Primero la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y luego el presidente Pedro Sánchez han abroncado al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, por exhibir durante el Debate del estado de la Nación tres balas recogidas en Melilla, que presuntamente fueron disparadas por la gendarmería marroquí.
Rufián había mostrado los proyectiles para denunciar la brutalidad utilizada por los cuerpos policiales marroquíes para frenar la avalancha migratoria del pasado 24 de junio, que se saldó con al menos 23 muertos.
"¿Sabe qué son, señor presidente?", ha dicho mientras se sacaba los proyectiles de un bolsillo y los colocaba, uno por uno, sobre el atril, "son balas que ha recogido mi compañera en la frontera de Ceuta y Melilla, con las que mataron a 37 personas".
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"¿Por qué 130 africanos asaltando una valla son una mafia y 130.000 ucranianos desplazados son una causa?", se ha preguntado el portavoz de ERC, intentando poner de relieve el distinto trato del Gobierno con los distintos tipos de inmigrantes. Y él mismo se ha contestado: "Porque los segundos son rubios y tienen ojos azules".
Al tomar la palabra, Pedro Sánchez ha reprochado a Rufián con severidad esta actuación, que ha calificado de "error imperdonable".
"Esto no es una Corte de Justicia", ha advertido el presidente, "es el templo de la palabra. Aquí entraron balas", ha añadido señalando el techo del Hemiciclo, " y las trajeron los golpistas". Aludía a los disparos efectuados por los agentes que acompañaban a Tejero en el golpe de Estado del 23-F.
Antes, también la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, había amonestado a Rufián recordándole que los diputados no deben aprovechar su intervención en la tribuna para desplegar ningún tipo de objetos: ni impresoras, ni balas.