Las armas han vuelto al primer plano tras mucho tiempo alejadas del debate político, como consecuencia de la intervención de Nadia Calviño este jueves en el Congreso de los Diputados. La ministra de Economía ha utilizado la matanza de anoche en Texas para cargar contra Vox porque "propone repartir armas a los ciudadanos".
La vicepresidenta primera respondía a una pregunta de Iván Espinosa de los Monteros que había criticado la gestión del Gobierno retomando algunas reconvenciones del Banco de España, de la AIRef y de la Comisión Europea, que han advertido a Pedro Sánchez de que sus previsiones económicas son demasiado optimistas.
Aprovechando la polémica por los 19 asesinatos en una escuela estadounidense, Calviño ha recordado la propuesta que lanzó hace tres años Santiago Abascal —y que ya no ha vuelto a plantear—, quizás sin caer en la cuenta de que la primera manifestación que abogaba explícitamente por que los españoles porten armas salió de quien luego sería compañero en el Consejo de Ministros, Pablo Iglesias.
Antes de fundar Unidas Podemos, en su época como conductor de La Tuerka, Iglesias articuló un incendiario monólogo defendiendo "el derecho de los ciudadanos a portar armas".
En aquel programa, grabado en noviembre de 2012, el entonces activista de extrema izquierda aseveraba que "algunos piensan que este derecho es un anacronismo que explica que adolescentes pajilleros y frustrados provoquen una matanza en su colegio porque se sienten marginados o porque las cheerleaders no les hacen caso".
"O que un padre de familia blanco, anglosajón, protestante y gordo por comer crema de cacahuete dispare desde la ventana de su casa a un negro de condición humilde porque está penetrando en su propiedad", abundaba en su exposición.
Pero estos casos, concluía, "son sólo síntomas de una sociedad enferma y nada tienen que ver con un derecho, el de portar armas, que es una de las bases de la democracia". Y es que Iglesias, y así lo ha defendido siempre que ha podido, no cree que el "monopolio de la violencia" deba pertenecer al Estado porque "un pueblo desarmado puede caer en la esclavitud en cualquier momento".
Vox y las armas
Años más tarde, en 2019, el vídeo de Iglesias fue rescatado por sus rivales políticos para atacarlo. Uno de sus colaboradores apuntó entonces a EL ESPAÑOL que el ex dirigente de Unidas Podemos "ni siquiera debía de pensar así", sino que "en aquella época decía muchas cosas como ésas para provocar, para abrir debates".
Pero es cierto que en España quien propiamente abrió el melón sobre la tenencia de armas fue Vox. Lo hizo en 2019, en precampaña electoral, a raíz del caso de Jacinto, el anciano de 80 años que en 2015 mató de un disparo a un joven que entró a su casa a robar, en el municipio tinerfeño de Arafo. El juez pidió dos años de prisión, pero la retirada de la acusación particular (la madre del fallecido) permitió que no entrara en la cárcel.
Este caso fue empleado por Santiago Abascal para pedir "un cambio radical urgente en la ley para que los españoles sin antecedentes y en pleno uso de sus facultades mentales puedan disponer de un arma en su casa" y "usarla en situaciones de amenaza real para su vida sin tener que enfrentarse a un infierno judicial, a penas de cárcel o incluso a indemnizaciones a los familiares de los delincuentes que les asaltaron". La iniciativa, en cambio, dista del "reparto de armas a los ciudadanos" del que habló Calviño. Y sí se parece a la que preconizó Pablo Iglesias.