El rechazo de la Comisión Islámica de Melilla a los modelos familiares que difunde un colegio público de la ciudad autónoma ha llevado a la parte socialista del Gobierno melillense a plantearse la retirada de las ayudas públicas que recide la entidad religiosa. El PSOE gobierna junto a Coalición por Melilla, partido de mayoría de miembros y votantes de la comunidad islámica.
La polémica surgió con el libro ilustrado Familias, utilizado en una actividad educativa por una profesora del colegio León Solá de Melilla, con alumnado mayoritariamente musulmán.
El libro contiene 14 viñetas de distintas familias donde la cama es el escenario principal. Las imágenes van acompañadas de textos en rima, con los que las autoras defienden la diversidad familiar: "familias multirraciales, con hijos y sin ellos, con dos papás, con dos mamás...".
La entidad islámica recibió quejas telefónicas y visitas de los padres debido al contenido de esta actividad. "Hasta ocho familias se representan en unos murales. Por ejemplo, aparecen una madre soltera y un gato, o una mujer y una almohada. ¿Qué tipos de familias son éstas? ¿Cuándo se ha visto siete u ocho posibilidades de familias?", reprocha Abdeluab Mehamed Maanan, representante legal de la Comisión Islámica de Melilla (CIM), en declaraciones a EL ESPAÑOL.
En un comunicado, la entidad mantiene que las actividades del colegio "no obtuvieron por parte de los padres ni la aceptación expresa y ni la información de sus contenidos programados, tal como rigen las instrucciones aprobadas por la Administración educativa".
Maanan asegura que aceptan la educación sexual en la escuela, pero con pin parental, como ha venido solicitando Vox; es decir, siempre que se tenga en cuenta a los padres y las madres en todo el proceso.
"No estamos pidiendo que se retiren esos contenidos, sino que esas actividades sean conocidas de antemano. El colegio tiene que hacer todo lo posible para que las familias sepan qué se hace y cómo se planea hacerlo; y, por supuesto, que los padres y madres sean tenidos en cuenta para que digan sí o no. Hay determinadas personas, que por su formación musulmana, no están de acuerdo con estas actividades, pero respetan la libertad de otras familias", explica Maanan.
El dirigente de la Comisión Islámica advierte de que si las clases de educación relacionadas con la sexualidad las imparten "personas que de alguna manera le dan un enfoque apologista", entonces "nosotros vamos a tener que decir que no".
Desde el Gobierno autonómico, la consejera de Educación, Cultura, Igualdad y Festejos, Elena Fernández Treviño (PSOE), mantiene en conversación con EL ESPAÑOL que la supresión de este tipo de actividades "va en contra de los derechos de los niños y las niñas, porque la realidad LGTBI está en las propias aulas, y está en las casas del alumnado. Trabajar familias diversas es lo más normal del mundo, son las que existen en el siglo XXI".
Treviño cuestiona que una entidad como la Comisión Islámica que recibe subvenciones de la Administración intente vetar actividades educativas. "Una entidad que está recibiendo dinero público no se debe atrever a hacer unas aseveraciones tan graves en un ámbito como el área educativa que no le compete en absoluto, y que además en gran parte depende del Estado. Si todos apostamos por unos contenidos, que son los que tiene que trabajar la escuela pública de forma necesaria, lo que no tiene sentido es la censura de una entidad religiosa, que además recibe subvención de la propia Comunidad Autónoma de Melilla".
"Una entidad más"
Por eso, Fernández Treviño ha propuesto llevar al Consejo de Gobierno las ayudas a esta entidad, que recibe una subvención de la Consejería de Distrito, como prácticamente todas las entidades religiosas de Melilla.
Mehamed Maanan contesta a esa posibilidad: "No vemos bien lo que significa una reprimenda de la Administración a la propia libertad de acción de una entidad. La plena autonomía debe ser respetada. Nosotros no vamos a comprender por qué se nos tienen que pedir explicaciones sobre asuntos que atañen a la libertad personal y colectiva, y como entidad podemos pronunciarnos".
Ante las advertencias de estudiar la subvención, Maanan se muestra contundente. "No queremos entrar en choque con nadie, pero de seguir planteándonos estas cuestiones de que tenemos que amordazarnos y no tener opinión si queremos seguir recibiendo dinero, que ya se ha repetido en dos ocasiones, no vamos a ser tolerantes con una tercera si se da. Entonces, vamos a tener que dar una respuesta a ese tipo de conductas porque nos consideramos una entidad más de la sociedad melillense y con respecto a esto tenemos que tener los mismos derechos que cualquier otra, sean cuales sean nuestras opiniones, mientras no se esté delinquiendo o coartando la libertad de las personas", añade.
"Podemos dar opinión sobre un tema de trascendencia como es la educación afectivo sexual, que ahora mismo es motivo de controversia a nivel nacional, y desde la realidad política se nos tiene que respetar. Lo que se pretende desde la Administración local de aquí es una incongruencia dentro de las libertades democráticas. No se pueden sujetar subvenciones a que pensemos igual que ellos", insiste en manifestaciones a EL ESPAÑOL.
Desde la Consejería de Educación inciden en que las actividades con el libro que ahora se denuncian se realizaron hace dos años. Por eso, consideran que la CIM rescata la polémica a raíz de que que el colegio León Solá haya participado en un congreso de coeducación de corte feminista en la Universidad Carlos III de Madrid.
Mehamed Maanan lo desmiente y asegura que esa actividad sigue haciéndose actualmente. "La cuestión de la controversia se da ahora porque hay unos contenidos que trascienden en las redes sociales, hay una convulsión social, un estallido de malestar general, y hace que tengamos que pronunciarnos con respecto a las ideas que mantenemos", asegura.
Lo cierto es que la sociedad melillense está dividida y el debate ha saltado a las redes sociales. Para Fernández Treviño, "en los comentarios de las redes sociales se destila un odio y una regresión a otros tiempos, verdaderamente terrible". "No está todavía instaurado en el imaginario social el que la escuela no es solo una máquina de suministrar contenidos ciegos, sordos y mudos, sino que está para transmitir valores, y es donde se tiene que dar la igualdad y la diversidad, necesariamente. Si no, ¿dónde lo aprenden?", concluye.
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