El "batacazo" de la izquierda en las elecciones andaluzas del pasado domingo ha pasado factura en los despachos de los altos dirigentes de todos los partidos implicados. En Unidas Podemos reclaman una reacción a modo de respuesta, porque ven peligrar lo que queda de legislatura. Fuentes internas confirman a este diario que tanto Ione Belarra como Yolanda Díaz reclamarán a Pedro Sánchez un giro visible a la izquierda.
Los dirigentes del partido morado, han hecho ver su preocupación por la sensación de derrota. Primero, han reclamado que Izquierda Unida asuma su responsabilidad en la desastrosa campaña andaluza.
Luego, una reflexión a la vicepresidenta segunda. Y finalmente, han señalado motivos para impulsar "de inmediato" impuestos a los ricos, a las eléctricas, la reactivación de la ley de vivienda, la rebaja efectiva de los alquileres, la ley de familias y el descuento del abono transporte... para empezar.
La primera razón, en clave interna, se basa en la desafección que los morados están detectando en sus bases. La huida de votantes, que ya había comenzado con el antiguo liderazgo de Pablo Iglesias, no se ha detenido después de la división de la herencia entre Díaz y Belarra.
Y más allá de las razones -no coincidentes- entre una y otra, ambas sí coinciden en que el primer paso para ponerle freno es "demostrar la utilidad de Unidas Podemos en el Gobierno", arrancando al PSOE medidas claras "que afecten al bolsillo de los ciudadanos".
La segunda razón es política y estratégica. En el seno del partido se entiende que la principal "tentación" que puede tener Sánchez en este momento es la de mirar hacia el centro. Es evidente que la fuga de votantes socialistas es mayor por ese flanco que por el de la izquierda, a la vista del crecimiento exponencial del PP, que ha fagocitado todo el apoyo a Ciudadanos y empieza a pescar en el caladero socialdemócrata.
"Pero Sánchez es el presidente de un Gobierno de izquierdas, y eso se tiene que notar", explican.
La idea no se fundamenta tanto en un motivo ideológico, o eso explican las fuentes, sino "en el sentido mismo de por qué estamos aquí", añaden. Y eso es para sacar adelante el impuesto a las eléctricas que lleva meses reclamando Belarra, el recargo en el IRPF a las personas de mayor renta -que el PSOE firmó en el acuerdo de coalición-, el refuerzo del Salario Mínimo, las ayudas a las familias más afectadas por la inflación...
Salvarse ante Podemos
La lección parece que se ha aprendido en Unidas Podemos porque, por primera vez en meses, Yolanda Díaz públicamente hizo algo que no puede entenderse como "cuidar la coalición". No, al menos, en los términos en los que ella suele interpretar su propia máxima. Pasados cinco minutos de las 20.00 horas, la vicepresidenta segunda hizo públicas sus exigencias al PSOE en la negociación del nuevo decreto contra los efectos de la guerra.
Lo hizo en su cuenta de Twitter, donde desglosó las reivindicaciones de su "espacio del cambio". Para empezar, un cheque directo de 300 euros "para las personas más golpeadas"... una medida que justifica en "se ha puesto en marcha en Francia", pero que se parece a la ya propuso el PP para "devolver a las rentas medias y bajas para de la recaudación extra de Hacienda".
Además, un 50% de bonificación en los abonos transporte, iniciativa que pretende, al mismo tiempo, "avanzar en la transición ecológica" y un ahorro frente a la subida imparable de los combustibles.
En ese sentido, Díaz plantea acabar con el descuento de 20 céntimos por litro de combustible con carácter indiscriminado. En su opinión, debe "establecerse un mecanismo según el nivel de renta de las personas beneficiadas", pero esa idea ha sido desechada en el seno del Gobierno por su inviabilidad técnica.
Y por supuesto, la líder de Unidas Podemos en el Gobierno hace bandera de la iniciativa estrella que los morados desempolvan a cada ocasión que la ven rentable, el impuesto a las eléctricas.
"Toda esta inversión social y ecológica no puede pagarla la ciudadanía en este momento tan complicado. Las grandes empresas energéticas deben hacer una contribución extra". Así, plantea "incrementar 10 puntos" el Impuesto de Sociedades a estas compañías "para recaudar entre 1.500 y 2.000 millones".
¿Cómo hará para que este recargo no se refleje en los precios finales de los consumidores, de qué manera se puede evitar que la luz se encarezca por esta vía? No lo dice. Pero Díaz marca así un perfil mucho más agresivo del habitual, en busca de marcar perfil propio dentro del Gobierno y de salvar su posición con Podemos, cuyos dirigentes alimentan las dudas sobre la eficacia y la idoneidad de su liderazgo.
Nadie hace autocrítica
Lo cierto es que si la situación en el seno del Gobierno de coalición ya era tensa antes del 19-J, la aplastante mayoría absoluta del PP de Juanma Moreno ha dejado pocas vías de escape a la autocrítica. Ni la ha hecho el PSOE, cuya Ejecutiva responsabilizaba de su peor resultado de la historia al PP, a Vox, a Ciudadanos, a los votantes perezosos y hasta a sus socios a la izquierda "por ir a las elecciones divididos", ni la ha hecho el llamado "espacio del cambio".
Desde Podemos se señala a Izquierda Unida, responsable de la campaña andaluza, "que ha sido un auténtico desastre, sin ideas, ni calendario, ni grafismo definido"... ni una candidata elegida en primarias, "sino impuesta por el capricho de Garzón y Errejón, con el visto bueno de Yolanda".
Desde el entorno de la vicepresidenta se alega que Díaz "no tiene responsabilidades orgánicas" en ninguno de los partidos concurrentes. Y se recuerda que ella misma advirtió en marzo de que su proyecto, Sumar, "no llegaba a tiempo de las andaluzas".
Más le vale que ésa sea la razón del desbarajuste... aunque desde Podemos se pone en duda. "No es responsable oficialmente, pero nada se ha hecho sin su consentimiento. Por ejemplo, dejarlo todo en manos de IU y ningunear a Podemos toda la campaña".
...aunque con un resultado, finalmente, desquiciado: de los cinco diputados, sólo una es de IU, tres son de Podemos, y la quinta es de Más País.
Es decir, que por primera vez en 40 años, el Partido Comunista de Andalucía no tiene representantes en el Parlamento regional. Es decir, se queda sin financiación: "Se tomaron decisiones sin contar con la militancia, ¿alguien asumirá responsabilidades?", se preguntaban sus dirigentes en Twitter, después de protestar internamente, sin éxito.
En todo caso, cómo será la preocupación en el entorno morado para que fuentes cercanas a Iglesias -que los lunes trata de marcar la agenda semanal del llamado "espacio del cambio" con su podcast y la intervención en una tertulia radiofónica con otros dos exministros- calmaran a los periodistas que buscaban carnaza. Pablo no diría nada "que pueda ser entendido como un ataque" y se limitaría a analizar la situación.
Eso sí, Iglesias dejó claro que "en política, a veces se gana y a veces, se aprende". Quizás él haya aprendido algo desde que, hace un año, confió su obra a Díaz y Belarra para frenar el derrumbe del espacio morado. La que sí pareció haberlo entendido (aprendido) este lunes fue Díaz, al transgredir sus propias normas con ese hilo de Twitter.
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