Al Gobierno se le acumulan los "problemas largamente postergados" y, quizá por eso, llenó el Consejo de Ministros de contenido económico. Por un lado, para dar las mejores noticias posibles sobre "crecimiento, estabilidad, certidumbre y seguridad". Y por otro, para salir al paso de las turbulencias que lo han metido en una "tormenta perfecta" cuyo vórtice es la inflación desbocada al 10,2%... precisamente, de lo que menos se habló en una rueda de prensa que dio como noticia política más destacable que, por fin, hay fecha para "la mesa con Cataluña".
Será este miércoles por la mañana, en Moncloa. De hecho, tal como confirmó la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, "en la sede del Ministerio de Presidencia". La delegación del Govern aún no ha sido confirmada. Probablemente, porque "aún no está cerrado el acuerdo con resultados concretos" que la parte independentista exige tener en la mano antes de sentarse.
Pero por el lado del Ejecutivo se sabe que acudirán Félix Bolaños, ministro de la Presidencia; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; el ministro de Cultura, Miquel Iceta; y la portavoz y titular de Política Territorial.
La agenda se acumula. Este miércoles, se celebrará esa cita en Moncloa, que es clave para finalizar la legislatura si el Gobierno quiere que ERC vuelva a ser su "socio preferente" en el Congreso... y le apruebe los Presupuestos. Mientras, Pedro Sánchez irá en viaje oficial Polonia, una visita que hubo de postergar cuando se le encalló la votación del primer decreto contra los efectos de la guerra... precisamente por el enfado de ERC a cuenta del espionaje del llamado caso pegasus.
Estaban en la mesa de la rueda de prensa, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el titular de Inclusión, José Luis Escrivá.
Y es que todo lo político, económico, social, energético y europeo se le embolica últimamente a Moncloa. Y todo lo trata de desmadejar, imbricando cada solución con el problema anterior o siguiente.
Uno: el suministro de gas, aquejado por el estallido de una crisis profunda con Argelia en plena guerra de Ucrania. Convertido en "racionamiento" por la Comisión Europea, y asumido este martes en Bruselas por la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a cambio de ciertas excepciones... "porque no podemos decir que no".
Dos: la inflación indestructible, que afecta a España más que a sus vecinos cuando éramos "los menos expuestos" a esas turbulencias. Y que ni Nadia Calviño, ni Moncloa, ni María Jesús Montero saben cómo abordar. "Habrá que paliar sus efectos, ya que no podemos pararla", decía este lunes Nacho Álvarez, negociador de Podemos para los PGE en una entrevista en EL ESPAÑOL.
La sentencia de los ERE
Tres, y de rabiosa actualidad: la sentencia de los ERE, en el mismo momento en el que una exconsejera de los dos presidentes condenados es ascendida a vicesecretaria general del PSOE... y en el mismo día en el que aprueba en Consejo de Ministros el primer paso para los Presupuestos de 2023.
Nadie contestó a esto. "Queda mucho para tener que tomar esa decisión", dijo Rodríguez.
¿Puede el Partido Socialista seguir tirando del discurso de que el PP es igual a corrupción cuando dos de los expresidentes del partido y de Andalucía son responsables del mayor fraude a las cuentas públicas de la historia de la democracia? El propio PSOE se comprometió a "no indultar delitos de violencia de género, terrorismo o corrupción". Pero también la ministra y portavoz del PSOE, Pilar Alegría defendía este mismo martes la "honorabilidad" de los condenados...
Entonces, ¿indultará el presidente a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán en vísperas de unas municipales y autonómicas en las que el PP de Alberto Núñez Feijóo amenaza con cambiar del rojo al azul el color del mapa de España? En ese charco, ninguno de los cuatro sentados en la mesa (ni siquiera la ministra de Hacienda, que fue consejera en el Gobierno andaluz con los dos condenados) quiso pisar.
Cuatro: la mesa de negociación con Cataluña, que Moncloa y el Govern se empeñaban en esconder, para que se hable poco de ella... y porque no está claro qué "resultados concretos" de todo lo que Pedro Sánchez y Pere Aragonès no se terminan de atrever a abordar van a poder vender. ¿El delito de sedición, como reclamó el fin de semana pasado Oriol Junqueras? "Es complicado armar esas mayorías, aunque el Gobierno es partidario", apuntó la portavoz.
Pero, ¿porque el PP no parece dispuesto, solamente?, se le cuestionó, a la vista de que Sánchez ha sacado otros temas que exigían mayoría absoluta sin siquiera llamar al líder del PP. Esa pregunta, hábilmente, se quedó sin responder.
Lo que queda
Y cinco, por terminar y no alargar demasiado esto: la guerra eterna con el socio minoritario de Gobierno, al que ya no se sabe cómo contentar... porque nadie está seguro de si conviene tener en calma a Yolanda Díaz o a Ione Belarra.
Por ejemplo, en la "reforma fiscal", que reclamaba este lunes Nacho Álvarez, entrevistado en EL ESPAÑOL. O lo de los nuevos impuestos y la manera de "prohibir" a los bancos y energéticas que lo repercutan en los precios, la exigencia morada se queda en nada.
Como ya informó este periódico el pasado domingo, Moncloa se niega y Hacienda lo rechaza de plano. "Estamos negociando con el socio minoritario, pero lo de la reforma del Código Penal no va a ocurrir", confirmó una fuente de Moncloa, a la salida de la rueda de prensa.
Y en lo tocante al Presupuesto, prioridad política absoluta en este momento y, tal vez, llave de la estabilidad que necesita Sánchez el año que le queda en el puesto, el techo de gasto, aprobado en este Consejo de Ministros, es lo único que Montero podrá decidir por sí sola.
Ahora ya le toca lidiar con Unidas Podemos, primero. Y después, habrá que hallar la manera de hacer compatibles a Bildu y PNV en vísperas de unas municipales que pueden redefinir la hegemonía nacionalista vasca... y sobre todo, haber contentado a ERC en la "mesa de diálogo", que todo está relacionado.