El presidente del Gobierno tiene sobre su mesa de trabajo una propuesta para adelantar las elecciones generales a mayo. La plantean parte de los miembros de la dirección del PSOE.
La idea, a la vista de las encuestas internas que maneja el partido, sería hacer coincidir en un superdomingo electoral los comicios municipales y autonómicos con las legislativas, previstas en principio para diciembre.
Todavía no es un plan en firme, pero la opción ya se le ha trasladado a Pedro Sánchez, dado que -según los cálculos demoscópicos- se podría beneficiar de entre dos y tres puntos porcentuales extra por el tirón de sus barones, ahora que la imagen del Ejecutivo central, y la del mismo líder, están dañadas.
Las encuestas internas del PSOE lo colocan entre cuatro y cinco puntos por detrás del PP en intención de voto. Y con ese "empujón territorial", la candidatura de Sánchez se acercaría al "empate técnico", para poder luchar en una campaña a cara de perro con Alberto Núñez Feijóo.
En contra de este plan, sin duda, está la presidencia rotatoria del Consejo Europeo, que le corresponde a España en el segundo semestre de 2023, y que se lleva preparando desde hace más de un año entre Moncloa y el Ministerio de Asuntos Exteriores de José Manuel Albares. Pero los miembros de la dirección socialista que abogan por esta opción la ven como la "única posibilidad" de poder reeditar la fórmula de Gobierno actual.
"La guerra en Ucrania va para largo, y los datos económicos no harán sino empeorar", advierten las fuentes consultadas. En los ministerios económicos ya no se descarta que España entre en "recesión técnica" en 2023 y se da por seguro que las subidas de tipos del BCE afectarán "más a la subida del paro que al control de la inflación". Al menos, en el plazo necesario para una remontada socialista.
Así, el desgaste del Gobierno de coalición a finales de año sería aún mayor que el que reflejan los sondeos actuales. Y más teniendo en cuenta la división a la izquierda del PSOE, con Yolanda Díaz tratando de impulsar una nueva plataforma en la que Podemos no se quiere integrar.
Las bazas de Sánchez
A medida que avanza el comienzo de curso, el nerviosismo es mayor en los diferentes estamentos del PSOE. La carrera electoral del año que viene ha comenzado ya y el Partido Popular no sólo se consolida en la cabeza, sino que ha tomado la delantera en fijar el terreno de juego: los impuestos.
No hay más que ver la rueda de prensa de la ministra de Hacienda este jueves, en la que no había medida fiscal que anunciara que no fuera acompañada de una andanada contra la formación de Feijóo.
A la espera de la crisis de Gobierno en diciembre -negada públicamente por Sánchez pero que ya se da por descontada en la dirección del partido- para colocar a algunos de los miembros del Consejo de Ministros en la lucha de las municipales y autonómicas de mayo, el presidente tiene dos ases en la manga a partir de los cambios que impulsó el pasado mes de julio.
Por un lado, si la batalla por las urnas va a estar en quién ofrece una "fiscalidad más justa", que María Jesús Montero esté compaginando sus labores al frente de Hacienda con ser la nueva vicesecretaria general del PSOE es una ventaja para darle coherencia al mensaje. Y eso es, precisamente, lo que el propio presidente dijo a su núcleo duro que buscaba al sustituir a los portavoces Felipe Sicilia y Héctor Gómez.
El otro triunfo que puede jugar el presidente es el de su control total de las estructuras del PSOE. Sánchez creó un núcleo duro de decisión, una especie de miniejecutiva, pero manejada por Moncloa. Lo hizo tras la crisis provocada por la estampida de Adriana Lastra, que dimitió como número dos del partido enviándole una carta la misma tarde en que salía triunfante del Debate sobre el estado de la Nación.
Será esa estructura "extraoficial" socialista instalada en Moncloa la que decidirá si se adelantan las generales a mayo, como solicitan miembros de la propia dirección del partido. De las nueve personas que conforman el equipo, todos salvo Santos Cerdán (secretario de Organización del PSOE) y los portavoces parlamentarios, Patxi López y Eva Granados, forman parte del armazón del Gobierno: Pilar Alegría, Félix Bolaños, Isabel Rodríguez, Miquel Iceta, todos ministros, y Óscar López, director del Gabinete de la Presidencia.