativa legislativa, un proyecto de ley, un decreto ley, intentamos buscar con las fuerzas políticas una mayoría para que salga adelante. No es en absoluto comparable que con fuerzas políticas podamos ponernos de acuerdo en una determinada enmienda, en una ley, con gobernar junto a la ultraderecha y meterla en las instituciones para hacer daño a la ciudadanía.
Por pura estrategia, basar todo el discurso o gran parte del discurso político en el miedo a la extrema derecha, ¿no termina también por fortalecer a Vox al ponerle en el centro de la política y de la agenda?
El Gobierno tiene un discurso muy potente y tenemos que hacer mucha pedagogía cada día. Por supuesto que Vox y el Partido Popular en este momento son un tándem, eso es incuestionable. Pero claro que tenemos que hacer pedagogía de lo que está haciendo el Gobierno. Yo quiero lanzar un mensaje de confianza en nuestro país, de que no sólo vamos a salir de estas crisis que estamos sufriendo, sino que lo vamos a hacer con un crecimiento económico sólido y reforzando el Estado de bienestar, creando más derechos y reforzando los servicios públicos. Y esa es la política que está haciendo el Gobierno. Nuestra política, nuestra agenda legislativa, es una agenda muy ambiciosa.
En lo que va de legislatura hemos aprobado 135 iniciativas legislativas, 135. Esto supone que además de gestionar la crisis y las emergencias, estamos también llevando a cabo nuestro modelo de transformación para la sociedad. Lo que estamos sembrando ahora con fondos europeos, con una política clara de apuesta por la digitalización, la transformación digital, por la transición ecológica, por la cohesión social y territorial, estos años, esta legislatura, está sembrando las bases de una transformación de nuestro país para las próximas décadas.
Vamos a conseguir un país que tenga una economía más productiva, que tenga una economía más sólida y un mercado de trabajo más justo, para que cuando haya dificultades en una empresa los empresarios no tengan una única salida que sea despedir. La reforma laboral ha conseguido que ahora nuestras empresas tengan otras opciones y que, por tanto, tengamos un empleo más garantizado y más digno, con más derechos y, en ocasiones, con sueldos más altos como consecuencia de la aplicación de la reforma laboral.
¿Qué lección saca de la desaparición del Partido Socialista en Francia?
Es una situación muy específica de Francia, porque varios candidatos que se han presentado a las presidenciales eran antiguos militantes y dirigentes del Partido Socialista francés, muy particularmente Macron, que fue ministro del presidente Hollande y que, por lo tanto, proviene del Partido Socialista. Eso ha hecho que en las presidenciales el Partido Socialista haya tenido un resultado tan malo. Pero en las regionales, en las locales legislativas, el Partido Socialista tiene resultados mejores. El de las presidenciales no es un buen resultado, pero es una situación que deriva muy del contexto francés y de la situación de los candidatos a las presidenciales.
¿Qué le parece Yolanda Díaz como candidata?
Tiene un reto muy importante por delante, que es unificar en una única candidatura las fuerzas políticas y los espacios políticos que hay a la izquierda del Partido Socialista. En esa tarea le deseo suerte.
Explique a los ciudadanos su previsión sobre la duración de la guerra y los efectos económicos que va a tener.
No podemos dar ni siquiera una fecha de previsión de duración de la guerra. Es una guerra que ha provocado Putin, con un ánimo expansionista y con una crueldad que no esperábamos nadie. Y por tanto, sobre la duración de la guerra, desde luego desearíamos que fuera lo más corta posible, pero no está en nuestra mano, está en la mano de esa persona que ha demostrado no tener corazón, como es Putin. Por supuesto que toda Europa y en general todo el mundo se van a ver afectados por las consecuencias económicas y sociales.
Hay cuatro millones y medio de refugiados ucranianos que han salido horrorizados de su país. Y claro que el mercado energético o el mercado de cereales, que es tan importante para la alimentación, se está viendo muy tensionado. Y por supuesto que eso supone una inflación alta en España, en Europa y en el mundo. Las cifras de inflación de Estados Unidos o de Alemania son las más altas en más de cuatro décadas.
Pero creo que las medidas que estamos adoptando son las correctas, vamos a conseguir reducir la senda alcista de la inflación, vamos a conseguir doblegar esa curva también y vamos a intentar que tengamos una inflación mucho más controlada al final de este año, en el último semestre, en el último trimestre. Ese es el objetivo.
Para eso hemos adoptado medidas muy ambiciosas. Es el paquete más ambicioso de toda Europa. Sabemos cuáles son las dificultades de la gente. Sabemos lo que cuesta llenar el depósito, calentar una casa y como conocemos esos problemas, tomamos medidas para la gente, para ayudarles y para acompañarles en esos momentos.
Seguimos teniendo un crecimiento económico muy alto y la mayor tasa de ocupados de la historia. Tenemos durante el último año 800.000 parados menos y en el último trimestre de 2021 España fue el país que más creció en PIB en la Unión Europea. Tengamos confianza en nuestro país, hay mucho talento, mucha inteligencia, mucho trabajo, mucho esfuerzo y España va a salir adelante.
¿Por qué la inflación es peor en España que en otros países de Europa?
Más del 70% de la inflación en España se corresponde con consecuencias de la guerra. Es un fenómeno europeo y mundial. La inflación en España puede estar por encima de unos países de nuestro entorno, pero está en unas cifras relativas muy parecidas.
Y por supuesto es consecuencia de la guerra. No sólo de la guerra, también de la salida de la pandemia, del encarecimiento de materias primas como el acero, por ejemplo. Es decir, hay distintos elementos que han llevado a que tengamos una inflación muy alta. Pero desde el Gobierno conocemos y conocíamos esa tendencia. Estamos tomando medidas para bajarlo y lo vamos a conseguir en los próximos meses.
¿Temen que haya algo parecido a un estallido social o que haya protestas por la situación económica?
Estamos demostrando que conocemos las dificultades, que nos sentamos con los sectores más afectados y que llegamos a acuerdos con ellos, adoptando políticas públicas que les benefician en un momento de dificultad. Eso es un gobierno progresista, un gobierno que acuerda y que pacta. Un gobierno que está cerca de la ciudadanía.
Para ver la versión íntegra de la entrevista pinche aquí
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