La nueva dirección del PP, encabezada por Alberto Núñez Feijóo, considera que la vuelta de casos de corrupción de etapas pasadas no le perjudica electoralmente, especialmente, de cara a las elecciones autonómicas andaluzas del 19 de junio.
Por eso, fuentes del PP explican que la decisión es seguir ignorando las informaciones publicadas y las "acusaciones defensivas" del Gobierno, empezando por las de Pedro Sánchez en el Congreso.
Respecto a la corrupción, fuentes de la dirección del PP, aseguran que no les inquieta la vuelta de casos del pasado y menos ante las elecciones andaluzas. Porque ya no puntúa en su electorado y porque en Andalucía la corrupción no se asocia con el PP, sino con los gobiernos del PSOE. De hecho, dos presidentes autonómicos están en trance de ingresar en prisión tras ser condenados por los ERE.
Juan Manuel Moreno, además, ha tomado la precaución de poner su nombre por encima de las siglas del partido en la campaña de las andaluzas.
Esas fuentes aseguran que se preparan para una ofensiva de Sánchez el miércoles en el pleno del Congreso sobre el espionaje con Pegasus, utilizando las revelaciones de Villarejo y el caso Kitchen.
También se preparan para hacer frente a lo que consideran "relato defensivo" de Moncloa, según el cual los casos de espionaje ilegal son continuidad de las llamadas "cloacas" del Estado que ya afloraron con la Kitchen.
Salvando las distancias, es un relato similar al usado durante años sobre los GAL y que explicaba que esa "guerra sucia" empezó antes, en las etapas de UCD, en "las cloacas del Estado".
Según el PP, Moncloa pretende desarrollar ese argumento en la comisión de investigación que pidieron los socios del Gobierno y que el PSOE estudia apoyar.
Esa comisión tiene como objetivo investigar "la vinculación de diversos estamentos oficiales del Estado" en estas prácticas y el escrito de petición señala que "es una constante histórica la existencia de este tipo de estructuras en el Estado español, que no dan cuenta a la ciudadanía ni están sometidas a control alguno, sirviendo a intereses espurios y opacos y siempre sufragados con recursos públicos".
"Moncloa va a intentar que nos llevemos nosotros la bofetada de Pegasus y que paguemos el precio por el espionaje a independentistas", asegura un dirigente del PP.
Polémica territorial
Sí les preocupó hace unos días el "error no forzado" abierto por Elías Bendodo en una entrevista en El Mundo, en la que habló de España como "Estado plurinacional". Por eso, el PP tardó horas en intentar cerrar el debate y el boquete abierto.
Feijóo intenta dar un giro en su discurso, por ejemplo, en Cataluña para exportar el "galleguismo moderado" que mantuvo como presidente de la Xunta. Lo hizo ya desde su primer discurso en Sevilla como presidente del PP, cuando reivindicó el uso de las lenguas cooficiales, y lo hará en Cataluña y País Vasco con un plan de renovación del partido en esas comunidades.
En Andalucía, les ha llevado a reivindicar con Juan Manuel Moreno un andalucismo moderado para cubrir ese espectro ideológico.
Sin embargo, según explican dirigentes del PP, ese giro no debe suponer ceder espacio a Vox, su auténtico rival en las elecciones andaluzas del 19 de junio.
El partido de la extrema derecha ha crecido, según el análisis del PP, en gran parte por las tensiones territoriales y, por eso, el mensaje de los populares debe ser lo más claro posible. Moreno ha basado toda su gestión en intentar un tono de moderación que no provoque rechazo, que no haya "nostalgia" de los Gobiernos hegemónicos del PSOE.
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