Pedro Sánchez ha encomendado su remontada en las encuestas a un giro a la izquierda que cuenta con el beneplácito de sus principales colaboradores en el Gobierno y en el PSOE.
Quienes le conocen más de cerca –entre ellos algunos ministros– aseguran a EL ESPAÑOL que "el baloncesto forjó su carácter" y que ahora él confía en "un triple" para resultar victorioso en el ciclo electoral que se avecina en el próximo año, aunque la situación no sea halagüeña según la demoscopia.
Desde el Ejecutivo describen al presidente como "una persona muy combativa, que no se deja ganar fácilmente la pelea y que juega hasta la última canasta". De ahí que en su cara a cara en el Senado con Feijóo decidiera "bajar al barro" para "desmontar" al líder de la oposición, asumiendo un papel que no le correspondía. Sus colaboradores más estrechos no dudan de esta estrategia.
En la Cámara Alta, el jefe del Gobierno volvió a escenificar su giro a la izquierda, cargando una vez más contra los "poderes económicos" y las "terminales mediáticas de la derecha y la ultraderecha". Por contra, reivindicó que su interés está en "la gente, la clase media trabajadora".
Sus orígenes
Aunque ese discurso lleva meses puliéndose, fue durante el Debate sobre el estado de la nación en el Congreso cuando Sánchez dejó entrever que la estrategia para iniciar la remontada consistía en regresar a sus orígenes.
Fuentes de solvencia del Gobierno recuerdan que Pedro Sánchez accedió al liderazgo del partido echando un pulso al sector más tradicional de Ferraz. Después, rememoran, permaneció férreo con el "no es no" a la investidura de Rajoy, lo que le costó una dimisión involuntaria.
Las primeras palabras que pronunció tras derrotar a Susana Díaz, su rival en las segundas primarias que ganó, fueron: "Aquí está el PSOE. Aquí está la izquierda". Dejó claro que el mandato que había recibido de la militancia distaba del sentir del aparato del partido, antiguos dirigentes socialistas y algunos de los barones.
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Desde entonces hasta ahora, ha habido ocasiones en las que el presidente ha coqueteado con la centralidad, afirmando incluso que "no dormiría" con Podemos en el Gobierno. Pero su equipo transmite a EL ESPAÑOL que, como concepto, "el centro no existe".
Defienden estos ministros socialistas que la clave es convencer a una amplia mayoría de la población de que "el centro es subir el Salario Mínimo, aprobar una reforma laboral, actualizar las pensiones o ayudar a las empresas con los ERTE".
Portugal y Francia
Además, añaden que hay países como Portugal, en los que el socialismo ha despegado hasta lograr la mayoría absoluta tras gobernar con la extrema izquierda. El país vecino, en ese sentido, es un espejo en el que se miran con esperanza.
Pero el Gobierno y el PSOE también tiene la mirada puesta, en este caso con desconcierto, en otro país vecino: Francia. "Fíjate lo que le ha pasado al Partido Socialista de los franceses, que ha terminado desapareciendo y que ahora tienen a Mélenchon", relatan desde Moncloa.
Las personas más cercanas a Pedro Sánchez aseguran que "el giro a la izquierda es fundamental" si no quieren "terminar desapareciendo" como ha pasado con el PS francés. Son conscientes de que la apuesta, en ocasiones, puede encontrar voces discordantes en el partido.
Aún así, consideran que es la única baza para revertir las encuestas: "Llevamos muchas desgracias acumuladas y hay que plantear la disyuntiva de que si viene otra pandemia, hay un presidente dispuesto a dar la cara y ayudar a los más débiles, mientras que Feijóo sería un gato panza arriba, respondiendo a otros intereses".
Mensajes en Ferraz
En Ferraz desvelan a EL ESPAÑOL que tras el envite en la Cámara Alta entre Sánchez y Feijóo, recibieron muchos mensajes de las organizaciones territoriales felicitándose por la actuación del presidente. "Hemos chutado de moral al partido", asegura un alto cargo de la dirección socialista.
El partido quedó completamente roto con la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía, su histórico granero de votos. Admiten que, tras encajar el golpe, rápidamente se pusieron en marcha para perfilar un plan que consiga detener la sangría de votos hacia otras formaciones o la abstención.
Sobre la situación a la izquierda del PSOE, tampoco ocultan la incertidumbre por lo que pueda pasar con el proyecto de Yolanda Díaz, ya que su éxito es clave para poder reeditar el Ejecutivo de coalición. No creen, eso sí, que le estén comiendo el terreno.
En cualquier caso, el espíritu deportivo de Sánchez junto a la apuesta por la izquierda, es el camino a seguir, con una campaña "en la calle" desde el partido y una agenda progresista desde el Gobierno. De esa forma, confían PSOE y Moncloa, Sánchez intentará sumar más puntos que su principal rival, Feijóo, ahora por delante en las encuestas.
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