La convalidación del decreto de ahorro energético (que impone el apagado de escaparates y el control de los termostatos) en el Pleno del Congreso de los Diputados del jueves no será tan sencilla como el Gobierno esperaba.
El anuncio de que el PP votará no al texto (salvo que el Gobierno introduzca las propuestas planteadas por Feijóo) y las dudas de ERC han obligado a los socialistas a emprender una negociación contrarreloj con sus socios parlamentarios para sacar adelante la norma.
Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL indican que el PSOE ha pedido este lunes a varios grupos que se abstengan para facilitar la aprobación del decreto, a cambio de tramitarlo como proyecto de Ley, lo que permitiría luego incorporar sus enmiendas al texto.
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"Con nosotros ya no cuela", explica a este diario uno de los portavoces tanteados por los socialistas, "luego meten el proyecto de Ley en un cajón, o eternizan su tramitación ampliando varias veces el período de presentación de enmiendas, y finalmente sólo admiten las de sus socios preferentes, ERC y Bildu".
De acuerdo con el reglamento, el Gobierno sólo precisa una mayoría simple (es decir, más síes que noes) para convalidar el decreto ley. Ya han anunciado que votarán en contra el PP (85), Vox (52), Ciudadanos (9) y Coalición Canaria (1), aunque el partido naranja tomará la decisión definitiva unas horas antes, en la reunión de su Grupo Parlamentario.
También es previsible el no de Navarra Suma (2), Foro Asturias (1) y el exdiputado de Cs Pablo Cambronero, lo que arroja un total de 153 votos en contra.
En estos momentos, el PSOE (120) y Unidas Podemos (33) suman 153 escaños, pero hay que rebajar esta cifra a 151, porque el presidente Pedro Sánchez realiza esta semana su gira por América del Sur y el escaño de Alberto Rodríguez permanece vacío.
Por ello, los socialistas intentan atar ahora el voto favorable o al menos la abstención de ERC (13), PNV (6), Bildu (5), PDeCAT (4), Compromís (4), Más País (3) y otros grupos minoritarios. La negociación permanece abierta y fuentes de ERC señalan que aún no han tomado una decisión definitiva sobre el sentido de su voto.
Tanto el PNV como ERC han criticado que el Gobierno no consensuara su decreto anticrisis con los Ejecutivos regionales, aunque han garantizado que se aplicará en sus correspondientes comunidades autónomas.
El desafío de Rufián
Los republicanos de ERC ya han lanzado varios avisos para advertir al Gobierno de que no puede contar con su apoyo incondicional. "Pídale el teléfono al señor Casero", bromeó Gabriel Rufián desde la tribuna, dirigiéndose al presidente Sánchez, durante el debate del primer decreto anticrisis. ERC votó finalmente en contra, y el Gobierno salvó la aprobación de la norma gracias al apoyo de Bildu, convertido en su "socio preferente".
El escándalo de espionaje del caso Pegasus marcó el momento más crítico en las relaciones de ERC con el PSOE. Ambos partidos han aproximado posiciones tras la última reunión de la Mesa de Diálogo con Cataluña, aunque los republicanos exigen a Sánchez que cumpla su compromiso de despenalizar el delito de sedición antes de que concluya el año.
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El lehendakari Íñigo Urkullu (PNV) se mostró extraordinariamente crítico con el decreto energético, por considerar que está lleno de medidas "efectistas", y llegó a anunciar que la Ertzaintza no se va a dedicar a "controlar termómetros". No obstante, Urkullu acabó asumiendo que su ejecutivo debe aplicar la norma.
Alberto Núñez Feijóo pretende llevar a cabo una aproximación al PNV (espera contar con su apoyo para llegar a la Moncloa) y ha anunciado que tiene previsto reunirse con Urkullu tras el verano. El PNV se ha mantenido hasta ahora como uno de los más fieles aliados de Pedro Sánchez, aunque recela de los planes del PSOE para gobernar en el País Vasco de la mano de Bildu.
Bildu, socio "preferente"
En cuanto a Bildu, ya se ha convertido en socio "preferente" del Gobierno, con el que ha pactado la nueva Ley de Memoria Democrática (que extiende la investigación de los crímenes del franquismo hasta 1982) y la Ley de Secretos Oficiales, que permitirá a la Generalitat y el Ejecutivo vasco clasificar información como "confidencial" y "restringida".
El PP se abstuvo el pasado mes de julio para facilitar la aprobación del segundo decreto anticrisis del Gobierno, pese a no estar de acuerdo con algunas de las medidas incluidas en la norma.
Pero este gesto de distensión no se repetirá el jueves. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, ha anunciado que su grupo votará en contra del decreto de ahorro energético, salvo que el Gobierno modifique su texto para eliminar "frivolidades" (como el apagado de escaparates y el control de termostatos) e incorporar las medidas de Feijóo.
El plan energético de Feijóo incluye medidas como prolongar la vida útil de las cinco centrales nucleares que siguen operativas en España, proteger los empleos de la industria electrointensiva, dar ayudas al transporte por carretera y potenciar el biogás y el hidrógeno verde.
No obstante, Bendodo se ha mostrado convencido de que el Gobierno de Sánchez "no quiere ni puede llegar a acuerdos con el PP, porque sus socios podemitas, independentistas y herederos de ETA no le dejan".
El Gobierno espera sacar adelante en el Pleno del Congreso del jueves otras iniciativas que quedaron pendientes al principio del verano (por la incorporación de enmiendas en el Senado), como la Ley del sólo sí es sí de Irene Montero, la Ley concursal y la Ley de Ciencia.
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