La marcha de Macarena Olona de Vox ha sido la más sonora desde la fundación del partido, pero no la única. En tres años y medio prácticamente la mitad de cargos provinciales y autonómicos han hecho lo propio.
Una lista a la que ahora se suma el líder regional en Galicia y número uno por la lista de La Coruña en las autonómicas de 2020, Ricardo Morado Fajardo, que también ha anunciado su baja denunciando que "lealtad no es sumisión" y dando a entender que se ha sentido tratado como "basura".
En una extensa carta que ha publicado en sus redes sociales, el ya exdirigente político ha lamentado la indiferencia con la que la dirección nacional de Vox ha tratado a algunos territorios como el gallego: "Durante todo este tiempo he contemplado cómo el proyecto avanza de manera muy desigual", ha relatado.
Lamentando la falta de "múltiples actividades, boletines informativos, reuniones con afiliados y simpatizantes" en la región gallega, Morado ha anticipado ya que en las filas de sus excompañeros le tildarán de "traidor" por manifestar su "crítica constructiva".
"Hace mucho tiempo que se confundieron los significantes y los significados de las palabras lealtad y sumisión. Para todos ellos, una reflexión. Lealtad no es sumisión. Lealtad es decirle a tu jefe lo que está haciendo mal, con el propósito de que todo mejore. Y la lealtad de tu jefe hacia ti es que no te castigue por ello. Todo lo demás es sumisión, el quedarse callado o diciendo a todo que sí. Y ese no soy yo", ha proclamado.
Siguiendo ese razonamiento, el gallego ha dado a entender que ha elevado sus quejas en varias ocasiones a Bambú, sede madrileña del partido, con poco éxito; reprochando que "cuando se intenta arreglar las cosas en casa y no se arregla nada" el resultado es que "las cosas siguen sin arreglarse y la casa, por norma general, acaba por tambalearse".
Ortega Smith
Ricardo Morado ha solicitado su baja como afiliado en el partido, asegurando que ha trabajado "desinterasadamente" para llevar la marca "a todos los rincones de España". Esto, ha añadido, no ha sido correspondido ni apoyado por parte de la cúpula de Vox.
Señalando a Javier Ortega Smith, ya exsecretario general, ha indicado que daba "orden directa de hacer el vacío a un afiliado de base por el simple hecho de ponerse a trabajar por y para el proyecto, cada día, con sus propios medios y por su cuenta".
A su ya antigua formación le ha pedido dejar atrás "los tiempos en los que la autocomplacencia egocéntrica, sin el más mínimo sentido autocrítico, de unos pocos, llevaba a permitir situaciones como amenazas de una gestora provincial".
También ha expresado la conveniencia de que en Vox haya "una catarsis para que nunca más se trate a alguien como si fuera basura", recomendando solucionar unos problemas internos que desde la dirección nacional niegan, pero que exhiben cada vez con más fuerza las direcciones provinciales en diferentes puntos de España.
Recientemente EL ESPAÑOL desveló la tortuosa situación que atraviesa el partido de Santiago Abascal en media docena de comunidades autónomas, donde a siete meses de las elecciones municipales no cesan las disputas por la designación de cabezas de cartel. "Es un avispero a punto de reventar", admitieron fuentes de la formación.
En el caso concreto de Galicia, la representación política es prácticamente inexistente. Ni en las últimas elecciones autonómicas ni en las dos generales han conseguido representación para la cámara regional o para el Congreso de los Diputados. Con esta renuncia, la situación en este territorio parece irreversible para la próxima cita con las urnas.